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La Junta militar de Myanmar acusa a Aung San Suu Kyi de fraude en las elecciones de 2020

La Comisión Electoral controlada por los golpistas ha imputado a 16 figuras políticas afines al partido de la premio Nobel de la Paz, entre ellas el expresidente Win Myint

Manifestación en Taipei, Taiwán, para protestar contra la represión militar en Myanmar tras el golpe de Estado, el pasado mes de marzo.
Manifestación en Taipei, Taiwán, para protestar contra la represión militar en Myanmar tras el golpe de Estado, el pasado mes de marzo.Ceng Shou Yi (Getty)

La batalla en los tribunales de Aung San Suu Kyi, la líder de facto del Gobierno birmano depuesto por los militares el pasado 1 de febrero, se recrudece con la presentación de nuevos cargos en su contra. La Comisión Electoral birmana, controlada ahora por la junta castrense, ha anunciado este martes que procesará a la premio Nobel de la Paz de 1991, así como a otras 15 figuras políticas afines a su partido, por presunto amaño de las elecciones de noviembre de 2020. Suu Kyi, de 76 años, está acusada de 12 delitos que podrían acarrearle una pena conjunta que supondría más de un siglo entre rejas.

El periódico estatal Global New Light of Myanmar ha informado este martes de que un total de 16 personas serán juzgadas por “abuso de poder” y “estar involucradas en acciones ilegales y fraude electoral”. Entre los acusados figuran la propia Suu Kyi y otros miembros de su partido –la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés)–, así como el expresidente de Myanmar Win Myint, el expresidente de la Comisión Electoral Hla Thein y otros funcionarios de esta institución. Por el momento se desconoce cuándo comenzará el juicio y bajo qué paraguas legal conducirá la parte acusadora su alegato.

La Comisión argumenta que estas 16 personas forzaron a funcionarios locales a torpedear las votaciones en los colegios electorales militares durante las elecciones del 8 de noviembre del año pasado, a sabiendas de que el escrutinio en estos comicios habría perjudicado a la reelección de la mandataria; les amenazaron para adelantar las votaciones de los mayores de 60 años, les presionaron para que aprobaran listas en las que se incluyeron votantes no elegibles, e interfirieron a lo largo de la campaña electoral para favorecer al partido que Suu Kyi ayudó a fundar en 1988, y en detrimento de la oposición.

Tras haber ganado las elecciones de 2015 –los primeros comicios celebrados en la era de transición democrática–, la NLD obtuvo una victoria aplastante en las de 2020, con un abrumador 87% de los 476 escaños en el Parlamento. El Ejército birmano, el Tatmadaw, esgrimió como principal argumento para el golpe de Estado que la victoria de la NLD fue resultado de una votación manipulada, acusaciones que desde la Comisión Electoral previa se rechazaron insistentemente. Analistas independientes, como la Asian Network for Free Elections, tampoco encontraron evidencias que respalden semejantes irregularidades.

Tras asumir el poder de forma anticonstitucional, el Tatmadaw destituyó y apresó a los miembros de la Comisión que habían certificado los resultados de las elecciones. Según criticaron medios independientes birmanos, el Ejército coaccionó a estos funcionarios detenidos para que admitieran las alteraciones en las votaciones. En mayo, el presidente de la nueva Comisión Electoral, Thein Soe, afirmó que una investigación había determinado que la NLD colaboró ilegalmente con el Gobierno para otorgarle a este una ventaja en las urnas. Consecuentemente, la junta militar declaró los resultados de las elecciones inválidos, y anunció la disolución del partido.

Suu Kyi, conocida como “La Dama”, se encuentra bajo arresto domiciliario y está acusada de otros 11 delitos. Entre los cargos en su contra están los de corrupción, infringir la ley de secretos oficiales, violar las restricciones para hacer frente a la pandemia e incitar a las protestas. De ser declarada culpable, podría recibir una pena máxima superior a los 100 años en prisión.

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Sus abogados reiteran que todas las acusaciones son infundadas y que se trata de una burda estratagema del Ejército para apartarla de la política. Todos los juicios se están celebrando a puerta cerrada y las autoridades han prohibido a sus abogados que concedan entrevistas a la prensa, bajo el pretexto de que estas “desestabilizarían al país”. Analistas internacionales opinan que todo este montaje legal del Tatmadaw contra la presidenta de facto tiene como principal objetivo evitar que su partido recupere el poder en las elecciones de 2023.

La Premio Nobel de la Paz lideró durante dos décadas el movimiento democrático que surgió contra la dictadura militar que gobernó la antigua Birmania durante medio siglo (1962-2011). Tras dos lustros de transición hacia la democracia, ahora truncada por la asonada, Suu Kyi ha alcanzado un gran apoyo popular. Desde el 2 de febrero, una marea de manifestaciones pidiendo su liberación ha inundado las calles de las principales ciudades de la nación desafiando la violenta represión castrense. Según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos, 1.269 personas han sido asesinadas por la junta militar y 7.322 se encuentran detenidas.

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