Putin destituye al jefe de la Armada tras las pérdidas sufridas en su flota del mar Negro
El almirante Nikolái Yevménov es relevado del cargo en plena reorganización de la Marina tras las muestras de vulnerabilidad ante la guerra moderna
El presidente Vladímir Putin ha destituido al jefe de la Armada rusa, el almirante Nikolái Yevménov, en plena reorganización de sus flotas tras las pérdidas sufridas por su escuadra del mar Negro. Yevménov, de 69 años, será sustituido por el comandante de la flota del mar del Norte, Alexánder Moiséyev, responsable hasta ahora de las aguas del Círculo Polar Ártico, según han informado fuentes militares a medios rusos. Este cambio de mandos se produce después de que la flota del mar Negro perdiese otros dos navíos más en el último mes por ataques ucranios. En total, la escuadra responsable de los ataques sobre Ucrania ha perdido un tercio de sus navíos desde que comenzó la guerra.
La página web del Ministerio de Defensa ruso aún mantiene a Yevménov como jefe de la Armada rusa. El almirante asumió el mando en 2019, aunque no obtuvo la responsabilidad directa de la flota del mar Negro hasta diciembre de 2023. Antes, el mando de cada flota había sido transferido a los distritos militares en los que está dividida Rusia, y las funciones del jefe de la Armada consistían en la construcción de navíos nuevos y organizar sus escuadras.
Yevménov, nacido en Moscú, desarrolló su carrera en las fuerzas submarinas de la flota del Pacífico desde su graduación en 1987 hasta 2012, cuando fue transferido como subcomandante a la flota del mar del Norte. Su sucesor, Moiséyev, también hizo carrera en los submarinos nucleares rusos y fue reconocido por Putin como Héroe de Rusia en 2011, tras completar un lanzamiento exitoso de misiles balísticos. “Supervisé aquellos ejercicios como comandante supremo y, efectivamente, se hizo todo muy bien”, afirmó el mandatario ruso entonces.
El jefe de la Armada anunció el año pasado la incorporación de 44 nuevos navíos para reponer sus pérdidas. “La operación militar especial [la invasión de Ucrania] nos ha demostrado que es necesario acelerar el trabajo. Todo debe implementarse no rápidamente, sino inmediatamente”, declaró Yevménov en el canal oficial del Ministerio de Defensa. “Sin trabajo experimental a largo plazo”, agregó el alto mando, que también instó a sus constructores a incorporar nuevas medidas de defensa contra drones.
Las fuerzas ucranias golpearon a la flota del mar Negro por última vez en la noche del 4 al 5 de marzo. Las fuerzas especiales del Ministerio de Defensa ucranio hundieron cerca del estrecho de Kerch el patrullero ruso Serguéi Kótov. Botado en 2021 y capaz de disparar misiles de crucero, el navío fue mandado a pique por drones marinos a cientos de kilómetros de la costa controlada por Kiev.
Rusia había perdido unas semanas antes su quinto gran navío de desembarco en dos años de guerra. El Tsézar (César) Kunikov fue destruido el 14 de febrero al sur de Crimea y a plena luz del día por otros drones marinos ucranios. Con su pérdida, la flota del mar Negro se ha quedado con apenas dos de los siete barcos de este tipo, el Proyecto 775, que tenía asignados al principio de la guerra para desembarcar tropas y suministros en el frente. El resto yacen en el fondo marino o han sido gravemente dañados.
La flota del mar Negro ha perdido 21 de sus 70 navíos desde el comienzo de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, según la información que ha recogido de fuentes abiertas el centro de análisis militar neerlandés Oryx. Entre ellos, su buque insignia, el crucero portamisiles Moskvá, hundido en mar abierto en abril de 2022, y el submarino de clase Kilo Rostov del Don en un puerto de Crimea en septiembre de 2023.
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