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Erdogan se compromete a desbloquear la adhesión de Suecia a la OTAN

El giro de Ankara se produce en la víspera de la cumbre de la Alianza Atlántica en Vilnius

Desde la izquierda Erdogan, Stoltenberg y Kristersson, en Lituania este lunes. Foto: YVES HERMAN (AP) | Vídeo: EPV

El camino de Suecia para convertirse en el miembro 32º de la OTAN se ha despejado este lunes, en la víspera de la cumbre que la Alianza Atlántica celebra este martes y miércoles en Vilnius, capital lituana. Una intensa ronda de negociaciones ha permitido sellar el compromiso de Ankara de desbloquear su veto a la adhesión del país nórdico, que mantenía pese a la fuerte presión de la casi totalidad de los demás aliados. La admisión de un nuevo socio requiere unanimidad. El acuerdo ha sido anunciado por el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, que se reunió en Vilnius con el presidente turco, Recep Tayyip sueco, Ulf Kristersson.

Según el pacto anunciado por Stoltenberg, la presidencia turca se comprometió a impulsar en el Parlamento la ratificación de la adhesión sueca que quedaba pendiente. Hungría es el único otro miembro que todavía no ha completado el procedimiento, pero Budapest dejó claro que si Ankara accedía no mantendría en solitario el veto. El desbloqueo se produce a cambio de un elevado número de concesiones de Suecia a las exigencias de Turquía, en materia de antiterrorismo, pero también económica y de impulso a las relaciones entre la UE y Ankara.

De ratificarse, el movimiento representa la culminación de un giro histórico que representa una derrota estratégica para el Kremlin. Tras dos siglos de no alineamiento militar, Suecia, al igual que Finlandia, decidió pedir la integración en la Alianza después del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Ankara mantenía desde entonces un veto argumentado, sobre todo, con la presunta ineficaz acción de Estocolmo contra el terrorismo, y en especial contra el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), considerado una organización terrorista por Turquía, la UE y EE UU. Estocolmo se empleó para superar ese argumento, con importantes reformas legislativas. Sorpresivamente, esta mañana, Erdogan, puso otra condición sobre la mesa para levantar su veto a Suecia: que los miembros de la UE abrieran el camino de la adhesión de Turquía al proyecto comunitario.

“Turquía ha esperado a la puerta de la UE durante más de 50 años”, dijo Erdogan, antes de despegar rumbo a Vilnius, “casi todos los miembros de la OTAN son miembros de la UE. Hago este llamamiento a todos estos países que han dejado a Turquía esperando a las puertas de la UE. Venid y abrid el camino para la membresía de Turquía en la UE. Cuando abráis el camino para Turquía, abriremos el camino para Suecia, como hicimos para Finlandia”, señaló el mandatario antes de viajar a la cumbre.

La declaración cogió a muchos por sorpresa, ya que el proceso de adhesión de Turquía a la UE está moribundo. Turquía obtuvo el estatus de país candidato a la UE en 1999, y las negociaciones formales empezaron en 2005. Pero desde hace años el proceso está quebrado en medio de fuertes divergencias entre el bloque y Ankara. No parece viable una auténtica revitalización de ese proceso. Pero probablemente Erdogan tiene objetivos precisos cuyos contornos quedaron evidentes en las explicaciones de Stoltenberg.

El jefe de la OTAN señaló que Suecia se comprometió a trabajar dentro de la UE para revitalizar las relaciones con Turquía, y especialmente la modernización del acuerdo aduanero bilateral y el impulso a la liberalización de visados. Esas son dos áreas donde quizá se verá movimiento en los próximos meses.

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Stoltenberg recordó que Suecia reformó su Constitución y sus leyes en materia antiterrorista, elevado su cooperación en la lucha contra el PKK y que ha acordado un pacto bilateral de seguridad con Turquía y también un comité conjunto de corte económico para explorar nuevas oportunidades de cooperación entre ambos países. Además, Stoltenberg informó de que creará un puesto de Coordinador Especial de antiterrorismo en el seno de la OTAN.

El anuncio del compromiso de desbloqueo llegó después de que, ya en la capital lituana, Erdogan mantuviera varias reuniones. Además de con Stoltenberg y Kristersson, también se vio con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para obtener garantías de que se reabre la perspectiva turca de ingreso en la UE, como ha reclamado este lunes Erdogan. Después de la reunión, Michel declaró en Twitter: “Buen encuentro con el presidente Erdogan. Hemos explorado oportunidades para volver a poner la cooperación UE/Turquía en primer plano y revitalizar nuestras relaciones”. Anteriormente, el canciller alemán, Olaf Scholz, se había pronunciado señalando que los dos procesos, la adhesión de Suecia a la OTAN y la de Turquía a la UE, son separados, y deberían permanecer así.

El desbloqueo se perfila pues como el resultado de una intensa negociación. Algunos observadores consideran que hay otro elemento en juego que no tiene nada que ver con Suecia: el acceso de Turquía a armamento avanzado de Estados Unidos.

Turquía presiona desde hace tiempo para obtener la modernización para los aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense que ya posee, así como permiso para adquirir otros nuevos. La Casa Blanca accedió a lo primero después de que Ankara levantara su veto a la adhesión de Finlandia, aunque el procedimiento se fue atascando después en el Congreso. Pero lo otro, la compra, es el aspecto más jugoso.

Fuentes diplomáticas apuntan a que es posible un acuerdo con Washington para el suministro de los cazas y la tecnología necesaria a cambio de un compromiso formal de que Ankara no utilizará los F-16 contra Atenas con vuelos diarios sobre aguas del Egeo en disputa. Erdogan tiene previsto mantener encuentros tanto con Joe Biden, presidente de EE UU, como con Kiriakos Mytsotakis, primer ministro de Grecia. Tras el anuncio del acuerdo, Biden felicitó a las partes y se comprometió a trabajar con Erdogan en “mejorar la defensa y la disuasión en la región euroatlántica”.

Erdogan, Kristersson y Stoltenberg, en una reunión previa a la cumbre, este lunes Lituania.
Erdogan, Kristersson y Stoltenberg, en una reunión previa a la cumbre, este lunes Lituania. YVES HERMAN (Associated Press/LaPresse)

Asistencia de Zelenski

Con todo, el asunto central de la cumbre es la relación de la Alianza con Ucrania. Los aliados debatirán este martes y miércoles en la capital lituana la relación de la organización con Ucrania. El país, que ha superado los 500 días de guerra luchando contra los invasores rusos, será el centro del debate, aunque la declaración final, en la que habrá una frase que remarque que el lugar de Kiev es dentro de la Alianza, aún está en discusión y ha generado algunas fricciones entre los aliados. Algunos, como Estados Unidos o Alemania, abogan por algo menos conciso. Otros, como Francia y el Reino Unido, por una promesa más concreta. Un poco más allá, los países bálticos reclaman incluso un cronograma. “Ucrania necesita señales más específicas de que será miembro de la OTAN, no solo sobre el papel”, ha reclamado el presidente lituano, Gitanas Nauseda, en una conferencia de prensa este lunes junto a Stoltenberg.

La Alianza Atlántica ha elevado su relación diplomática con Kiev con la creación de un Consejo OTAN-Ucrania, un órgano de representación que permitirá al Gobierno de Volodímir Zelenski participar en muchas reuniones, como adelantó EL PAÍS. El presidente ucranio viajará a Lituania para asistir a la cumbre e inaugurará la primera de esas reuniones, según ha explicado Stoltenberg. Sin embargo, Kiev quiere un compromiso más claro sobre la futura adhesión. La OTAN busca cómo avanzar a algo más concreto y que satisfaga a todos los aliados desde la vaga declaración de la cumbre de Bucarest, de 2008, que daba la “bienvenida a las aspiraciones de Ucrania y Georgia” y apuntaba: “Acordamos hoy que estos países se convertirán en miembros de la OTAN”. Sin más.

Mientras llega esa invitación clara de membresía, los 31 aliados se disponen a aprobar un completo plan de asistencia económica para que Ucrania haga reformas en su ejército y lo convierta en homologable con los estándares y reglas de la Alianza y realice una buena transición de la doctrina soviética a la aliada.

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