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España planteará la cosoberanía sobre Gibraltar en la discusión sobre la relación futura

El Gobierno aprueba este viernes un plan económico para el Campo de Gibraltar

Lucía Abellán
Varias personas abandonan territorio gibraltareño.
Varias personas abandonan territorio gibraltareño.JON NAZCA (REUTERS)

España aprovechará el fin del Brexit para plantear el asunto más controvertido que planea sobre Gibraltar: la cosoberanía española y británica. El Gobierno había renunciado a presentar esta reivindicación histórica durante la negociación de la retirada británica de la UE. Pero una vez logrado el acuerdo para la salida y la fase de transición hacia una relación futura, el Ejecutivo pretende lanzar este debate respecto a la colonia británica. “Por supuesto que lo vamos a plantear, aunque no el primer día de negociación sobre la relación futura”, ha anticipado este jueves el secretario de Estado de Unión Europea, Marco Aguiriano. El protocolo sobre Gibraltar anejo al pacto del Brexit excluye la cuestión de la soberanía.

Tras muchos años de pugnas por los problemas que le genera a España contar con un territorio enclavado al sur de la Península pero con estatus de colonia británica, las autoridades españolas cuentan con una palanca negociadora. El pacto del Brexit fija por primera vez la obligación de que España y Londres tengan que entenderse sobre los cuatro mayores litigios relativos al Peñón: fiscalidad, medio ambiente, tabaco y trabajadores transfronterizos. Pero ese marco de diálogo, que no prejuzga el resultado, tiene fecha de caducidad. El 31 de diciembre de 2020 expirarán esas guías, como el resto del periodo transitorio para Reino Unido. Y a partir de ahí habrá que aplicar a ese territorio lo que España y Reino Unido sean capaces de pactar con vistas a su futuro.

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Es en esa fase donde el Gobierno español quiere plantear la propuesta. Pero quiere despojarla de cualquier carácter de reivindicación nacionalista. “Si lo primero que decimos en la mesa es que queremos poner la bandera en el Peñón, la reunión será corta”, ha ironizado el secretario de Estado en un encuentro mantenido con los medios de comunicación en Madrid. Aguiriano ha insistido en que lo importante es lograr “una relación moderna, constructiva y equilibrada”, frente a la situación actual en que ese territorio, situado en una de las regiones más pobres de España, atesora la tercera renta per cápita mundial (si se mide como un Estado). El malestar español deriva de que esa riqueza procede en buena medida de actividad económica relacionada con España que fija allí su centro de operaciones para eludir la tributación española.

Pese a las aspiraciones del departamento que dirige Josep Borrell, la cosoberanía es una demanda muy alejada de los deseos expresados por Reino Unido y por las autoridades gibraltareñas. La gran ventaja para España es que, a diferencia de otras épocas, hoy existe una baza indiscutible: si el Peñón quiere permanecer ligado a la Unión Europea tras la fase de transición del Brexit, tendrá que entenderse necesariamente con el vecino más próximo, España. Especialmente porque el 96% de los gibraltareños votaron contra la salida británica en el referéndum de 2016. Pero eso no implica que acepten una soberanía compartida entre España y Reino Unido sobre ese territorio.

Más allá de la fase futura, el Gobierno español se muestra satisfecho con lo logrado en el protocolo, que establece un comité especial en el que tendrán que entenderse Londres y Madrid y otros temáticos relativos a los diferentes contenciosos. El preámbulo del protocolo hace, además, referencia a los acuerdos bilaterales que aún negocian Londres y Madrid y que deberán aquilatar más los compromisos de cooperación. Aguiriano pretende tener cerrados esos cuatro textos este mismo mes. Pese a esos avances, el texto dista de garantizar a España resultados concretos en la compleja relación con Gibraltar.

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El único apartado que quedará casi blindado de cualquier pugna negociadora serán los derechos de los ciudadanos. Ni España ni Gibraltar desean poner fin al tránsito fluido de personas a uno y otro lado de la verja. Por eso el artículo primero, el que consolida los derechos adquiridos de los trabajadores transfronterizos, es el único que no expirará automáticamente tras el periodo transitorio, el que vence previsiblemente a finales de 2020. Alrededor de 10.000 trabajadores españoles cruzan cada día la verja para trabajar en Gibraltar.

Como muestra de compromiso hacia la región española que limita con el Peñón, el Campo de Gibraltar, el Gobierno tiene previsto aprobar este viernes un paquete de medidas de refuerzo económico. Se trata de garantizar apoyo e inversión a esa zona ante un escenario aún muy incierto (no hay garantías de que el acuerdo final del Brexit sea ratificado en Londres y en Bruselas, mucho menos sobre la relación futura que regirá las relaciones en un futuro).

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Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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