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Masacre de Mỹ Lai: a 55 años de uno de los episodios más trágicos de la Guerra de Vietnam

Soldados estadounidenses asesinaron a cientos de mujeres, niños y ancianos inocentes. El Ejército trató de encubrirlo

American soldiers look over the remains of a home in My Lai
Soldados estadounidenses miran los restos de un hogar en My Lai, Sur de Vietnam, en esta foto de archivo del 8 de enero de 1970, dos años después de la masacre.Anonymous (ASSOCIATED PRESS)

La Masacre de Mỹ Lai se mantiene como uno de los episodios más infames en la historia del Ejército de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. Hace 55 años, el 16 de marzo de 1968, más de 500 personas inocentes, campesinos no armados, fueron asesinadas de forma brutal por un batallón cuyas órdenes -según testificaron algunos soldados en los juicios posteriores- eran erradicar a cualquiera que se encontrara en la zona, incluyendo mujeres (algunas de las cuales fueron violadas en grupo), niños y hasta animales. Miembros de distintos niveles del ejército posteriormente trataron de encubrir el suceso, hasta que un veterano de esa misma guerra se encargó de llevarlo a la luz, mostrando un inesperado heroísmo dentro de esta oscura historia.

La misión

En enero de 1968, el Ejército de Vietnam del Norte y el Vietcong lanzaron una operación militar llamada Ofensiva del Tet. Un mes antes, en diciembre de 1967, la Compañía Charlie (Primer Batallón, 20º Regimiento de Infantería, 11ª Brigada, 23ª División de Infantería) llegó al Sur de Vietnam y pasaron varios meses sin entrar en contacto directo con las fuerzas enemigas. Sin embargo, para mediados de marzo, la compañía perdió a 28 miembros por trampas o minas.

Los ataques de la Ofensiva del Tet fueron realizados en la provincia de Quảng Ngãi por el 48º Batallón de Fuerzas Locales del Viet Cong, por lo que la inteligencia militar de Estados Unidos asumió que posteriormente las fuerzas se habían retirado y dispersado hacia la villa de Sơn Mỹ en esa misma provincia, que alberga varias aldeas designadas con el nombre Mỹ Lai. Como parte de la estrategia militar, se estableció una operación de “búsqueda y destrucción” contra el batallón.

Para esta misión, se creó la Task Force Barker, un batallón de la 11ª Brigada liderado Teniente Coronel Frank A. Barker, comandante en Tierra, con la villa de Sơn Mỹ formando parte de su área de operaciones. Según testimonios posteriores por parte de los involucrados, el Coronel Oran K. Henderson, comandante de la 11ª brigada, dio instrucción a sus oficiales de “entrar agresivamente, cerrar con el enemigo y eliminarlos de una vez por todas”. De igual forma, el teniente coronel Barker ordenó a los comandantes del Primer batallón que quemaran las casas, mataran al ganado, destruyeran suministros de comida y que envenenaran los pozos.

Según documentos oficiales, la noche antes de la masacre, el Capitán Ernest Medina de la Compañía Charlie, le dijo a sus hombres que todos los residentes civiles de Sơn Mỹ dejaran la villa para ir al mercado a las siete de la mañana. El propósito era identificar como posible miembros del Vietcong o simpatizantes a los que se quedaran. Algunos de los soldados preguntaron si eso incluía mujeres y niños, y según sus testimonios posteriores aseguraron que habían recibido la orden de asesinar tanto a vietnamitas del Norte, como a los integrantes del Viet Congs, al igual que “sospechosos” y hasta animales. Un testimonio señaló que un capitán dijo: “Todos son vietcongs, así que vayan y matenlos”.

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La masacre

El 16 de marzo de 1968, a las 7.30 de la mañana, el coronel Medina dirigió a alrededor de 100 soldados de la Compañía Charlie, una pequeña artillería y helicópteros de combate en Sơn Mỹ, buscando enfrentar al Batallón 48 de la Fuerza Local del Vietcong. Cerca de Mỹ Lai uno de los helicópteros disparó contra un grupo armado, asesinando a cuatro personas.

Los asesinatos comenzaron de forma inesperada, según declaró Harry Stanley, artillero de la Compañía Charlie, en la investigación posterior a los hechos. El soldado declaró que vio a un miembro del primer pelotón golpear a un hombre vietnamita con una bayoneta, quien también empujó a otro aldeano hacia un pozo, después arrojando una granada dentro. Asimismo, declaró que vio de entre 15 a 20 personas, principalmente mujeres y niños, arrodillados, rezando alrededor de un templo. Todos murieron por disparos en la cabeza.

Un grupo de entre 70 y 80 aldeanos fueron reunidos por el primer pelotón en Xom Lang. Los soldados los empujaron dentro de una zanja, donde después los asesinaron a disparos. El soldado de primera clase Paul Meadlo dijo que le disparó a ancianos y mujeres (quienes les decían a los soldados “No VC”, mientras protegían a sus hijos). Afirmó que lo hizo porque estaba convencido que todos tenían trampas con granadas y que en cualquier momento atacarían.

“Le disparaban a mujeres y a niños como a cualquier otro. No hubo resistencia y sólo vi tres armas capturadas. No tuvimos muertes. Fue como cualquier otra villa vietnamita, viejos ‘papa-sans’, mujeres y niños. De hecho, no recuerdo haber visto a ningún hombre de edad militar en todo el lugar, vivo o muerto”, señaló el soldado de primera clase Michael Bernhardt.

La masacre siguió con miembros del Segundo Pelotón matando alrededor de 70 vietnamitas al norte de Mỹ Lai. El tercero asesinó a un grupo de siete a 12 mujeres y niños. Charlie Company y Bravo Company llegaron a Cổ Lũy donde asesinaron de entre 60 a 155 personas, incluyendo mujeres y niños. Además de esto, de acuerdo con la investigación posterior, se encontró que al menos 20 mujeres y niñas vietnamitas fueron violadas durante la masacre, algunas por grupos de soldados.

Héroes en la masacre

Hugh Thompson Jr., un oficial técnico, piloto de helicóptero de la Compañía B, 123º Batallón de Aviación, División Americana, fue uno de los héroes que logró salvar la vida de algunos de los inocentes que se encontraban en la zona, y su testimonio mostró la brutalidad con la que actuó la Compañía Charlie.

Antes de la masacre, el soldado volaba con su helicóptero de observación Hiller OH-23 Raven junto con el artillero Lawrence Colburn y el jefe de tripulación Glenn Andreotta, después de recibir órdenes de apoyar a las operaciones de la Task Force Barker en Sơn Mỹ. La aeronave salió primero para intentar atraer fuego enemigo, sin embargo, no fueron atacados.

El Ejército bombardeó la zona asesinando a varios civiles para después darle paso a la Compañía Charlie hacia Sơn Mỹ, liderada por el capitán Ernest Medina, quien dio órdenes de realizar la matanza. En el helicóptero, Thompson seguía haciendo reconocimiento en la zona. “A donde fuera que viéramos, había cadáveres. Estaban estos infantes de dos, tres, cuatro o cinco años, mujeres, hombres muy viejos, no eran personas de edad para ser reclutados de ninguna forma”, declaró en una conferencia sobre los eventos décadas después.

Primero, el soldado y su tripulación pensaron que el bombardeo inicial había causado las muertes. En su recorrido vieron a una mujer civil herida y Thompson solicitó evacuación médica usando una señal de humo verde (que significaba que era seguro acercarse). Sin embargo, vieron acercarse al capitán Medina quien se acercó, la pateó, y le disparó. “Cuando vimos a Medina hacer eso, lo entendimos. Eran nuestros muchachos los asesinos”.

Después de ese asesinato, Thompson descubrió la zanja con las víctimas de Calley, por lo que decidió enviar un mensaje de radio hacia los cuarteles de la Task Force Barker señalando: “Parece que hay muchas muertes innecesarias ahí abajo. Algo no está bien con esto. Hay cadáveres por todos lados. Hay una zanja llena de cadáveres que acabamos de ver. Hay algo mal aquí”.

Thompson regresó al helicóptero con su tripulación. Comenzaron a buscar a civiles y encontraron a un grupo de personas que huían. Al darse cuenta de que los soldados estaban listos para matarlos, Thompson aterrizó su helicóptero. Las declaraciones posteriores de la Colburn y Andreotta señalaron que Thompson ordenó disparar al pelotón si trataban de matar a los civiles. Antes de irse, Andreotta notó movimiento en la zanja de cadáveres, donde pudo identificar a un niño con vida, de entre cinco a seis años, cubierto de sangre y en estado de shock. El niño fue trasladado a un hospital en Quảng Ngãi. Al regresar a los cuarteles generales, Thompson reportó la situación a sus superiores, incluyendo al Teniente Coronel Frank Barker, quien se encargó de enviar señales de radio para detener los asesinatos. Una vez que su helicóptero recargó gasolina, se encargó de regresar a la villa para asegurarse que los heridos fueran evacuados.

Encubriendo la masacre

Los reportes iniciales sobre el suceso aseguraron que “128 vietcongs y 22 civiles” habían sido asesinados en una aldea durante una “intenso tiroteo”. Una nota en la revista Stars and Stripes, señaló que soldados estadounidenses mataron a 128 comunistas en una batalla sangrienta que duró todo el día”.

La primera investigación sobre la operación en Mỹ Lai fueron realizadas por el Coronel Henderson, quien entrevistó a varios soldados involucrados en el incidente, lo que resultó en un reporte en el que se decía que 20 civiles fueron asesinados de forma inadvertida durante la operación, que estas fueron accidentales y se atribuían a disparos de artillería de largo rango.

Por su parte, Thompson y sus compañeros recibieron condecoraciones, sin embargo, las razones por los premios contaban una versión diferente de los hechos, mencionando que Thompson llevó a un niño vietnamita a un hospital después de quedar atrapado entre fuego cruzado, y que su juicio había mejorado las relaciones estadounidenses-vietnamitas en la zona. En las condecoraciones de su tripulación, que también contaban otras versiones de los hechos, se falsificó la firma de Thompson.

Esto mostró los intentos en varios niveles del Ejército Estadounidense de cubrir los eventos de la masacre, y mostrar una imagen más positiva de su involucramiento en el territorio.

Ridenhour, sacando la verdad a la luz

Ronald L. Ridenhour, artillero de puerta de la Sección de Aviación, Compañía del Cuartel General, 11ª Brigada de Infantería, escuchó sobre la masacre de Mỹ Lai durante su tiempo en Vietnam por parte de sus amigos. Mientras se mantenía activo, se encargó de reunir testimonios y recuentos de los soldados que participaron en la masacre.

Al regresar a Estados Unidos, en Marzo de 1969, envió una carta a treinta miembros del Congreso, y al Presidente Richard Nixon, pidiéndoles investigar el incidente de Pinkville (como era apodada la zona). Aunque la mayoría ignoró su escrito, el congresista Mo Udall abrió la puerta a que el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes llamara a oficiales del Pentágono para conducir una investigación.

Bajo presión de esta carta, el 9 de septiembre de 1969, el Ejército acusó a William Calley de asesinato premeditado de 109 civiles del Sur de Vietnam, cerca de la villa de Sơn Mỹ en el área conocida como Mỹ Lai. Aunque los cargos fueron presentados de forma silenciosa para evitar la atención de la prensa, el periodista Seymour Hersh pudo obtener las acusaciones, lo que le permitió revelar al público estadounidense la masacre, casi dos años después del incidente, el 13 de noviembre de 1969, con un artículo en el Dispatch News Service.

Héroes o villanos

El Coronel William Calley fue enjuiciado el 17 de noviembre de 1970. Un jurado de seis oficiales militares lo condenaron el 28 de marzo de 1971 por el asesinato premeditado de 22 civiles del sur de Vietnam. El 31 de marzo fue sentenciado a cadena perpetua con labores forzadas en Fort Leavenwoth, siendo el único de los 26 soldados y oficiales acusados en recibir un castigo.

Sin embargo, distintas figuras de la política estadounidense -incluyendo al entonces gobernador de Georgia y futuro presidente, Jimmy Carter- mostraron indignación por la sentencia contra Calley. Tres días después de su condena, Richard Nixon ordenó que fuera sacado de prisión y que le fuera concedido arresto domiciliario. Tres años y cuatro meses después consiguió la libertad condicional.

En 2009, se disculpó por la participación en Mỹ Lai: “No hay un día que pase que no sienta remordimiento por lo que pasó ese día en Mỹ Lai. Siento remordimiento por los vietnamitas que fueron asesinados, sus familias, por los soldados estadounidenses involucrados y sus familias. Lo siento mucho”.

Por su parte, Hugh Thompson Jr., héroe que rescató a personas antes de ser asesinadas, dio su testimonio durante su recuento en una audiencia cerrada del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes. En 2004, el piloto reveló hostigamiento y amenazas. No fue hasta 1989 que la percepción del público cambió. Thompson y su compañero Lawrence Colburn fueron entrevistados para el documental Four Hours in Mỹ Lai (1989), en el que hicieron un recuento de los hechos.

Durante una visita que Thompson hizo con su compañero Lawrence Colburn en 1998 a Mỹ Lai, señaló que una de las mujeres a las que había ayudado se acercó y le preguntó la razón de por qué las personas que habían cometido esos actos no habían ido con ellos. El ex piloto estaba devastado hasta que ella explicó el por qué quería verlos: “Para que podamos perdonarlos”. El hombre respondió: “No soy hombre suficiente para hacer eso. Lo siento. Desearía serlo, pero no le mentiré a nadie. No soy tan hombre.”

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