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Biden solicita al Congreso seis billones de dólares para “reinventar” la economía de EE UU tras la pandemia

El primer presupuesto de la Administración demócrata prevé un déficit de 1,8 billones para 2022, la mitad del esperado este año

María Antonia Sánchez-Vallejo
El presidente de EEUU, Joe Biden
El presidente de EEUU, Joe Biden, este viernes en Hampton (Virginia).Patrick Semansky (AP)

Seis billones de dólares (cinco billones de euros) para reinventar la economía de EE UU en 2022. Esa es la cuantía del cheque que pretende obtener del Congreso el presidente Joe Biden para implementar sus planes de recuperación y modernización y que, de aprobarse, disparará la deuda a niveles inéditos en siete décadas. La Casa Blanca ha enviado este viernes al Congreso la propuesta, adelantada la víspera por The New York Times, que contempla, como medio para financiar el colosal gasto público, una reforma fiscal para gravar más a las empresas y las rentas altas. El presupuesto prevé para el año próximo un déficit de 1,8 billones de dólares (1,5 billones de euros), la mitad del esperado este año.

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La ambición del primer presupuesto federal de la Administración demócrata -o en otras palabras, la hoja de ruta de la transformadora agenda económica y social de Biden- obedece, según el mandatario, a la necesidad de formular una nueva economía. Después de la pandemia, ha dicho este viernes, el país “no puede permitirse simplemente volver a la situación anterior”. “Debemos aprovechar el momento para reinventar y construir una nueva economía estadounidense” centrada en “las necesidades, los objetivos, el ingenio y la fuerza del pueblo estadounidense”, manifestó.

La propuesta aborda inversiones esenciales en infraestructuras físicas (carreteras, puentes, acceso a banda ancha) y cobertura social, especialmente en lo relativo a la infancia, sin olvidar el combate al cambio climático mediante la generación de energías limpias, que a su vez será fuente de empleo. En esencia, recopila las medidas incluidas en los dos grandes planes que constituyen los pilares del mandato de Biden, el Plan de Empleo Estadounidense (2,3 billones de dólares, 1,9 billones de euros) y el Plan de Familias Estadounidenses (1,8 billones de dólares), con el objetivo último de “facilitar a las familias el acceso y la permanencia en la clase media”. En definición de Biden, el presupuesto “refleja que la mejor manera de hacer crecer la economía no es de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba”, su habitual apelación a la clase media.

A los gastos que se contemplan en los dos planes citados se añade una partida de gastos discrecional de 1,5 billones de dólares (1,2 billones de euros) para el ejercicio fiscal de 2022. Es decir, el gasto del Gobierno, que debe ser aprobado por el Legislativo.

Restaurar la confianza y la capacidad de la gran clase media americana fue una de las principales promesas de Biden en campaña. Otras dos, la cancelación de la deuda estudiantil, que encadena durante décadas a los estadounidenses para devolver los créditos que les permiten ir a la universidad, y una reforma sanitaria para ampliar la débil cobertura pública no se incluyen en la propuesta de presupuesto, detalla el portal Insider.

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“El presupuesto de hoy, que incluye los planes de Empleo y Familias Estadounidenses, realiza las inversiones necesarias tanto en infraestructura como en nuestra gente para garantizar que el capítulo posterior a la pandemia sea sólido y próspero. Este presupuesto coloca a nuestro país en un camino fiscalmente sostenible a largo plazo a través de una reforma tributaria justa y eficiente”, ha dicho la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en alusión a la reforma fiscal, con una subida al 28% del impuesto de sociedades (actualmente es del 21%, gracias a la reforma de Trump en 2017) y un mayor gravamen a las rentas superiores a los 400.000 dólares al año.

Ambas subidas ayudarían a reducir el déficit presupuestario para 2030 y recortarían en 1,7 billones de dólares (1,4 billones de euros) las proyecciones de déficit actuales para 2041, según los cálculos del equipo económico de la Casa Blanca.

Se trata de una propuesta, subraya el Tesoro en un comunicado, “que ayudará a la nación a recuperarse de la pandemia y sentará las bases para el crecimiento compartido y la prosperidad para el futuro. El presupuesto del año fiscal 2022 propone inversiones esenciales para priorizar la infraestructura, la energía limpia y la investigación y el desarrollo, proporcionando una base sólida para la creación de empleo en Estados Unidos”.

El Tesoro detalla en su comunicado el libro verde, como lo denomina la Casa Blanca, de propuestas de financiación. Para implementar el denominado Plan de Empleo Americano, presentado por Biden el pasado 31 de marzo, se prevé tasar más a las empresas, pero también incentivos para la creación de empresas en territorio de EE UU, poniendo fin a los beneficios de las deslocalizadas; también ampliar el mínimo exento para acceder a una vivienda social, y subvenciones para generar energías limpias, eliminando las preferentes de los combustibles fósiles. En el Plan de Familias Americanas, destacan medidas como el gravamen a las rentas más altas, el apoyo a trabajadores y familias -mediante, por ejemplo, la prórroga de la deducción por hijo hasta 2025- o la mejora administrativa del sistema de recaudación fiscal.

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