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El pacto para exportar grano por el mar Negro se amplía 120 días, pero sin las mejoras que busca Kiev

La ONU se plantea como próximo reto el desbloqueo de los fertilizantes rusos, esenciales también para frenar la crisis mundial de alimentos

Decenas de cargueros, algunos de ellos que navegan gracias al acuerdo del mar Negro, en el Bósforo, el 31 de octubre.
Decenas de cargueros, algunos de ellos que navegan gracias al acuerdo del mar Negro, en el Bósforo, el 31 de octubre.UMIT BEKTAS (REUTERS)
Luis de Vega ( Enviado Especial)

El pacto que ha permitido desde julio exportar más de 11 millones de toneladas métricas de cereal desde Ucrania a través de los puertos del mar Negro se ha renovado por un periodo de 120 días. Así lo han anunciado este jueves Ucrania, Rusia, Naciones Unidas y Turquía, las cuatro partes implicadas en el acuerdo, el único consenso que ha emergido hasta ahora en la guerra de Ucrania. Se trata de un acuerdo de mínimos, al menos frente a las demandas que Kiev había planteado en las negociaciones de los últimos días para resolver “problemas existentes”, según el ministro de Infraestructuras, Oleksandr Kubrakov, que se muestra satisfecho pese a todo. Fuera de la ampliación del pacto, que facilita la salida del cereal ucranio bloqueado en los puertos tras la invasión rusa, se han quedado algunas propuestas ucranias, como que se incluya al puerto de Mikolaiv como cuarto punto de carga de la mercancía ―los actuales son Odesa, Chornomorsk y Pivdennii― o que la extensión de la iniciativa fuera de un año. Del puerto de Mikolaiv partía antes de la guerra el 35% de la exportación de alimentos del país.

El siguiente reto que se propone Naciones Unidas es reabrir el mercado de los fertilizantes, esenciales para que la próxima campaña agrícola no siga sufriendo por la guerra. El Kremlin presiona para que se relajen las sanciones sobre su agricultura y exportación de fertilizantes, y espera que con la extensión del acuerdo sobre el grano se tenga en consideración su petición, según la agencia Reuters.

En ese contexto, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha recordado que hay dos acuerdos, el del grano y el que permite la salida a los mercados de los fertilizantes rusos. Guterres ha insistido en el compromiso de Naciones Unidas de “eliminar los obstáculos que aún se oponen a la exportación de alimentos y fertilizantes de la Federación de Rusia”. También ha apelado a la importancia del acuerdo del grano y del pacto de los fertilizantes, pues “son esenciales para reducir los precios y evitar una crisis alimentaria mundial”. “La renovación de la iniciativa de grano del mar Negro es una buena noticia para la seguridad alimentaria mundial”, pero “resolver la crisis de fertilizantes debe ser lo siguiente”, ha dicho en Twitter Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

Mientras, el presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, mediador entre Kiev y Moscú para alcanzar el pacto, que expiraba el 19 de noviembre, ha saludado que el acuerdo se mantenga. Estambul acoge el Centro de Coordinación Conjunta (JCC, según sus siglas en inglés), donde se inspeccionan los buques de grano para evitar que sean usados para el contrabando de armas.

El pacto del mar Negro, que se firmó inicialmente en Estambul el 22 de julio, también con una validez de 120 días, consiguió desbloquear la salida al mar del grano mediante un corredor humanitario por unas aguas con presencia de barcos de guerra rusos y que habían sido minadas para impedir el desembarco de las tropas del Kremlin en ciudades como Odesa. En estos casi cuatro meses, se ha logrado exportar 11,1 millones de toneladas métricas de cereal —junto a algunos productos alimentarios y fertilizantes—, de los que el 70% son maíz (4,5 millones de toneladas) y trigo (3,2), según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, en sus siglas en inglés). Unos equipos de inspección esperan en aguas internacionales a los barcos. Controlan que no atraquen en puertos de Ucrania con mercancía prohibida, como pudieran ser armas. También son inspeccionados de salida, cuando van cargados de grano, en dirección al estrecho del Bósforo.

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“Se trata de otro paso importante en la lucha global frente a la crisis alimentaria”, ha agradecido el ministro de Infraestructuras de Ucrania a través de su perfil de la red Twitter, pese a que Kiev no ha logrado introducir cambios. Además del puerto de Mikolaiv, Ucrania pedía que se amplíe el actual número de cuatro o cinco equipos de inspección de los barcos hasta una decena. “También es importante garantizar el funcionamiento eficaz del JCC”, la sala de máquinas desde donde las cuatro partes controlan el buen desarrollo del corredor humanitario marítimo. Kiev ha acusado a Moscú de pretender obstaculizar su buen desarrollo, como señaló el viceministro de Infraestructuras y responsable de los puertos del país, Yuri Vaskov, este mes en una entrevista con EL PAÍS. A finales de julio, Rusia se apartó durante cuatro días del acuerdo tras un ataque el 29 de octubre sobre su flota de guerra en la península de Crimea.

Un tercio de las cosechas de Ucrania, uno de los graneros del mundo, se han perdido por la invasión rusa. De ellas dependen varios cientos de millones de personas de todo el mundo. El 60% de las exportaciones que salen del mar Negro tienen como destino, en África y Asia, a los habitantes de los países más pobres del planeta. Ucrania lidera la exportación mundial de aceite de girasol y está entre los cinco primeros de maíz y trigo. La invasión rusa llegó a dejar bloqueadas hasta 22 millones de toneladas métricas de grano que no pudieron salir al mercado mundial en los primeros meses de guerra.

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Sobre la firma

Luis de Vega ( Enviado Especial)
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear año y medio por Madrid y sus alrededores. Antes trabajó durante 22 años en el diario Abc, de los que ocho fue corresponsal en el norte de África. Ha sido dos veces finalista del Premio Cirilo Rodríguez.

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