Borrell eleva el tono y pide a los Veintisiete que suspendan el diálogo político con Israel
La propuesta, que se examinará el lunes en el Consejo de Exteriores en Bruselas, responde a la petición de España e Irlanda de revisar el Acuerdo de Asociación por violaciones de los derechos humanos
Josep Borrell está a punto de dejar las riendas de la diplomacia europea, pero parece dispuesto a aprovechar hasta el último momento para intentar avances en uno de los conflictos que más le preocupan, el de Oriente Próximo. En el que debería ser su último Consejo de Asuntos Exteriores como alto representante para Política Exterior de la UE, el próximo lunes, el español va a presentar una propuesta formal para que los Veintisiete suspendan el diálogo político con Israel por la actuación del Gobierno de Benjamín Netanyahu en materia de derechos humanos, algo que España e Irlanda llevan reclamando que se estudie desde comienzos de año y que volvieron a demandar hace menos de un mes.
“Voy a presentar una propuesta para que la UE invoque la cláusula de derechos humanos para suspender el diálogo político con Israel y propondré al Consejo una decisión con tal efecto”, adelanta Borrell en una carta remitida a los ministros de Exteriores de la UE de cara a la cita del lunes en Bruselas. En una segunda misiva, que ha podido consultar EL PAÍS, expone sus planes y motivaciones también al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El diálogo político es la pieza clave del Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel, el principal instrumento de intercambios políticos y comerciales bilaterales desde su entrada en vigor en el año 2000. Por ende, es una de las principales palancas de presión que tienen los Veintisiete —que son el principal socio comercial del Estado judío— ante Netanyahu para intentar lograr el alto el fuego inmediato que el bloque comunitario reclama como base para una solución del conflicto.
El respeto de los derechos humanos y los principios democráticos son una condición fundamental del acuerdo. A mediados de febrero, España e Irlanda escribieron a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reclamando que se analizara la situación de derechos humanos en Israel para ver si el Estado judío “está incumpliendo” sus compromisos en la materia, una petición que la alemana ha dejado desde entonces en el limbo.
Pero desde el verano, sobre todo tras la opinión emitida en julio por el Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (TIJ), que consideró que el control ejercido por Israel en los territorios palestinos ocupados ―Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este― “viola las leyes internacionales”, el tono se ha ido endureciendo en Bruselas, a medida que se agotaba también la paciencia ante el silencio de la jefa del Ejecutivo europeo. Finalmente, Borrell anunció su intención de discutir en el Consejo de Exteriores de este lunes la demanda española e irlandesa, pero ahora va incluso un paso más allá y plantea directamente que se actúe, suspendiendo el diálogo político.
Según explica en su carta, hasta la fecha Israel “no ha respondido de manera suficiente” a las inquietudes manifestadas por la UE en materia de “posibles violaciones” del derecho humanitario internacional en Gaza. Borrell hace referencia, entre otros, al “deber de la fuerza ocupante de garantizar ayuda humanitaria a una población necesitada” o la “obligación de Israel de poner fin a la violencia de los colonos extremistas” en Cisjordania, varios de los cuales han sido sancionados este último año por primera vez por la UE.
“El riesgo de un empeoramiento de la catástrofe humanitaria en Gaza, especialmente en el norte de Gaza, cuando se añade a los elementos anteriores, crea una urgencia especial para reaccionar en el marco del artículo 79(2) del Acuerdo de Asociación”, agrega el jefe de la diplomacia europea. Dicho artículo prevé que “si una de las partes considera que la otra no ha cumplido una obligación del acuerdo, puede tomar medidas apropiadas”.
Miembros opuestos
Es difícil que la propuesta prospere, en vista de que hay un núcleo de países —sobre todo Austria, Alemania, República Checa y Hungría— férreamente opuestos a que se realice una condena clara a la actuación de Israel en represalia por los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre del año pasado que desataron el nuevo conflicto. Con todo, incluso los aliados más firmes de Israel en el seno de la UE han ido endureciendo el tono, como se vio en la última cumbre formal de líderes europeos, a mediados de octubre.
En dicha cita, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reclamó que la Comisión Europea preparara de una vez el informe que evalúa el trato a los derechos humanos del Gobierno de Netanyahu. Durante la cumbre, la demanda, a la que se unió el primer ministro irlandés, Simon Harris, recibió un inesperado respaldo del propio Michel, quien, pese a que este punto no estaba en las conclusiones de la cita, reveló que el tema había sido discutido por primera vez de forma explícita entre los mandatarios europeos. Y manifestó su confianza en que el debate continuaría “en las próximas semanas”.
El momento parece haber llegado. Consciente de las muchas suspicacias que se va a topar, Borrell subraya que no es un portazo total a Israel. “La suspensión del diálogo político no suspende automáticamente los encuentros del Consejo de Asociación”, recuerda en su carta. De hecho, agrega, Israel “tiene el derecho a discutir esta medida en el próximo encuentro del Acuerdo de Asociación”, para el que propone que se celebre “a comienzos de 2025″. La fecha no es casual: si hasta ahora no se ha celebrado ese encuentro es por la negativa implícita de Israel de negociar con la UE mientras Borrell, al que ha criticado duramente, siga al frente de su política exterior. El español debería ceder el mando a la estonia Kaja Kallas a comienzos de diciembre, si el actual bloqueo político del proceso de ratificación de los nuevos comisarios se resuelve.
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