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Israel ve cómo los frentes se multiplican en su guerra contra Hamás

Cinco semanas después del estallido de las hostilidades, los ataques se extienden desde las fronteras de Líbano y Siria hasta Cisjordania y el mar Rojo

Un tanque israelí en unas maniobras en la parte ocupada de los Altos del Golán, que se ubican en la frontera entre Israel, Líbano, Jordania y Siria.
Un tanque israelí en unas maniobras en la parte ocupada de los Altos del Golán, que se ubican en la frontera entre Israel, Líbano, Jordania y Siria.JALAA MAREY (AFP)
Juan Carlos Sanz

El temor a una expansión regional del conflicto entre Israel y Hamás en Gaza se ha hecho en parte realidad, aunque contenido en torno a las fronteras, cinco semanas después del ataque de la milicia islamista en la frontera de la Franja. Benny Gantz, exministro de Defensa y actual miembro del Gobierno de emergencia para la contienda, ha reconocido que su país está librando una “guerra multifrente”, al tiempo que combate contra la milicia islamista en el enclave mediterráneo palestino.

“El foco está puesto en Gaza, pero también estamos luchando, con acciones de defensa y ataque, tanto en el norte como en el resto [de las fronteras]”, advirtió el martes en el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Tel Aviv Gantz, quien dirigió en 2014 como general jefe del Estado Mayor la anterior contienda a gran escala en la Franja. Se cumplía entonces el primer mes de una guerra que se ha cobrado ya 1.200 muertos en Israel y más de 11.000 en el territorio palestino. Los ataques contra Israel, en su mayoría de milicias y grupos armados asociados a Irán, se extienden desde las fronteras de Líbano y Siria, hasta Cisjordania y el mar Rojo.

Frente Norte

La escalda bélica en la frontera entre Líbano e Israel ha abierto el mayor escenario de hostilidades tras el de la franja de Gaza, y el más explosivo. Desde el 7 de octubre han muerto 90 personas, 70 de ellas miembros de la milicia proiraní de Hezbolá, en territorio libanés. Los intercambios de disparos de cohetes de la guerrilla chií y de la artillería israelí a ambos lados de la Línea Azul, que marca la divisoria entre dos países que siguen técnicamente en guerra, son cada día más intensos y con un mayor alcance. Este sábado han llegado hasta una zona situada 45 kilómetros al norte de la frontera, donde un dron israelí atacó un vehículo libanés.

El exgeneral israelí Yossi Kuperwasser, que fue jefe de la división de investigación de inteligencia de las Fuerzas Armadas, considera que “la escalada en el frente de Líbano se está llevando a cabo de manera controlada”. “Pero conforme Israel se infiltre en la Ciudad de Gaza”, admite, “vamos a asistir a una mayor confrontación bélica en la frontera libanesa”, aseguraba este jueves en una conferencia para periodistas extranjeros en Jerusalén. En su opinión, “ni Israel ni Hezbolá parecen dispuestos a lanzarse a una guerra a gran escala”, como en 2006. Entonces perecieron 1.300 libaneses, en su mayoría civiles, y 165 israelíes, casi todos militares, en 33 días de combates. Posteriormente, se desplegaron en la frontera 10.800 cascos azules de la ONU de 40 países, entre ellos 600 españoles.

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En su segundo discurso desde el inicio de la guerra en Gaza, el líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, ha asegurado este sábado que Irán respalda la “resistencia contra Israel en todos los aspectos: militar, económico y político”. “Esto ha producido un cambio en el equilibrio de la disuasión regional”, sentenció. Nasralá ha revelado que el partido-milicia está atacando nuevos objetivos en Israel, con un aumento del número de operaciones y del tipo de armas en los últimos días, y prometió que el frente de Líbano “permanecerá activo”.

“Hezbolá tiene que tener en cuenta lo que dicen el resto de los libaneses, que saben que su país, sumido en una grave crisis económica, puede quedar devastado si estalla una guerra con Israel. Nadie lo quiere”, argumenta Kuperwasser, experto en cuestiones de seguridad del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén. “Ante todo”, concluye, “busca distraer a Israel de su objetivo fundamental contra Hamás en la franja de Gaza.

En el frente del norte operan además otros actores, como las milicias palestinas exiliadas en Líbano, afiliadas tanto a Hamás como al partido nacionalista laico Fatah. Desde Siria, en el límite con los Altos del Golán (meseta siria ocupada por Israel desde 1967), interviene además la Fuerza Al Quds, el cuerpo expedicionario de los Guardianes de la Revolución Islámica iraníes. En la distancia, las milicias chiíes de Irak hostigan también las bases desde donde EE UU protege a sus aliados en Oriente Próximo, como Israel.

Frente Sur (mar Rojo)

“El eje de la resistencia está bloqueando a Israel”, ha asegurado también este sábado Nasralá, en referencia a los ataques de los rebeldes yemeníes Huthi contra el extremo sur del territorio israelí. “Israel se ha visto obligado a desviar parte de su sistema de defensa aérea a la zona de Eilat”.

El líder de Hezbolá citaba la ciudad turística del golfo de Áqaba, donde Israel tiene salida al mar Rojo. Los lanzamientos de drones suicidas y de misiles de crucero y balísticos desde Yemen han redoblado en las últimas semanas la amenaza de las fuerzas proiraníes contra territorio Israelí, precisamente en una zona donde se han realojado más de 60.000 civiles desplazados por la guerra desde zonas fronterizas con la franja de Gaza.

Israel ha recurrido por primera vez al nuevo sistema defensivo Arrow. Se trata del escudo anticohetes más avanzado con el que cuenta, después del sistema Cúpula de Hierro (para cohetes de corto alcance) y el Honda de David (medio alcance). Los hutíes se han atribuido los ataques, algunos de los cuales han afectado al cercano territorio egipcio. Desde el mar Rojo, Arabia Saudí y EE UU ofrecen a Israel un paraguas contra los ataques de los rebeldes yemeníes. El destructor estadounidense Carney, dotado del sistema antimisiles Aegis, ha interceptado varios de los misiles y drones lanzados por los hutíes.

“Estamos ante un nuevo tipo de guerra multifrente”, reconoce abiertamente el exgeneral Kuperwasser, quien también ocupó el cargo director general del Ministerio de Asuntos Estratégicos de Israel. “Pero no en todos los frentes se lucha con la misma intensidad. El principal está en Gaza, y los otros, ante Hezbolá o la milicia Huthi, son secundarios. Estamos presentes en el resto de los frentes, y con más fuerzas de las que solemos desplegar en tiempos normales”, asegura.

Para este analista, los aliados de Irán están ejerciendo más presión en las últimas semanas, en “una operación simultánea de las fuerzas chiíes”. Teherán suministra el armamento y financia a unas milicias afines, resume, que ante todo cuentan con un “profundo compromiso ideológico contra Israel”.

Frente de Cisjordania

Israel se ha desplegado en los límites con Líbano y Siria, o en las aguas del mar Rojo. Al mismo tiempo, ha intensificado su presencia militar en zonas teóricamente controladas por la Autoridad Nacional Palestina, en el territorio de Cisjordania ocupado desde hace 56 años. “El despliegue militar es muy fuerte en el norte, en torno a Yenín”, puntualiza Kuperwasser. Al menos 175 palestinos han perdido la vida desde el 7 de octubre a manos de las fuerzas de seguridad israelíes o en ataques de colonos radicales. Antes del ataque de las milicias de Hamás que desencadenase la guerra, unos 220 palestinos habían perdido la vida desde el inicio de este año, convertido ya en el más sangriento en Cisjordania desde la Segunda Intifada (2000-2005).

“Hamás tiene grandes expectativas de ampliar su influencia en Cisjordania”, sostiene el analista del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén en Cisjordania, “y también las tiene entre los árabes de Israel (20% de la población de origen palestino), pero estos permanecen ahora en calma”.

Al contrario de lo ocurrido durante la guerra de Gaza de 2021, el estallido de violencia en ciudades mixtas como Lod o Haifa, no se ha reproducido hasta ahora en el actual conflicto. En Jerusalén Este, bajo ocupación también desde 1967, sí se han registrado al menos tres episodios de acuchillamientos contra las fuerzas de seguridad, en los que ha perdido la vida un agente y han sido abatidos a tiros los atacantes. Para Kuperwasser, el principal enigma ahora es averiguar si la Autoridad Palestina, considerada como corrupta y débil ante Israel por sus ciudadanos, podrá hacerse cargo de las áreas de Cisjordania bajo su control en medio del actual clima de violencia y asumir además el control sobre la franja de Gaza en un futuro escenario sin Hamás tras la guerra.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.
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