“En Venezuela ha desaparecido el Estado de derecho”
El ex primer ministro peruano Pedro Cateriano elogia la presión sobre Maduro de los dirigentes regionales y se muestra mucho más tibio con Bolsonaro
Pedro Cateriano (Lima, 60 años) se mantiene políticamente en forma dos años después de haber presidido su último consejo de ministros. De paso por Madrid, ciudad en la que se encuentra para impartir una conferencia sobre la evolución política de su amigo y compatriota el escritor Mario Vargas Llosa, el ex primer ministro peruano repasa la actualidad política de su país. La posible implicación de la ex candidata presidencial Keiko Fujimori en un caso de lavado de activos o la crisis desatada después de la revelación periodística de la existencia de una amplia red de sobornos y tráfico de influencias en la que presuntamente participaban jueces y fiscales de alto rango han contribuido a minar en los últimos meses la credibilidad de las instituciones peruanas, que ya contaban con bajos índices de aprobación popular.
“El hecho de que un vocal del Supremo se haya fugado del país muestra la situación en toda su crudeza”, comenta Cateriano en referencia al juez Hinostroza, uno de los presuntos cabecillas de esta trama corrupta, que huyó a España a principios de octubre y fue detenido por las autoridades de este país poco después. “Debe ser el presidente [Martín] Vizcarra quien lleve la iniciativa para revertir este desprestigio” señala el ex primer ministro. Los nuevos casos que han salido a la luz amenazan con rebajar aún más la ya escasa confianza de los ciudadanos en el sistema judicial del país. El último Latinobarómetro recoge que los peruanos son los latinoamericanos que consideran que tienen la administración de justicia más corrupta.
Además de sobre Perú, el expolítico habla del resto de Latinoamérica, donde le preocupa especialmente Venezuela. “Una de las principales virtudes del presidente Vizcarra es que apoya, como [el expresidente] Kuczynski, la condena a la dictadura de Venezuela que realizan Chile, Argentina y Colombia”, apunta Cateriano, que también aplaude que estas potencias, junto con Paraguay y Canadá, hayan presentado una denuncia contra el presidente venezolano Maduro ante el Tribunal Internacional de La Haya. “[Venezuela] es un país en el que ha desaparecido el Estado de derecho”, concluye el político liberal.
En la mirada que lanza hacia Latinoamérica, Cateriano también se ocupa de Brasil. Una eventual victoria este domingo del candidato favorito en las encuestas, el ultraderechista Jair Bolsonaro, no colocaría, considera el ex primer ministro peruano, a las libertades civiles en el país en una situación similar a la que viven en Venezuela. “No son situaciones comparables”, señala. Para el político peruano la escasez de pronunciamientos críticos de dirigentes latinoamericanos hacia Bolsonaro, que califica de “actitud prudente”, se explica por la “importancia geopolítica” que Brasil tiene en el continente. Reacio a citar su apellido, Cateriano prefiere referirse a este como “el candidato favorito” o “el eventual ganador”
El ex primer ministro sostiene que “es un hecho objetivo que hay una tentación populista y autoritaria en el candidato favorito”, pero rebaja la trascendencia concedida por los analistas y los medios internacionales a la elección. Cateriano insta a realizar un “análisis frío” de la próxima elección. “Desde el punto de vista político”, apunta, “algunas de las declaraciones sí generan indudablemente una preocupación”, si bien “desde el punto de vista económico”, el triunfo en primera vuelta “no ha tenido una afectación negativa”. La razón del amplio apoyo que ha recabado el candidato ultraderechista se debe, según el político peruano, al desprestigio que viven, a consecuencia de casos de corrupción en los que se han visto inmersos, algunos partidos políticos tradicionales, como el Partido de los Trabajadores (PT), bajo cuyas siglas se presenta el rival de Bolsonaro, Fernando Hadadd. Cateriano considera que esto no está ocurriendo solo en Brasil: “También ha ocurrido en la elección de México”. “Los partidos políticos en Latinoamérica están en una situación complicada por la corrupción”, resume.
