El envío de medicinas a Gaza abre la puerta a un nuevo acuerdo para intercambiar rehenes por prisioneros palestinos

Dos aviones militares de Qatar han aterrizado este miércoles en el aeropuerto egipcio de Al Arish, en la península del Sinaí, con medicamentos destinados a los rehenes capturados en Israel el pasado 7 de octubre y a la población civil del enclave palestino. La ayuda médica fue entregada a Egipto, que la trasladó hasta el paso de Rafah, en la frontera gazatí, 28 kilómetros al este. Y unas horas después entraba en la Franja: “En las últimas horas, la medicina y la ayuda humanitaria ingresaron a la franja de Gaza, en cumplimiento del acuerdo anunciado”, ha afirmado un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar. El entendimiento alcanzado entre Israel y Hamás para que los secuestrados con enfermedades crónicas (45 de los 132 rehenes en manos de la milicia islámica) reciban los fármacos que precisan representa un gesto humanitario. Pero además hace presagiar un nuevo acuerdo como el que hace dos meses permitió el intercambio de un centenar de secuestrados por presos palestinos en cárceles israelíes.

“Qatar, junto con sus socios regionales e internacionales, continúa con los esfuerzos de mediación a niveles políticos y humanitarios”, han afirmado desde Exteriores. Por su parte, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, se mostró optimista ante la pronta consecución de una nueva liberación de rehenes: “En Qatar están en marcha serias e intensas negociaciones [con este objetivo]”, aseguró en la noche del martes.

El gabinete interno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se limitó a informar la misma noche del martes de la mediación humanitaria de Qatar, sin dar más detalles. Un alto cargo de Hamás, Musa Abu Marzuk, ha precisado este miércoles que el pacto alcanzado implica hacer llegar los medicamentos a los rehenes a cambio de la entrega de ayuda humanitaria a la población civil gazatí. En declaraciones a la cadena catarí Al Jazeera, Abu Marzuk explicó que por cada caja de medicamentos que se envíe a los rehenes se suministrarán 1.000 cajas a los habitantes de la Franja.

Mientras, los ataques del ejército israelí se han recrudecido en las últimas horas en el sur de Gaza, donde han perdido la vida más de 100 palestinos. Los portavoces castrenses israelíes han informado este miércoles de operaciones en varios puntos del área central y el sur de la Franja, territorio que sigue sometido por sexto día consecutivo a cortes casi totales de comunicaciones telefónicas e internet. La cifra de muertos en Gaza desde el inicio de la guerra alcanza ya el listón de los 24.448, aunque las autoridades gazatíes estiman que más de 7.000 cadáveres se encuentran aún bajo los escombros.

Netanyahu ha reiterado en la noche de este miércoles que “la guerra va a continuar hasta que se concluyan todos los objetivos: el retorno de los rehenes, la erradicación de Hamás y la garantía de que Gaza deje de ser una amenaza para Israel”. El ministro de defensa, el exgeneral Yoav Galant, quien mantiene posturas enfrentadas con el primer ministro sobre el desarrollo de la guerra, ha coincidido en que “si Hamás no es completamente desmantelado, no será posible vivir en paz en Israel”. “Mientras siga habiendo rehenes, no podremos detener la guerra”, advirtió.

De los más de 240 secuestrados el 7 de octubre cerca de la frontera de Gaza, 132 siguen aún cautivos en el enclave, según las estimaciones de Israel. Permanecen ocultos presumiblemente en túneles bajo control de la milicia de Hamás, aunque se teme que más de una veintena de ellos hayan perecido, de acuerdo con testimonios de rehenes liberados en noviembre.

Los fármacos incluidos en el pacto alcanzado la noche del martes, un total de 140 específicos, serán entregados por el Comité Internacional de Cruz Roja a hospitales de la Franja, sin que Israel pueda inspeccionar los envíos. Netanyahu se desentendió en un principio de la ausencia de registro en la frontera de las medicinas por parte de las fuerzas israelíes, alegando que se trataba de una “decisión del ejército sobre medidas de seguridad”.

División en el Gobierno de Netanyahu

Las críticas que recibió la decisión de no inspeccionar el cargamento de medicamentos suscitaron de inmediato protestas entre los sectores más radicales y nacionalistas de la coalición gubernamental. Israel se ha reservado el control de todos los camiones que entran a través del paso de Rafah desde el inicio de la ofensiva de su ejército en el enclave. Para ello, obliga a Egipto a que bienes y mercancías sean inspeccionados antes, para detectar un eventual contrabando de armas, en el cercano paso israelí de Kerem Shalom para que puedan atravesar en dirección a Gaza.

Cinco camiones cargados con medicamentos destinados a los rehenes y a la población civil gazatí se encontraban en la noche del miércoles a la espera de superar los controles de seguridad fronterizos. Además de fármacos, el envío incluía topo tipo de ayuda humanitaria para los civiles de Gaza, informa Reuters.

Los portavoces castrenses puntualizaron que la inspección de los camiones había sido ordenada por el “estamento político”, según informó el portal digital informativo Times of Israel, que citaba además fuentes del Cogat, el órgano civil de enlace del Ministerio de Defensa con los territorios palestinos.

Hamás dice haber excluido la mediación de Francia en el acuerdo de entrega de los medicamentos, como estaba inicialmente previsto, ante “la falta de confianza en el Gobierno francés por su posición de apoyo a la ocupación israelí”, puntualizó Abu Marzuk, dirigente del movimiento islamista. También aseguró que, en paralelo al acuerdo, se iba a incrementar la entrada de ayuda humanitaria y alimentos en el enclave costero.

La mediación de Qatar, con apoyo de Egipto, ha recibido el espaldarazo de Washington. El primer ministro israelí, sin embargo, parece mostrarse renuente a un nuevo intercambio con Hamás, ya que implicaría la suspensión, al menos temporalmente, de la campaña militar para derrotar por completo a la milicia del movimiento de resistencia islámica. El enviado de la Casa Blanca para Oriente Próximo, Brett McGurk, se encuentra en Doha, la capital catarí, para participar en las negociaciones. McGurk ya intervino en el pacto para el intercambio de un centenar de rehenes por presos palestinos que se llevó a cabo entre noviembre y diciembre.

El gabinete de seguridad israelí que dirige la guerra en la franja de Gaza rechazó la semana pasada una propuesta de Qatar para liberar a todos los rehenes a cambio del cese de las hostilidades y de la salida al exilio de los líderes de Hamás. Israel descartó el plan por imponer la “condición inaceptable” de retirar tropas y poner fin a los combates. El director del Mosad (espionaje exterior), David Barnea, fue quien presentó la propuesta recibida desde Doha, una iniciativa tras la que los analistas políticos israelíes creyeron ver la presión de Estados Unidos.

El Comité Internacional de la Cruz Roja, que distribuirá la ayuda médica enviada por Qatar, no ha podido visitar a los rehenes capturados en Israel el pasado 7 de octubre a pesar de los llamamientos urgentes de sus familiares y de los mediadores internacionales. El envío de medicamentos y de ayuda médica proporcionada por Qatar y que llega a Gaza a través de Egipto es el primer acuerdo alcanzado por las partes desde el pasado noviembre.

Nueve muertos en ataques en Cisjordania

Las hostilidades han ensangrentado también este miércoles el territorio palestino de Cisjordania, donde murieron nueve personas en operaciones de la aviación de combate israelí. Cinco de ellos perdieron la vida de madrugada en el campo de refugiados de Balata, en Nablus (norte de Cisjordania), feudo de milicias radicales escindidas del partido Fatah, dirigido por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Israel asegura que los eliminó cuando estaban preparando un atentado inminente.

Pocas horas más tarde, otros cuatro palestinos fueron abatidos en una operación similar la Fuerza Aérea israelí en Tulkarem (noroeste de Cisjordania). En algo más de un centenar de días de guerra en Gaza, al menos 360 personas han muerto en el territorio palestino controlado en parte por la Autoridad Nacional Palestina, que aspira a gestionar también Gaza tras la derrota de Hamás en la guerra con Israel.

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