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Quién es quién con arma y casco en las calles de Estados Unidos

El despliegue para contener los disturbios por la muerte de George Floyd incluyó todos los cuerpos de seguridad del país, desde la policía local hasta la de fronteras

De izquierda a derecha, un soldado de la Guardia Nacional, un agente de prisiones, un policía de operaciones especiales y un policía militar, el miércoles en Washington.Vídeo: GRIPAS YURI/ABACA | VIDEO: REUTERS
Pablo Ximénez de Sandoval

Estados Unidos está viendo un despliegue de fuerzas de seguridad en sus calles del que los expertos no saben dar precedentes, en cuanto a escala y extensión de costa a costa. Se puede decir que nadie que tenga pistola y uniforme está librando desde hace una semana, cualquiera que sea su rango y función. La mezcla de cuerpos policiales y militares en las calles para contener las protestas por la muerte de George Floyd produce la sensación de invasión, aunque en realidad todos están bajo mando civil local o estatal. Esta es una descripción somera de los niveles policiales que están actuando:

Policía local. La policía local en Estados Unidos está bajo mando directo del alcalde y tiene todas las competencias de seguridad pública. Es decir, la policía local es la policía. En las grandes ciudades, son agencias gigantescas. En Nueva York son más de 36.000 agentes. En Los Ángeles, son más de 10.000 agentes con un presupuesto de 1.200 millones de dólares. Hay más cuerpos locales: la policía propia de una universidad o la policía propia de un aeropuerto.

Sheriff. La figura del sheriff dirige un cuerpo de seguridad propio de carácter regional. A sus agentes se les llama ayudantes del sheriff. Tiene jurisdicción sobre un condado o parroquia. Por ejemplo, el jefe de policía de Los Ángeles tiene autoridad sobre la ciudad de Los Ángeles (cuatro millones de habitantes). El sheriff tiene autoridad en todo el condado (10 millones de habitantes).

Cuerpos estatales varios. Aparte de los cuerpos locales, los estados tienen policía bajo mando del gobernador. En California, por ejemplo, son la Highway Patrol (una policía de carreteras que hace de facto de policía estatal, para actuar entre jurisdicciones), un departamento de alcohol, otro de juego, los cuerpos de prisiones estatales y diversos bureaus de investigación al servicio del fiscal general del Estado.

Guardia Nacional. Quizá la imagen más espectacular de estos disturbios es la de militares con trajes de camuflaje y armados vigilando lugares emblemáticos de Washington, Nueva York o Los Ángeles. La Guardia Nacional es un cuerpo militar, pero no es el Ejército de Estados Unidos. Es un cuerpo de reservistas voluntarios de carácter estatal y bajo mando de los gobernadores. Una especie de unidad de emergencias que se moviliza en situaciones de crisis, especialmente catástrofes. Se pueden movilizar a petición del presidente o del gobernador. En tiempos recientes, tanto Barack Obama como Donald Trump han solicitado movilizar la Guardia Nacional para ayudar en la frontera. Sin embargo, no sustituyen a la policía competente. Se los utiliza para montar rápidamente operaciones sobre el terreno, como hospitales, custodia de lugares públicos o tareas administrativas. No realizan detenciones a no ser que se les mandate específicamente para ello. Las tareas policiales las sigue haciendo la policía.

Cuerpos federales. Son los cuerpos bajo mando de Washington con jurisdicción en todo el país. También se han movilizado en esta crisis. Por ejemplo, algunas unidades de control de motines en prisiones del FBI están ayudando en Miami y en Washington DC. En Washington se ha desplegado también la policía de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) y la policía que sirve para detener inmigrantes dentro del país (ICE). No consta que se haya movilizado a la Guardia Costera.

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Ejército de Estados Unidos. El Ejército de Estados Unidos no está en las calles. Donald Trump no ha invadido el país. Todavía. La mera sugerencia de Trump de utilizar al Ejército ha provocado una respuesta del secretario de Defensa y un debate constitucional. Trump podría invocar una ley de 1807 llamada Ley de Insurrección cuyo texto le da autoridad para aplacar rebeliones. El primero que la usó fue Thomas Jefferson. Lyndon B. Johnson utilizó el Ejército para ayudar en las revueltas raciales de 1968 tras la muerte de Martin Luther King. El último en utilizar esta ley fue George H. W. Bush, en dos ocasiones: en el caos tras el huracán Hugo en las Islas Vírgenes y en los disturbios de Los Ángeles por Rodney King en 1992. En los dos casos, la movilización fue a petición del gobernador del Estado para completar las fuerzas sobre el terreno, no una decisión unilateral de la Casa Blanca. El único lugar donde el Ejecutivo puede movilizar al Ejército para ayudar en tareas de seguridad sin preguntar a nadie es Washington DC, porque el distrito administrativo de la capital no tiene gobernador. Estos días se ha podido ver a la Policía Militar formando parte del cordón de seguridad de la Casa Blanca. Sobre el papel, Trump podría disponer unilateralmente también de las Guardias Nacionales de los Estados.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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