Los gobernadores brasileños se movilizan para desbloquear las carreteras cerradas por bolsonaristas
Los mandatarios de los tres mayores Estados, aliados de Bolsonaro, despliegan a la policía para que reabra las vías
El caos vial desatado en varias partes de Brasil por manifestantes bolsonaristas ha obligado a las autoridades estatales a movilizar a la policía. Los mandatarios de los tres Estados más poblados del país, aliados del presidente Jair Bolsonaro, han mandado a las fuerzas de seguridad para dar cumplimiento a una orden del Supremo Tribunal Federal que pide la liberación “inmediata” de las vías de comunicación cerradas. Las protestas de grupos de camioneros y otros seguidores del mandatario contra la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva han afectado a más de 300 carreteras en una veintena de estados. Bolsonaro ha dicho este martes que simpatizaba con el sentimiento detrás de los bloqueos, pero que no con el método.
Tras horas de bloqueos en las carreteras, las autoridades estatales han dado un golpe sobre la mesa. Reunido en gabinete de crisis, el gobernador de São Paulo, Rodrigo Garcia, que apoyó a Bolsonaro en la segunda vuelta, ha dicho que los bloqueos eran “inadmisibles”. “La elección ya acabó”, ha señalado, a su vez, Romeu Zema, de Minas Gerais, otro aliado del actual presidente. El Gobierno de Río de Janeiro también ha enviado a la policía estatal a liberar las carreteras. En algunos casos, las fuerzas de seguridad han utilizado gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
La movilización de los gobernadores responde a una orden del Supremo Tribunal Federal que pide liberar las autopistas y faculta, además, a las policías estatales a intervenir en cualquier tipo de vías, incluso las federales. Los camioneros que se resistan enfrentan, según la resolución, una multa de 100.000 reales por hora, unos 20.000 euros. El ministro Alexandre de Moraes también ha avisado al director de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques, un bolsonarista declarado, de que puede ser detenido si no cumple con la orden.
Desde la derrota electoral de Bolsonaro el domingo por la noche, se han registrado cientos de bloqueos. Entre las vías que se han visto afectadas en algún momento, están la principal carretera entre Río de Janeiro y São Paulo y la que comunica esta ciudad con el aeropuerto internacional de Garulhos, el mayor del país, que tuvo que cancelar 25 vuelos hasta la mañana del martes.
En la estación de autobuses de São Paulo, las empresas interrumpieron la venta de pasajes para Río de Janeiro. Los que intentaron realizar el viaje en la tarde del lunes tuvieron que volverse al punto de partida y los viajeros, pasar la noche en la estación. Los bloqueos han llegado a afectar el transporte de productos agrícolas. La Asociación Brasileña de Supermercados apuntó a las “dificultades de abastecimiento” y pidió “apoyo” a Bolsonaro para resolver la situación, en una nota compartida con CNN.
Los protagonistas de los bloqueos son los seguidores más radicales de Bolsonaro. Mientras gran parte de las figuras públicas del bolsonarismo ya ha reconocido los resultados, existe una base de la ultraderecha que insiste en disputar la derrota y que llega a pedir una intervención militar para impedir la transición. “¡Este es nuestro país!, ¡viva la democracia!”, gritaban los manifestantes, envueltos en banderas de Brasil, en la carretera que va al aeropuerto de São Paulo. El sector de los camioneros es uno de los más fieles al mandatario, quien les ha beneficiado con ayudas para la compra de combustible y una relajación de las normas de tránsito.
El Partido de los Trabajadores de Lula ha responsabilizado a Bolsonaro del caos en las carreteras. La presidenta de la formación, Gleisi Hoffmann, ha dicho que el mandatario busca “un objetivo político”. Además, ha tildado de “delincuente” al director de la Policía Federal de Carreteras, a quien acusa de ser complaciente con los bloqueos. “Está comprometiendo la imagen de la policía y Bolsonaro continúa comprometiendo la imagen de Brasil”, ha escrito. El Movimiento de Trabajadores Sin Techo, una asociación que apoya a Lula, ha llamado a sus militantes a manifestarse para tratar de desbloquear las carreteras.
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