_
_
_
_
_

El Brexit castiga a May y a Corbyn en las elecciones municipales

Los liberales demócratas son los grandes beneficiados de estos comicios

La primera ministra británica,Theresa May, tras haber votado en su colegio electoral el 2 de mayo en Sonning, Reino Unido. En vídeo, Jeremy Corbyn valora los resultados de los laboristas en los comicios.Vídeo: GETTY | REUTERS
Rafa de Miguel

“Que una plaga caiga sobre ambas casas”. Los medios británicos lo han tenido fácil para echar mano de Shakespeare. Conservadores y laboristas resultaron este viernes duramente castigados —mucho más los primeros— en las elecciones municipales, por su manejo del Brexit. El partido de Theresa May perdió más de 1.000 concejales, en beneficio de los liberal demócratas, verdes o independientes. Jeremy Corbyn no sacó ventaja de esa derrota y perdió más de 100 concejales.

Más información
¿Cuándo dijo May que dimitía?
Brexit: ¿están locos estos británicos?

Tanto May como Corbyn hicieron notables esfuerzos por interpretar los resultados del modo más favorable a sus respectivas estrategias. “Este es un momento muy difícil para nuestro partido y estas elecciones han sido un síntoma”, dijo este viernes la primera ministra. “Pero creo que el mensaje de estas elecciones tanto para nosotros como para el Partido Laborista era muy simple: actúen ya y cumplan con el mandato del Brexit”, concluyó. Sus palabras fueron correspondidas con una reacción casi idéntica del líder de la oposición. “Todos los diputados han recibido un claro mensaje”, reaccionó Corbyn. “Y no es otro que debemos llegar a algún tipo de acuerdo, el Parlamento debe resolver ya este asunto”.

Los resultados, una advertencia al bipartdisimo

Resulta difícil sacar conclusiones nacionales de unas elecciones municipales que tienen un alcance político y territorial limitado. Solo se han celebrado en Inglaterra e Irlanda del Norte (Escocia y Gales llevan sus propios calendarios) y en ellas no han participado los habitantes de Londres, que tienen un peso enorme en términos electorales. Aún así, la BBC ha realizado una proyección nacional de los resultados del jueves, con los necesarios arreglos de “cocina” y otorga al Partido Conservador y al Partido Laborista un 28% de los votos en unas hipotéticas elecciones generales. “Es la segunda vez en la historia en que conservadores y laboristas se sitúan por debajo del 30%”, explicó el experto en demoscopia John Curtice, responsable del sondeo emitido por la cadena pública.

La irrupción en las urnas de los liberaldemócratas podría ser una indicación de que el rechazo generalizado hacia los dos grandes partidos anuncia que los tiempos en los que entre ambas formaciones sumaban un 80% “pueden estar a punto de concluir. Los liberaldemócratas, según la misma proyección, habrían obtenido un respaldo del 19%, mientras que el 25% restante habría ido a parar a otras formaciones. En el caso de las municipales, más de 600 candidatos independientes han resultado elegidos.

El Gobierno británico y el Partido Laborista siguen estancados en sus negociaciones para resolver la crisis del Brexit.

Las conclusiones de May y de Corbyn, sin embargo, eran muy diferentes a aquellas a las que han llegado los detractores de ambos en los dos partidos. Los euroescépticos conservadores, por ejemplo, culpan directamente a la primera ministra de los pésimos resultados por no haber sido capaz de seguir adelante con su promesa de abandonar la UE y haberse echado en brazos del laborismo. Volvieron a surgir este viernes con fuerza las peticiones de dimisión. “May se ha quedado sin guion. Todos pueden ver que ya no controla los acontecimientos. Existe una sensación general entre los militantes del partido y entre los candidatos municipales de que ha llegado la hora de que se vaya. Si el partido no solucione su crisis de un modo rápido, va a resultar achicharrado”, dijo en la BBC Bernard Jenkin, diputado euroescéptico y una de las voces más contrarias a la Unión Europea desde los tiempos en que John Major era primer ministro del Reino Unido.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

May pudo experimentar de primera mano la rabia que el resultado de las elecciones ha despertado en sus bases, cuando se disponía a hablar en el congreso de los conservadores de Escocia. “¿Por qué no dimites ya? No te queremos”, le gritó Stuart Davis, un miembro del partido. El resto de asistentes acalló tímidamente con aplausos y gritos de ¡fuera! al espontáneo.

Con el lento recuerdo ya casi finalizado, el Partido Conservador había perdido a última hora de la tarde más de 1.000 concejales —sobre un total de 8.425 cargos sometidos a votación—, aunque seguía siendo la formación más votadas. El Partido Laborista, que perdió en torno a un centenar de puestos, había aguantado a duras penas el tipo en muchos de sus feudos tradicionales, pero sufrió serias pérdidas en localidades como Sunderland o Bolton, y sus resultados habían sido mediocres en zonas urbanas donde normalmente suelen contar con más apoyo. Las voces más críticas del partido culparon de inmediato a su líder por la ambigüedad mostrada durante la larga crisis del Brexit.

“Estamos enganchados por el harpón de la parálisis y la indecisión. Es como si tuviéramos nuestras cuatro extremidades atadas a cuatro caballos: una salida dura de la UE, otro referéndum, una unión aduanera o la revocación de todo el proceso. No tengo claro cuánto falta para que la cabeza se desprenda y los cuatro caballos huyan despavoridos”, describía gráficamente la tragedia que vive el laborismo el diputado Clive Lewis.

Lo cierto es que la única conclusión objetiva de los comicios es que muchos electores han decidido, a la vez que castigaban a las dos principales formaciones, premiar al único partido que desde un principio se ha mostrado en contra de la salida del Reino Unido de la UE y ha defendido la celebración de un segundo referéndum. Los liberaldemócratas liderados por Vincent Cable, en horas bajas desde que su coalición con el Gobierno conservador de David Cameron les pasó factura, han resurgido en estas elecciones con una ganancia de más de 500 concejales “Los votantes han enviado el claro mensaje al Partido Conservador de que ya no confían más en él”, dijo Cable. “Pero también han dejado claro que rechazan al laborismo mientras esta formación se dedique a prevaricar en el gran asunto de nuestra época, el Brexit”, añadió.

El Partido Verde, con una espectacular subida de más de 160 concejales, casi triplica los que tenía hasta el jueves y demuestra que, más allá del Brexit, los electores británicos consideran con mayor urgencia y relevancia otros asuntos como la amenaza del calentamiento global.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_