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Juan Celaya, un tigre mexicano en el trampolín

El clavadista, de 22 años, debuta en Tokio junto a Yahel Castillo. La dupla es promesa de medalla para México

Diego Mancera
Juan Celaya Juegos Olímpicos México
El clavadista mexicano Juan Celaya durante una de sus competencias en los Juegos Panamericanos de 2019.Ezra Shaw (Getty Images)

Las primeras veces que Juan Celaya (Monterrey, 22 años) veía la fosa desde el trampolín tenía un hueco en el estómago. Él prefiere llamarle a ese momento “sentir ñañaras”. Cada vez que está en el filo y se pone de puntas siente el aire que le roza por las orejas. Lo único que visualiza es el tipo de clavado y apela a la memoria de sus músculos para el movimiento. Si ya es un reto maniobrar el cuerpo en picada, hacerlo sincronizado con un compañero es el reto mayor. “Son años de práctica, de trabajo de reacción, técnica y fuerza”, resuelve como si fuera un veterano. Y no es para menos. Su maestro y compañero de sincronizados es Yahel Castillo, de 34 años. Ambos son la carta fuerte para México en Tokio 2020.

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Celaya, cuando era un niño, se creía una araña. No el Hombre Araña, simplemente un arácnido que se trepaba por los árboles ante el pavor de sus padres. Había días en los que también se creía un tigre. Le llevaron a practicar fútbol, fútbol americano y natación. Nada podía saciar la energía del futuro clavadista. “A partir de los siete años mis papás me pidieron escoger un deporte. Mi hermana, Ana, se metió en clavados y se veía chido cómo se lanzaban”, cuenta a EL PAÍS. A los 11 años ganó tres medallas de oro en un torneo panamericano. En ese punto se fijó competir en unos Juegos Olímpicos. “Los clavados han estado en un segundo plano. Mi familia me inculcó que primero la escuela”, dice el ya ingeniero civil. Estudió su carrera en la Universidad de Luisiana en Estados Unidos. “Vine acá esperando lo mejor, me dejan competir en México y estudiar a gusto”, comenta. Celaya se convirtió en uno de los deportistas estelares de la universidad. El modelo estudiante-atleta ha sido clave en el sistema de EE UU para reclutar y potenciar el deporte.

México ha ganado su lugar en el mundo de los clavados. Es el deporte que más medallas le ha dado al país con 14 preseas (un oro, siete platas y seis bronces). “No tenía ningún referente cuando entré a clavados, no sabía nada ni quiénes eran los mejores. Solo veía a mis compañeros”, asegura el mexicano que después se topó con el legado de Joaquín Capilla, Fernando Platas, Carlos Girón... En Tokio, la delegación mexicana acudirá con 16 clavadistas. Juan Celaya hará dupla con Castillo, uno de los más experimentados del equipo. Ambos brillaron en los Juegos Panamericanos de 2019 con la presea dorada desde el trampolín de los tres metros. “Empezamos a trabajar juntos desde 2018 en un selectivo nacional. Afortunadamente nuestro somatotipo [tipo de cuerpo] es muy parecido, nuestra técnica y estilo de hacer clavados. Entrenamos dos horas e hicimos una calificación de una pareja experimentada”, explica. Lo que más le ha aprendido a Castillo es “sentirme seguro en el trampolín, a no achicarme si alguien hizo un buen clavado. A veces me ve muy serio y me ayuda a romper el hielo”.

—¿Por qué México brilla en clavados?

— Nuestra complexión y estatura es un factor favorable. Estamos compactos, chaparritos, damos vueltas más rápido en menos distancia. Lo que nos caracteriza es que los mexicanos siempre probamos por los clavados más difíciles. Vamos con todo con quien se ponga enfrente — explica Celaya.

Juan Celaya
Yahel Castillo y Juan Celaya, tras ganar la medalla en clavados sincronizados en los Panamericanos de 2019.Jam Media (Getty Images)

Sus entrenamientos habituales son de lunes a sábado, cada día con una sesión matutina y otra vespertina. “La pregunta de cuántas abdominales hacemos se debe cambiar a cuántos años de abdominales hacemos”, bromea. La pandemia impidió que Celaya pudiese llevar a su entrenador, Doug Shaffer. A la distancia el clavadista graba todos sus saltos y le pide consejos a su coach. “Lo que estoy tratando de manejar es mi adrenalina. En las finales sientes un boost de adrenalina, te sientes más fuerte. Ahora intento manejar eso a mi favor”, detalla.

Celaya, que creció en el norte de México, es hincha de los Tigres, el equipo de fútbol. Durante los primeros días en el comedor olímpico en Tokio, el clavadista no perdió la oportunidad de pedirle una fotografía al máximo goleador, el francés André-Pierre Gignac. La mascota de la universidad de Luisiana también es un tigre. Razones y coincidencias sobraron para que se tatuara al animal en la costilla izquierda. “La filosofía del tigre es que no deja de ver su presa hasta que la alcanza. Además de que es mi animal de nacimiento en el calendario chino. Le añadí unas flores como corona para recordar a mi mamá, mi hermana, mi tía y mi abuela. Las mujeres de mi vida. Siempre me cuidan. Cuando entro al agua las gotas caen a las rosas, no al tigre”, explica. Sobre el trampolín quiere brillar.

Fecha y horario de competencia

Juan Celaya y Yahel Castillo competirán en los clavados desde los tres metros el miércoles 28 de julio a la 1.00 horas (tiempo del centro de México)

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016 escribiendo historias deportivas. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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