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Médicos Sin Fronteras denuncia expulsiones en caliente y maltrato a refugiados por parte de Grecia

La organización recoge el testimonio de cientos de migrantes devueltos en los dos últimos años desde las islas griegas de Lesbos y Samos. El Gobierno de Mitsotakis niega la existencia de esta práctica

Unidades de la Guardia Costera turca rescatan a migrantes irregulares, después de que las autoridades griegas los expulsaran hacia aguas territoriales turcas en Izmir (Turquía), el 22 de junio de 2023.
Unidades de la Guardia Costera turca rescatan a migrantes irregulares, después de que las autoridades griegas los expulsaran hacia aguas territoriales turcas en Izmir (Turquía), el 22 de junio de 2023.Anadolu Agency (Anadolu Agency via Getty Images)
Hibai Arbide Aza

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha asegurado en el Parlamento y en entrevistas que las devoluciones en caliente “son ilegales y, por lo tanto, no existen”. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el Consejo de Europa, el Comité para la Prevención de la Tortura, organizaciones locales, investigaciones periodísticas y el testimonio de refugiados deportados sin haberles dado opción de solicitar asilo afirman no solo su existencia, sino su carácter sistemático. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha publicado este jueves un informe que detalla la violencia extrema que comporta esta práctica de expulsiones en caliente.

Cada día, a las ocho de la mañana, las patrulleras de la Guardia Costera griega regresan al puerto en Lesbos, Samos, Quíos y el resto de islas griegas cercanas a Turquía que, en la última década, son paso obligado en una de las principales rutas migratorias hacia la UE desde Oriente Próximo y el este de África. En cada isla, de lunes a domingo, sin distinguir entre laborales y festivos, un centenar de guardacostas acaba a esa hora la labor de cada noche. Es el turno que realiza la mayoría de interceptaciones de las barcas donde viajan los migrantes.

A pocos kilómetros, a sus homólogos turcos aún les quedan unas cuantas horas de faena. Durante la mañana rescatan a decenas, o centenares, de personas a la deriva. Son los migrantes retenidos por los agentes griegos devueltos a la fuerza a aguas turcas. El Ministerio del Interior turco publica cada día un informe en el que detalla la cantidad, la nacionalidad y el tipo de embarcación en el que fueron rescatados. En octubre corrieron esta suerte 5.709 personas, la mayoría palestinos, sirios y afganos.

Imagen facilitada por Médicos Sin Fronteras donde aparecen tres personas esposadas en la isla de Lesbos, en el Egeo, el 20 de octubre de 2022.
Imagen facilitada por Médicos Sin Fronteras donde aparecen tres personas esposadas en la isla de Lesbos, en el Egeo, el 20 de octubre de 2022.MSF

Entre julio de 2021 y agosto de 2023, MSF ha documentado cientos de casos de devoluciones en caliente, tanto en el mar como en tierra firme, en Lesbos y Samos. En el mar, los migrantes son detenidos en aguas griegas por embarcaciones tripuladas por “hombres encapuchados”, como a menudo se les describe. Estos retiran o destruyen el motor de las lanchas antes de ser abandonadas a su suerte o remolcadas a aguas turcas. También relatan cómo son forzados a embarcar en las naves de los guardacostas, donde a menudo son objeto de agresiones físicas, y sus pertenencias son confiscadas antes de ser coaccionados a subir a una balsa salvavidas inflable para finalmente dejarles a la deriva.

Las expulsiones en tierra siguen patrones similares. Después de llegar a las islas griegas, las personas atendidas por MSF describen persecuciones y detenciones por hombres con el rostro cubierto. A menudo, son sometidas a agresiones físicas y verbales, y sus pertenencias robadas o destruidas de manera similar. Luego son llevadas en contra de su voluntad a embarcaciones y obligadas a subir a balsas salvavidas.

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Decenas de casos concretos

El informe recoge decenas de casos concretos. Como el de un padre que vio cómo expulsaban a su mujer mientras él tenía en brazos a su bebé, de dos meses, que se acababa de ahogar. El de Sahar, que recibe tratamiento de salud mental por síntomas de estrés postraumático tras haber sido empujada al mar nueve veces. O el de Nour, que contó que había sobrevivido a 11 devoluciones en caliente.

Aminata dio a luz en las montañas, porque su grupo llevaba dos días escondido, sin comida ni agua, para evitar la deportación. Un grupo de hombres fueron encontrados por los trabajadores humanitarios en un bosque con las manos atadas con bridas. Adele describió cómo la registraron desnuda y cómo los agentes introdujeron los dedos en los genitales de hombres, mujeres y niños para “buscar” dinero o pertenencias, sin siquiera cambiarse los guantes después de cada uno. Miriam, tras contar que su grupo fue robado y vejado, describió cómo fueron golpeados con palos: “Nos guiaban para que subiéramos a la barca, como si fuéramos ovejas. Pero un pastor nunca pega a sus ovejas”.

Los trabajadores de la organización médica no solo informan sobre las expulsiones en caliente basándose en el relato de sus pacientes. En numerosas ocasiones, han acudido al auxilio de migrantes que requerían su asistencia por una emergencia médica y, cuando han llegado al lugar desde el que les habían llamado, el grupo se había esfumado dejando un rastro de chalecos salvavidas, ropa y mochilas.

Según diversas organizaciones de derechos humanos y testimonios de refugiados recogidos por EL PAÍS, desde el pasado junio no se han constatado más expulsiones desde tierra, aunque en el mar siguen ocurriendo a diario. La fecha no es casual. En mayo, 12 refugiados —entre ellos, niños y un bebé de seis meses— fueron abandonados a la deriva en una lancha salvavidas tras ser obligados a subir a una patrullera de los guardacostas helenos y la secuencia, grabada en vídeo, fue publicada por The New York Times. Pocas semanas después, el 13 de junio, el naufragio del barco Adriana en aguas griegas, cargado con 750 migrantes, puso en primer plano la actuación de los guardacostas. Del mismo modo que nunca hubo una orden oficial para llevarlas a cabo, no ha trascendido a la luz ningún documento que ordene el cese de estas devoluciones.

MSF espera que la publicación de su informe contribuya a que no se vuelvan a aplicar en tierra las devoluciones en caliente y que se ponga fin igualmente a esta práctica en el mar.

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