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Francia persiste en la protesta contra la reforma de las pensiones en vísperas del fallo del Constitucional

El alto tribunal decidirá el viernes si da el visto bueno a la ley que aumenta la edad de jubilación de los 62 a los 64 años

Un grupo de protestantes en Lyon este jueves, en la 12ª jornada de manifestaciones en Francia en contra de la reforma de la jubilación del Gobierno. Foto: JEAN-PHILIPPE KSIAZEK (AFP) | Vídeo: EPV
Marc Bassets

Los franceses han protestado este jueves contra la reforma de las pensiones por última vez antes de que el Consejo Constitucional, el equivalente del Tribunal Constitucional en España, emita el viernes su veredicto. Es, desde enero, la duodécima jornada de manifestaciones y huelgas contra la ley que aumenta la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, adoptada ya por el Parlamento tras un agitado proceso legislativo. Aunque la asistencia fue más reducida esta vez respecto a convocatorias anteriores, es excepcional la prolongación durante meses de las movilizaciones y el mantenimiento de la unidad de los sindicatos, así como el apoyo popular.

Un 62% de franceses apoya el movimiento contra la reforma, según un sondeo del instituto Ifop. Lo significativo es que el nivel de rechazo prácticamente no se ha erosionado desde que el Gobierno presentó la reforma al inicio del año. En 2010, cuando el presidente Nicolas Sarkozy aumentó de 60 a 62 años la edad de jubilación, se celebraron 14 jornadas de manifestaciones y protestas, dos más que ahora, y algunas marchas fueron tan masivas como las de 2023, pero entonces la ciudadanía estaba mucho más dividida.

El número de manifestantes, aunque sigue siendo elevado, no ha dejado de bajar desde la convocatoria de hace tres semanas, que llegó justo después de que el Gobierno impusiese por decreto la reforma y más tarde superase por solo nueve votos una moción de censura. Salieron este jueves a las calles de ciudades y pueblos de Francia 380.000 personas, según el Ministerio del Interior (570.000 la semana pasada, según la misma fuente) y más de un millón, según el sindicato CGT (casi dos millones la semana pasada, según el sindicato).

Las huelgas también han perdido fuerza. Este jueves han afectado parcialmente a sectores como los transportes y la educación, y el sector de la limpieza en París retomará los paros después de haber vuelto al trabajo durante unos días.

Un grupo de huelguistas con pancartas y bengalas de humo rojo ocupó durante unos minutos por la mañana la sede de la marca de lujo LVMH en París. Al inicio de la marcha, cerca de la plaza de la Ópera, la nueva secretaria general del sindicato CGT, Sophie Binet, dijo: “Contrariamente a lo que espera el Gobierno, el movimiento no ha terminado”. La próxima cita podría ser el Primero de Mayo, con motivo de las manifestaciones del Día Internacional de los Trabajadores.

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La manifestación terminó con incidentes. Predominó un ambiente de resignación ante la inminente decisión del Constitucional, cuya sede se encontraba en el recorrido y estaba protegida por las fuerzas del orden. “Soy pesimista”, decía, respecto a la decisión de los sabios, una enfermera de 45 años que, aunque vive a dos horas de París, había participado en casi todas las manifestaciones desde enero. “Dentro de cuatro años”, añadió, “votaremos distinto, votaremos a alguien que nos suprima la reforma”.

“¡Vaya programa electoral, suprimir la reforma!”, intervino entonces un vecino de la calle por donde pasaba la marcha. Dijo tener 68 años y ser un firme partidario de aumentar la edad de jubilación. “Dentro de cuatro años gana el Frente Nacional”, afirmó en alusión al antiguo nombre del Reagrupamiento Nacional. Vamos directos hacia allí, y ustedes le hacen el juego”. La enfermera replicó: “¿Nosotros? No: Macron!”.

Lo que ocurra a partir de ahora dependerá de la decisión del Constitucional, compuesto por nueve sabios —así se conoce a sus miembros— y presidido por el ex primer ministro socialista Laurent Fabius. Entre sus miembros, el tribunal cuenta con otro antiguo jefe de Gobierno, el conservador moderado Alain Juppé.

Si el Constitucional aprueba la ley, o al menos su parte esencial, el presidente, Emmanuel Macron, ya ha anunciado que la promulgará. Su objetivo es pasar la página de uno de los periodos más convulsos desde que llegó al poder en 2017. Macron ha propuesto a los sindicatos abrir un diálogo sobre cuestiones como las condiciones laborales o el trabajo de las personas de más edad. Los sindicatos, unidos hasta ahora, deberán decidir qué hacer. Pueden asumir que, pese a las movilizaciones masivas y el apoyo de la mayoría de los franceses a su posición, han salido derrotados, y poner fin a las protestas con la reforma.

Al final de la marcha de París, en la plaza de la Bastilla, un músico de 45 años llamado Dimitri llevaba una pancarta que decía: “Si no se retira la ley, no hay Juegos Olímpicos 2024″. La ciudad organiza los juegos de verano del próximo año. “En estas condiciones no pueden hacerse, no nos apetece hacer fiesta en los Juegos Olímpicos”, dijo Dimitri. “Desde hace tres meses el país está movilizado, y no se nos considera, se nos maltrata, no se nos quiere”. ¿Quién? “El poder”.

El tribunal puede dejar abierta una vía para mantener viva la movilización, si acepta la iniciativa para convocar un referéndum que fije en 62 años la edad máxima de jubilación. En este caso, las protestas podrían centrarse en pedirle a Macron que deje en suspenso la ley a la espera de que se celebre el referéndum al final de un incierto proceso de más de un año.

La otra opción, este viernes, es que los sabios censuren la ley en su integridad. En este caso, la victoria de los sindicatos y de la oposición de izquierdas y extrema derecha sería rotunda. Y el presidente de la República, un año después de ser reelegido, habría sufrido el mayor revés de su carrera política al ver desautorizada la reforma estrella de su segundo y último mandato.

Reforma pensiones Francia
Un grupo de estudiantes se manifestaba este jueves en París contra la reforma de las pensiones de Macron. Thibault Camus (AP)

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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