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Alan Fabbri | alcalde de Ferrara

“Habría que convocar elecciones si la Liga gana en Emilia Romaña”

El regidor de Ferrara, de la Liga, rompió 73 años de monopolio en la ciudad y es el modelo de su partido para la región

Daniel Verdú
Alan Fabbri, alcalde de Ferrara.
Alan Fabbri, alcalde de Ferrara.Facebook (EL PAÍS)
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Ferrara es el modelo de la Liga para Emilia Romaña. La ciudad, de 135.000 habitantes, paisaje intelectual y cultural de la izquierda italiana, escenario de las novelas de Giorgio Bassani y lugar donde prendió con más fuerza el fascismo, pasó a manos de la Liga el pasado junio. Hacía 73 años que la izquierda gobernaba aquí. Pero el partido de Salvini supo dar con un candidato joven, de pelo largo, soltura intelectual y un discurso articulado sobre la cultura. Alan Fabbri tocó otras teclas como la seguridad, la inmigración y los bancos. Y sonó la música que recorre Italia.

Pregunta. ¿A qué atribuye su histórica victoria?

Respuesta. La democracia eligió darnos la posibilidad de ser alternativa a un sistema en el que durante 73 años gobernó la izquierda. En esa lógica de alternancia es una victoria importante que nos da mucha felicidad y nos hace sentirnos responsables.

P. Esta no es la típica ciudad industrial desencantada con la izquierda donde arrasa la Liga.

R. Yo crecí en esta tierra, donde confesar que eras de la Liga hace 20 años no era fácil. Pero la izquierda de entonces, ya no es la del Partido Democrático (PD), su elector ya no se reconoce ahí. Nosotros hemos centrado mucho el discurso en la seguridad, porque hay barrios de Ferrara donde hay problemas serios. Además, por culpa del PD y de Renzi, tuvimos un decreto salvabancos que alteró la Caja de Ahorros de Ferrara y 32.000 personas, entre accionistas y obligacionistas subordinados, perdieron su dinero. Los electores nos premiaron por estar cerca de ellos, escucharles y buscar intervenciones que nuestro territorio necesita.

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P. La izquierda también proponía cosas parecidas.

R. La izquierda está enrocada en el interior del palacio con una lógica de transmisión del poder casi feudal. Hasta hace poco era impensable que se pudiese ganar.

P. Ferrara es un feudo intelectual y cultural de la burguesía de izquierdas.

R. Es una ciudad con una historia y una cultura importantísima. Pero las Administraciones precedentes se atrincheraron detrás de ciertos valores que ya no corresponden más a lo que les piden. Cuando un alcalde dice que la seguridad no es un problema sino una percepción, la gente que vive en barrios controlados por la mafia nigeriana, donde trafican, se pegan y roban… no entiende nada.

P. ¿Usted habría ido a llamar al interfono de un tunecino a quien los vecinos señalan por presuntamente vender droga, como ha hecho Salvini?

R. Mire, yo no he visto nada en las noticias. Llevo dos días metido en otras cosas. Pero es la tercera vez que soy alcalde, lo hice en otro pueblo. Y el mío no es un voto de protesta, sino que nos lo hemos ganado creando una clase dirigente a la altura de este territorio.

P. Usted duerme con un ejemplar de El guardián entre el centeno en la mesita de noche y no con la Biblia, como muchos de sus compañeros. Quizá eso ayuda.

R. Existe un prejuicio muy extendido en el que solo la izquierda podría expresarse culturalmente. Yo lo sufría mucho desde la adolescencia hasta hoy, porque hace 20 años proclamarse de la Liga significaba ser atacado, denigrado y excluido.

P. ¿Le parece posible que gente de izquierda vote hoy a la Liga?

R. Mi abuelo fue un partisano blanco, mi madre viene de una familia comunista de Módena en la que mi abuela era analfabeta, pero tenían L’Unità encima de la mesa cada día. El mundo ha cambiado y asociar hoy al PD a quienes combatieron contra el fascismo o por la libertad es un error que no cometería. El PD de hoy ya no expresa aquella izquierda que vota a la Liga en temas como la reforma de las pensiones o la defensa del empleo.

P. Escuchándole a usted, más allá del tema de la inmigración, uno diría que es el candidato de la izquierda.

R. Dejo las conclusiones a otros. Creo mucho en los valores y en las personas individuales. Cada uno puede ser lo que quiera. Yo he tenido en mi Junta gente que se consideraba de izquierdas.

P. ¿Si gana la Liga debería tener repercusiones en Roma?

R. Yo creo que deberán convocarse elecciones. También si gana la izquierda por poco margen. Mire, este es el territorio natal de la mayor parte de la clase dirigente del PD. Sería un gran punto de inflexión y democráticamente relevante para combatir estereotipos.

P. La pelea entre los dos candidatos tiene un invitado sorpresa: las Sardinas. ¿Cree que influirán?

R. Son muy dulces, suenan como si volviésemos al colegio. Italia es el único sitio del mundo donde se protesta contra la oposición y no contra el Gobierno. Y mire, son un spin off del PD y no articulan ningún discurso. Les pedí un encuentro cuando vinieron a Ferrara a hablar sobre el territorio, pero lo rechazaron porque en su imaginario yo soy un fascista xenófobo.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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