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Los dos principales partidos de Pakistán llegan a un acuerdo para formar Gobierno

El ex primer ministro Shehbaz Sharif se prepara para mantenerse en el poder al ser designado por su formación para dirigir el Ejecutivo pese a que su hermano Nawaz fue cabeza de cartel en las elecciones

El ex primer ministro de Pakistán Shehbaz Sharif, habla durante una conferencia de prensa en Lahore (Pakistán), este martes.
El ex primer ministro de Pakistán Shehbaz Sharif, habla durante una conferencia de prensa en Lahore (Pakistán), este martes.RAHAT DAR (EFE)

Los dos principales partidos del Parlamento de Pakistán, renovado tras las controvertidas elecciones del pasado jueves, han llegado a un acuerdo para formar un Gobierno con el ex primer ministro Shehbaz Sharif al frente. Sharif, de 72 años y que ya gobernaba de forma interina desde 2022, fue designado por su partido, la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), a pesar de que su hermano, el también ex primer ministro Nawaz Sharif, había encabezado la candidatura electoral y era el favorito entre sus electores para jurar el cargo. Con el apoyo del Partido Popular de Pakistán (PPP), del exministro de Exteriores Bilawal Bhutto ―hijo de la fallecida ex primera ministra Benazir Bhutto―, y de otras formaciones minoritarias, la coalición espera obtener una mayoría parlamentaria.

El partido de los Sharif se vio obligado a llegar un acuerdo con el PPP, con el que ya derrocó en una moción de censura al Gobierno del ex primer ministro Imran Khan, si quería alzarse con el poder. Los diputados que apoyaban a Khan, que se encuentra en la cárcel, se presentaron como independientes y se aseguraron 93 escaños de los 336 que conforman el Parlamento, por encima del PML-N (75 escaños) y del PPP (54). Pese a su triunfo en los comicios, los independientes ―en su mayoría del Movimiento por la Justicia de Pakistán (PTI), liderado por Khan― no contaban con una mayoría clara para escoger al nuevo jefe de Gobierno.

Ante este escenario, Nawaz Sharif se proclamó ganador de las elecciones horas antes de finalizar el escrutinio e invitó a todos los partidos a unirse para dirigir el país en coalición. “Todos los partidos deberían reunirse para formar Gobierno, y la Liga los invita a trabajar con ella para ayudar a Pakistán a salir de la crisis”, dijo. En principio reacio a brindar su respaldo, el partido de Bhutto cedió y manifestó el lunes por la noche su apoyo a la candidatura del PML-N, aunque aclaró que no se incorporaría en el Ejecutivo.

Una de las grandes preguntas que abre la nominación de Shehbaz es por qué su hermano Nawaz abandonó la carrera, pese a ser el favorito y la cara visible del PML-N durante la campaña. La vicepresidenta del partido e hija de Nawaz Sharif, Maryam Nawaz, ha explicado en las redes sociales que este “participará de forma activa en política” y ha recordado que él “dejó claro en sus discursos de campaña que no sería parte de un Gobierno de coalición”. Aun así, ha descartado que su padre se retirará de la política y ha aclarado que tanto ella como su tío seguirán “sus órdenes” y trabajarán “bajo su liderazgo y supervisión”.

Pakistán, una potencia nuclear y el quinto país más poblado del mundo (unos 231 millones de habitantes), está inmerso en una crisis económica, con una inflación que ronda el 30% y un crecimiento que se desacelera alrededor del 2%. De hecho, uno de los mayores logros de Shehbaz Sharif en su corto mandato tras la destitución de Khan fue conseguir un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un momento en que Pakistán estaba al borde de la suspensión de pagos.

Las elecciones estuvieron marcadas por la creciente violencia y la división política en el país, además de acusaciones de fraude por parte de los simpatizantes del partido de Khan. El PTI solicitó la impugnación de los resultados en numerosas circunscripciones por un supuesto fraude que, según alega, le impidió obtener un mejor resultado. La Unión Europea exhortó a las autoridades a “garantizar una investigación oportuna y completa de todas las irregularidades electorales”, aunque estas han negado tener conocimiento de posibles anomalías.

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Entre los principales desafíos del nuevo primer ministro está intentar conseguir otro rescate a corto plazo del FMI, pues el programa actual expira el próximo mes. Además, deberá mantener los vínculos con el Ejército, que indirectamente ha dominado Pakistán desde la independencia y con el que el ex primer ministro Khan tuvo una mala relación. Ningún jefe de Gobierno de Pakistán ha terminado un mandato completo de cinco años desde la independencia en 1947.

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