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Despedido el jefe de policía de la escuela de Uvalde tres meses después de la matanza

El jefe Pete Arredondo, criticado por la respuesta al tiroteo en el que murieron 19 niños y dos maestras, califica su cese de “linchamiento público”

Luis Pablo Beauregard
Texas school shooting
Pete Arredondo, al teléfono a la izquierda, ha sido despedido tres meses después de la tragedia en la escuela Robb.City of Uvalde Police Department (via REUTERS)

La Junta del Distrito Escolar de Uvalde ha votado este miércoles de forma unánime el cese de Pete Arredondo, el jefe de policía ampliamente criticado por la respuesta a un tiroteo en una escuela primaria de Texas, donde murieron 19 niños y dos maestras a manos de un joven de 18 años armado con un rifle de alto poder. Arredondo no acudió a la sesión, que coincidió con los tres meses de aniversario de la tragedia, la segunda peor matanza en una escuela en la historia de Estados Unidos. El abogado de Arredondo, quien solicitaba ser reincorporado a su cargo tras ser suspendido, ha calificado el proceso como un “linchamiento público inconstitucional”. El letrado añadió que su cliente no asistió a la asamblea por las amenazas de muerte que ha recibido.

Unas 100 personas acudieron a ser testigos del despido de Arredondo, quien es un protagonista principal en la fallida respuesta de las fuerzas del orden al tiroteo. El jefe de policía había suspendido sin sueldo desde el pasado 22 de junio. “¡Cobarde!” y “Sin justicia no hay paz”, fueron algunos de los gritos de los familiares de las víctimas, quienes acudieron a cerciorarse de que los siete miembros del Distrito Escolar votaran en favor del despido de Arredondo, una de las solicitudes más repetidas desde que ocurrió la tragedia. La sesión de la junta, no obstante, fue a puerta cerrada. Esta decisión fue criticada por los manifestantes, quienes pedían transparencia.

De acuerdo con un extenso informe publicado por las autoridades de Texas, Arredondo fue uno de los primeros en arribar a la escena del crimen. Desde inicios de 2020, tenía a su cargo seis policías para vigilar nueve escuelas dentro del condado. Las autoridades de Uvalde crearon esta fuerza de policía después de un tiroteo en una escuela de Santa Fe, cerca de Houston, donde un tirador mató a 10 personas en mayo de 2018. El objetivo del cuerpo de policía era prevenir y atender una emergencia como la que sucedió el 24 de mayo pasado.

Arredondo estuvo a la vanguardia de una respuesta oficial que llevó a 23 corporaciones a responder a la emergencia en la escuela primaria Robb, enclavada en un pequeño pueblo de mayoría latina en suroeste del Estado, cerca de la frontera con México. En total, 376 agentes estuvieron presentes aquel día.

Pedro “Pete” Arredondo, retratado durante su nombramiento como jefe de la policía, en febrero de 2020.
Pedro “Pete” Arredondo, retratado durante su nombramiento como jefe de la policía, en febrero de 2020.Uvalde CISD
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La actuación de este pequeño ejército civil, sin embargo, dejó mucho qué desear. Salvador Ramos, el tirador, entró a la escuela disparando ráfagas con su AR-15. Entró a un salón. Cuando los primeros policías que atendieron al llamado entraron al centro educativo, Ramos disparó contra ellos, obligándolos a replegarse. Esto, de acuerdo con la investigación oficial, llevó a Arredondo a cometer “un error terrible y trágico”.

Arredondo, quien olvidó su radio para comunicarse y lanzaba órdenes por teléfono móvil (él dijo posteriormente que era para tener ambos brazos libres para usar las armas), creyó que Ramos estaba arrinconado en una de las aulas. Esto, siempre según la pesquisa, hizo que la respuesta de las autoridades pasara de atender a un tirador activo a uno atrincherado. “Lo teníamos arrinconado... Con policías del lado norte y otro grupo al sur. Y sabíamos que había otros niños en otras aulas. Mi pensamiento fue que éramos una barrera y que debíamos sacar a los niños”, explicó Arredondo frente a la comisión legislativa que investigó las responsabilidades de aquel día. El 9 de junio, explicó en una entrevista con The Texas Tribune, que él no era el comandante a cargo de la respuesta del incidente.

Arredondo se justificó argumentando que no oyeron gritos de menores y los policías no tenían una visión clara de Ramos, quien había comprado un arsenal el día que cumplió los 18 años. “Debes tener un objetivo antes de disparar tu pistola. Es algo que ha pasado por mi mente un millón de veces”, dijo el jefe de policía el pasado 21 de junio. Dentro de los salones, no obstante, niños y maestras realizaban llamadas de emergencia al 911 para que la policía respondiera la situación. La policía ya estaba allí, pero nadie hizo nada durante 77 minutos, el tiempo que tomó hasta que un grupo táctico de la Patrulla Fronteriza entró al aula a matar a Ramos.

Los siete integrantes que componen la Junta del Distrito Escolar rechazaron dar lectura al comunicado que Arredondo les envió, una petición del hoy cesado. “Cuando un empleado gubernamental despide a un individuo bajo circunstancias que dañan la reputación del individuo y fracasan la oportunidad de que este limpie su nombre, el individuo puede buscar un resarcimiento económico”, indica en el documento George Hyde, el abogado del exjefe de policía. “El único responsable de esta tragedia es el tirador”, asevera Hyde en un documento de 17 páginas.

“Son una broma. No deberían de portar ninguna placa. Ninguno”, dijo Vincent Salazar, abuelo de Layla Salazar, una víctima de 11 años de la matanza, el día que se dio a conocer el informe.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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