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Turquía pide a Blinken la mediación de EE UU para un alto el fuego en Gaza

Biden insiste ante Netanyahu para que acepte pausas tácticas en los ataques por razones humanitarias

Guerra Israel Gaza Hamás
El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken (segundo por la izquierda), frente al ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, este lunes en Ankara.JONATHAN ERNST (REUTERS)

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha afirmado este lunes en Ankara que en los próximos días se incrementará la asistencia humanitaria a la población civil de la franja de Gaza como resultado de las conversaciones que ha mantenido estos días en las diversas capitales de la región. “En el tema de la asistencia humanitaria hemos hecho progresos en los últimos días […]. Estamos trabajando incesantemente en llevar más ayuda humanitaria a Gaza y tenemos varias vías concretas para hacerlo. Creo que en los próximos días veréis que la asistencia se expande significativamente con el fin de que más ayuda entre en Gaza para la gente que lo necesita”, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense antes de tomar un avión hacia Japón en el aeropuerto de la capital turca. Además de hablar de ayuda a los gazatíes, las autoridades turcas instaron a Blinken a mediar para propiciar un alto el fuego en Gaza.

En Ankara, Blinken se ha reunido con el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, durante dos horas y media, más tiempo del inicialmente previsto por las agendas de ambos. Al término de la reunión no hubo rueda de prensa conjunta. En declaraciones anteriores, Fidan ha defendido el cese de las hostilidades y una propuesta de paz en la zona que incluya la recuperación del plan de los dos Estados (que Blinken también comparte) y el envío de fuerzas de interposición internacionales. Ankara también se postula como “garante internacional” de un futuro Estado palestino ―en un papel similar al que tiene en Chipre―, una propuesta a la que nadie en la región ha dado, de momento, una respuesta positiva. Según ha confirmado este lunes una fuente de Exteriores a la agencia Reuters, el ministro turco trasladó precisamente al enviado norteamericano la necesidad de un alto el fuego inmediato en Gaza. Blinken ya echó un jarro de agua fría sobre esta posibilidad durante el fin de semana argumentando que podría ser utilizado por Hamás para “reorganizarse”.

Turquía fue la última parada de esta segunda gira de Blinken por Oriente Próximo desde el inicio del actual conflicto entre Israel y Hamás que le ha llevado a visitar también Tel Aviv (Israel), Amán (Jordania), Ramala (Cisjordania), Nicosia (Chipre) y Bagdad (Irak). Las reuniones no han sido todo lo productivas que se esperaba, ya que Israel, por el momento, no se ha avenido a declarar las “pausas humanitarias” recomendadas por Washington, si bien Blinken aseguró que su Gobierno está trabajando junto al israelí en “las cuestiones prácticas” de su eventual declaración. “Sabemos la honda preocupación que hay aquí, y que nosotros compartimos, por el terrible precio que están pagando los civiles palestinos en Gaza. Trabajamos cada día, en contacto con los israelíes, en medidas que puedan reducir las bajas civiles”, afirmó Blinken.

Es algo que tanto a Turquía como al resto de los países de la región les resulta insuficiente, por lo que insisten en pedir al jefe de la diplomacia estadounidense que utilice su influencia sobre Israel para que cese los bombardeos.

Liberación de rehenes

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Por su parte, el enviado del Departamento de Estado norteamericano ha explicado que ha pedido a los representantes de Turquía, Egipto y Qatar que “utilicen sus relaciones” con Hamás para ayudar en la liberación de los rehenes (más de 200) que la organización islamista palestina aún mantiene en Gaza. Blinken dijo que su liberación sería una condición “crítica” para la declaración de una pausa en los bombardeos israelíes sobre la Franja, aunque también admitió que la propia pausa “podría ayudar a avanzar” en la cuestión de los rehenes.

En lo que sí han coincidido las autoridades de los países visitados por Blinken es en trabajar para evitar el contagio del conflicto a otras zonas. “Estamos asegurándonos de que los países en la región utilicen sus influencias y sus relaciones para que este conflicto no se expanda”, afirmó. Ya este domingo, en Irak, Blinken advirtió a las milicias y grupos armados apoyados por Irán de que “no deben aprovechar” el conflicto en Gaza para atacar a las tropas estadounidenses, algo que viene ocurriendo en las últimas semanas y que en las capitales de Oriente Próximo ha incrementado el temor a un conflicto regional.

Allí, en Bagdad, se vio a Blinken vistiendo un chaleco antibalas después de que se convocasen protestas y de que un grupo armado chií emitiese un comunicado amenazante. En Turquía también se reforzaron las medidas de seguridad a la llegada del representante del Departamento de Estado. Una asociación islamista colgó una pancarta con una imagen de Abu Obaida, portavoz del brazo militar de Hamás, y otra acusando al representante de Estados Unidos de ser un “asesino de bebés” en un puente que atravesó el convoy que transportaba a Blinken del aeropuerto de Ankara al centro de la capital turca.

El domingo, manifestantes islamistas trataron de penetrar en la base militar de Incirlik (Adana), el mayor complejo militar en uso por militares estadounidenses en suelo turco, y fueron reprimidos por la policía con botes de gas lacrimógeno y cañones de agua. Los antidisturbios turcos también se emplearon duramente contra quienes trataron de protestar ante la Embajada estadounidense en Ankara tanto el domingo como este lunes.

Las relaciones entre Turquía y EE UU no pasan por su mejor momento, como refleja el hecho de que a su llegada a Ankara, Blinken fuera recibido por un cargo menor del Ministerio de Exteriores y no por el propio ministro Fidan. Era una forma, no muy sutil, de protestar contra la exclusión de Turquía de la primera gira del jefe de la diplomacia estadounidense por la región, a mediados de octubre. Tampoco el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se entrevistó con Blinken, algo que esperaba la delegación estadounidense. Pese a que Turquía es uno de los miembros más antiguos de la OTAN, el mandatario turco ha acusado a sus socios occidentales de ser los principales responsables de las masacres en Gaza por dar supuestamente carta blanca a su “peón” Israel.

Interrupción temporal de las hostilidades

Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha hablado este lunes con el primer ministro Netanyahu sobre la posibilidad de establecer pausas tácticas en los ataques a Gaza por razones humanitarias. El primer ministro israelí se ha negado hasta ahora a aceptar una interrupción temporal de las hostilidades, como solicita Washington. EE UU, sin embargo, se opone al alto el fuego estable que reclaman países árabes y europeos con el fin de permitir la entrada de ayuda humanitaria en la Franja.

En esta decisión no parece haber tenido eco la declaración conjunta de los directores de las principales agencias de Naciones Unidas, que consideran “inaceptable” que “toda una población esté cercada y bajo ataque mientras se le niega el acceso a lo esencial para su supervivencia y se bombardean sus hogares, refugios, hospitales y templos”.

Las conversaciones diplomáticas prosiguen en varios frentes, mientras en el enclave mediterráneo palestino el ejército israelí estrecha el cerco en torno a la capital gazatí y culmina la separación del territorio costero en dos sectores, tras interponerse con los carros de combate entre el norte y el sur del humedal de Wadi o valle de Gaza. Los bombardeos de la aviación y la artillería han proseguido con devastadora rutina, con 450 objetivos en la noche del domingo al lunes, y más de 250 víctimas mortales en esa última jornada, hasta superar los 10.000 fallecidos (de los que 4.100 son niños), según el Ministerio de Sanidad palestino en Gaza, cuando se cumple este martes el primer mes de la guerra.

Para el secretario general de la ONU, António Guterres, esas cifras implican que Gaza se ha convertido en un “cementerio de [más de 4.000] niños” informa María Antonia Sánchez-Vallejo desde Nueva York. “La pesadilla de Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad”, remachó el ex primer ministro portugués. Para el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Eli Cohen, suponen una “vergüenza”. “Más de 30 menores [israelíes], entre ellos un bebé de nueve meses, que presenciaron el asesinato de sus padres a sangre fría, están retenidos contra su voluntad en la franja de Gaza. Hamás es el problema en Gaza, no las acciones de Israel”, aseguró.

En el norte, el intercambio de lanzamiento de cohetes de Hezbolá desde Líbano y la réplica de disparos de la artillería israelí ha proseguido un día más sin que los choques hayan desembocado en una escalada bélica.

Donde se sigue disparando la tensión es en Cisjordania. El ejército ha detenido este lunes a 66 palestinos, entre ellos la activista Ahed Tamimi, de 22 años, que se convirtió hace cinco años en icono de la causa palestina, tras abofetear a un soldado que había entrado sin autorización en su casa, cerca de Ramala. Tamimi cumplió entonces ocho meses de cárcel por la misma acusación de “incitación a la violencia” que le ha sido imputada ahora por las autoridades militares israelíes.

En la también ocupada militarmente, desde 1967, Jerusalén Este, un policía israelí ha muerto tras ser acuchillado este lunes por un palestino, que fue abatido a tiros por las fuerzas de seguridad. Se trata del tercer incidente violento de este tipo registrado en un mes en la parte oriental de la ciudad. También por tercera vez en un mes, Gaza ha recuperado este lunes gradualmente los servicios de telefonía e internet después de que hubieran sido cortados el domingo por Israel, según ha informado la compañía de telecomunicaciones Paltel.

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