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Ideas para que niños y perros se diviertan juntos en las vacaciones de Navidad

El paréntesis navideño es un buen momento para que los más pequeños aprendan a cuidar de sus mascotas y disfruten de paseos y juegos que refuercen su vínculo

Los juegos en Navidad del niño con su perro no deben estar exentos de responsabilidad para que se trate de una actividad segura, lúdica y satisfactoria para ambos.
Los juegos en Navidad del niño con su perro no deben estar exentos de responsabilidad para que se trate de una actividad segura, lúdica y satisfactoria para ambos.Elena Grigorovich (Getty Images)

La Navidad es un momento ideal para que un niño comprenda que un perro es mucho más que una mascota: se trata de un miembro más de la familia. El hecho de integrar al animal en el contexto festivo sienta las bases para reforzar el beneficioso vínculo entre niño y perro desde el juego y la complicidad. “En estas fechas, se rompe la rutina del resto del año y se puede poner el foco en la convivencia entre ambos para hacer algo diferente, como visitar un nuevo parque en la ciudad con el animal”, comenta la psicóloga infantojuvenil y perinatal Belén Robles, socia fundadora del centro de psicología e inteligencia emocional Escuela Afectiva.

Los momentos navideños tradicionales, como decorar el árbol, son una ocasión para integrar en ese momento lúdico al amigo canino. “Por ejemplo, hacer un adorno donde esté presente el perro, como una foto del niño con el animal. De esta forma se refuerza de forma lúdica ese vínculo especial que el pequeño recordará toda la vida”, propone Robles. El menor puede divertirse escogiendo un regalo especial para su mascota y añadiéndolo a su carta de regalos para Papá Noel o los Reyes Magos. “Puede ser un juguete o algo de comida especial, es una forma de que el niño se divierta y desarrolle la empatía por los seres vivos, además de fomentar la amistad con su mascota y hacerle partícipe de la dinámica familiar navideña”, añade la psicóloga.

Otros planes se pueden llevar a cabo en el exterior para disfrutar del paisaje invernal. “Ir a la naturaleza, hacer senderismo o buscar un circuito canino al aire libre en la ciudad es una forma de divertirse y hacer ejercicio. De esta forma se fomenta en el niño la responsabilidad y la autonomía”, incide Robles. “Jugar es una de las formas de aprendizaje infantil y, si se une un animal a la actividad, se consigue disminuir la sensación de soledad, porque los niños se sienten acompañados, además de poder compartir momentos felices y divertidos con otro ser vivo”, asegura esta experta.

Los juegos del niño con su perro no deben estar exentos de responsabilidad para que se trate de una actividad segura, lúdica y satisfactoria para ambos. “Es recomendable que esos momentos lúdicos se basen en una interacción tranquila, porque si se trata de un animal muy nervioso se puede descontrolar y producir mordeduras”, advierte por su parte Stefania Pineda, veterinaria especialista en medicina del comportamiento y bienestar de los animales, encargada de la Consulta de Comportamiento Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. “Conviene que los juegos no sean con cuerdas u accesorios de los que haya que tirar de los extremos para evitar accidentes”, matiza.

La Navidad es una buena ocasión para renovar los juguetes del perro. Se puede hacer partícipe al niño de la búsqueda de un regalo para su can. “Lo más recomendable es adquirir accesorios cognitivos, como los Kong, donde se introduce comida para que el perro se entretenga sacándola. Es decir, juegos que estén orientados al lamido, al olfato y a que el animal discurra”, aconseja Pineda. Los juegos deben ser con accesorios seguros. “Se tiende a comprar juguetes que los perros destrozan muy rápido y dejan pequeños trozos que pueden resultar peligrosos para los niños más pequeños. Conviene elegir los homologados en el mercado para que sean de calidad”, matiza la también profesora del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense.

Juegos para buscar comida y hacer deporte

Hay actividades lúdicas que son relajantes e idóneas tanto para el niño y como para el perro que son perfectas para hacer en Navidad, cuando lo más probable es que ambos compartan más horas del día juntos. “El juego del trilero consiste en que el animal utilice su olfato para descubrir dónde está un premio comestible”, propone Pineda. “También se puede jugar en el exterior a poner recompensas de comida donde haya vegetación. El perro la buscará y cuando termine el circuito el niño le puede dar una mayor gratificación, como con caricias o felicitaciones verbales”, incide esta especialista en comportamiento animal.

El deporte es otra alternativa con la que el niño y el can se pueden divertir juntos. “Una opción es acudir en Navidad a parques urbanos específicos para perros donde hay circuitos de agility, con diversos obstáculos”, continúa esta experta. Pero una forma para que el niño saque a relucir su creatividad y empatía es crear estos circuitos en casa. “Se pueden utilizar conos, aros u obstáculos donde el perro suba y baje. De esta forma, además de que el animal hace ejercicio, el niño se divierte”, prosigue la especialista.

El agua es otra opción que suele gustar a los niños y a los perros para entretenerse. Se puede usar como contexto lúdico para crear momentos de juego: “En un balde con agua se puede colocar algún juguete para que flote y con el que el niño se divierta con su animal”, plantea esta experta en animales. Siempre será buena idea todo aquello que fomente una relación de los más pequeños con sus mascotas basada en el respeto. “De esta forma se fomenta un vínculo sano, que sirve para que el niño aprenda a cuidar a los seres vivos”, sostiene Pineda.

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