_
_
_
_
_

Las fuerzas chechenas curtidas en Siria refuerzan las tropas rusas en la invasión de Ucrania

“Pase lo que pase, en la guerra se mata y se destruye”, afirma el presidente de la república, que urge a Rusia a acelerar el avance de su Ejército

Soldados chechenos en Grozny, Rusia, el pasado 25 de febrero.Foto: Musa Sadulayev | Vídeo: Kadyrov_95 (TELEGRAM)
Javier G. Cuesta

Ofuscado por el lento avance de las tropas rusas, el presidente de Chechenia, Razmán Kadírov, dejó claro el pasado 27 de febrero cómo concibe que debería ser la ofensiva sobre Ucrania. “Pase lo que pase, en la guerra se mata y se destruye. Sin ello no se logra nada, por desgracia”, dijo el delfín de Vladímir Putin en el Cáucaso Norte, y advirtió de que si el pueblo ucranio no se rinde, “entonces debemos terminar lo que comenzamos, y de inmediato”.

El jefe supremo de la República de Chechenia, país de mayoría musulmana, ha aportado a la guerra la 46ª Brigada de la Guardia Nacional, fuerza que responde únicamente ante el presidente de la Federación de Rusia y no ante el Ministerio de Defensa. En concreto, se han desplegado dos batallones especializados en perseguir a los enemigos del régimen, el batallón Yug (Sur, en ruso) y el Sever (Norte), cuyos soldados son conocidos como los kadirovtsi, los leales al presidente checheno.

Para el Kremlin, las fuerzas chechenas tienen un aura especial que las diferencia del resto del Ejército. Primero, su población rusa digiere mejor sus pérdidas humanas tanto por su etnicidad como por ser de minoría musulmana. Esto último también hizo que cobrasen importancia en Siria desde 2017 para vigilar a la población. Y segundo, son veteranas de guerras como las dos chechenas, las de Oriente Medio y del este de Ucrania. Kadírov ha convertido estas fuerzas en su propia guardia pretoriana y desde la pacificación de la república han sido su arma para la represión de cualquier rastro opositor en la región.

La brutalidad de los kadirovtsi es conocida. Novaya Gazeta publicó una investigación el año pasado en la que localizó a al menos 12 personas ejecutadas por sus fuerzas de seguridad en una oleada de detenciones a finales de 2016. Uno de los miembros de las fuerzas especiales que participaron en aquella operación, Suleimán Gezmajmáyev, contó detalles sobre los interrogatorios. Según su relato, si un detenido “no confesaba, se volvía a intentar dos o tres horas después, hasta que confesaba o moría”. Entre otros instrumentos que empleaban, nombraba porras eléctricas, bates de goma y barriles de agua de 100 litros donde los detenidos eran sumergidos colgados desde el techo.

El Sever está curtido en combate. Las autoridades rusas confirmaron que había sido enviado a Siria en 2017, cuando el diario independiente Nóvaya Gazeta publicó que sus tropas habían recibido sendos manuales sobre cómo actuar en la república árabe. En concreto, cómo diferenciar a periodistas de espías y cómo identificar a oficiales de inteligencia, combatientes y mercenarios.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Uno de los exmiembros más famosos de Sever es Zaur Dadáyev, segundo al mando del batallón que perpetró el asesinato del opositor Borís Nemtsov frente al Kremlin en 2015. Dadáyev fue condenado por el asesinato del político, una de las principales figuras contra la guerra entonces, aunque nunca se investigó quién ordenó el atentado.

Presencia en Ucrania

La primera prueba de la presencia de las fuerzas de la república del Cáucaso en Ucrania la reveló el propio Kadírov el 26 de febrero, cuando publicó en su perfil de Telegram un vídeo de un militar izando en la valla de un puesto de la Guardia Nacional de Ucrania una bandera chechena con el retrato de su padre, Ajmat Kadírov. “Alabado sea Alá. Den la bienvenida a Rusia”, escribió el mandatario. No especificó cuál era aquel lugar, aunque un vídeo de otro soldado en las mismas puertas indicó que sería Gostomel, a unos 25 kilómetros de Kiev.

Ese mismo día también circuló la información de que habrían muerto en Ucrania los comandantes Magomed Tusháyev, responsable de Sever, y Azor Bisáyev, de la OMON (un destacamento especial de la policía) de Ajmat-Grozni. Kadírov publicó en sus redes un vídeo en el que supuestamente conversaba con ellos por teléfono y decía que están “más vivos que todos los vivos, e incluso más vivos que los que difunden falsedades desde el sofá”. Además, afirmaba que no presentaban un rasguño y estaban dotados de suministros al completo.

Un día después, el presidente de Chechenia criticaba el lento avance de las Fuerzas Armadas rusas en Ucrania y urgía a “comenzar una operación a gran escala en todas las direcciones”. “Más de una vez he participado personalmente en tácticas y estrategias contra terroristas, he combatido en batallas, y en mi opinión los planes elegidos en Ucrania son demasiado lentos”, escribió en su perfil personal.

El líder checheno, que combatió junto con su padre contra las tropas rusas en la guerra de Chechenia de los noventa, ha difundido también otros vídeos donde se ve a sus tropas rezando en un claro de un bosque mientras un convoy de cientos de vehículos del Ejército ruso avanzaba lentamente.

El diario Chechnia Segódniya publicó que Kadírov habría enviado unos 12.000 hombres al frente, y el mandatario obligó al medio a retractarse. Aún no está claro si las unidades chechenas participarán en lo más duro de los combates, aunque según el periódico independiente Kavkazski Úzel (El Nudo del Cáucaso, en castellano) todo apunta a que sí. El diario, declarado agente extranjero por las autoridades rusas, tuvo acceso al coronel del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y exdiputado de la Duma Estatal (el Parlamento ruso), Guennadi Gudkov. Según sus informaciones, el Ejército checheno participará en el asalto a Kiev, y su tarea podría ser la represión y las incursiones contra objetivos específicos. Kadírov ha anunciado este martes que han muerto dos de sus hombres en Ucrania y seis han resultado heridos.

Uno de los grandes enemigos de Kadírov es el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que se ha negado a abandonar el país. El mandatario checheno afirmó a finales de enero que si él fuera el presidente ruso, “hace mucho que habría ocupado Ucrania, enviado allí tropas y restablecido el orden”. Y un día después de comenzar la invasión, reunió a miles de personas en Grozni y señaló directamente al presidente ucranio. “Señor Zelenski, el tiempo de las payasadas ha llegado a su fin. Ha llegado la hora de cumplir el deber con su pueblo para evitar consecuencias irreversibles. Hoy más que nunca es necesario implementar los acuerdos de Minsk”, amenazó Kadírov.

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_