El rey de Marruecos destituye a tres ministros por la mala gestión en Alhucemas
Los ceses se producen al cumplirse un año de las protestas que pedían mejoras sociales en el Rif
Un año después de que se iniciaran las protestas que reivindicaban mejoras sociales en el Rif, el rey de Marruecos, Mohamed VI, destituyó este martes a tres ministros y a un secretario de Estado como consecuencia de la mala gestión en la ejecución de proyectos prometidos en Alhucemas en 2015.
Los tres ministros cesados son el de Educación, Mohamed Hasad (quien ejercía hasta el pasado abril como titular de Interior), el de Vivienda, Nabil Benabdalah, y el de Sanidad, Huseín Luardi. El secretario de Estado, Larbi Bencheikh, ejercía como responsable de Formación Profesional. El monarca también ha sancionado a los titulares en el anterior Gobierno de las carteras de Educación, Turismo, Cultura y Juventud. A todos ellos les ha prohibido ejercer en el futuro ningún cargo oficial.
Mohamed VI ha tomado la decisión basándose en un informe solicitado al Tribunal de Cuentas sobre los retrasos en los proyectos que en 2015 anunció el monarca para la ciudad norteña de Alhucemas (60.000 habitantes) y que en su día se vendió bajo el lema de “Alhucemas, faro del Mediterráneo”. El informe aclara que no hubo malversaciones ni desvíos de dinero, pero sí “disfunciones” y retrasos.
Las destituciones se produjeron el martes por la noche, el mismo día en que el líder de las protestas de Alhucemas, el desempleado Nasser Zafzafi, compareció por primera vez ante un tribunal en Casablanca tras cinco meses en prisión. Este sábado se cumplirá un año desde el inicio de las protestas en el Rif. Aquel 28 de octubre falleció triturado dentro de un camión de basura el vendedor de pescado Mouhcine Fikri cuando trataba de impedir que le decomisaran la mercancía ilegal que pretendía vender en Casablanca. Los jóvenes comenzaron pidiendo justicia por la muerte de Fikri, pero reclamaban también mejoras sociales como la creación de una universidad y un hospital especializado en enfermedades oncológicas.
Las destituciones nos reafirman para decir que nuestras reivindicaciones han sido legítimas y justas
Después de ocho meses de protestas, en su mayor parte pacífica, el Ministerio Fiscal decidió actuar contra Zafzafi el mismo viernes en el que interrumpió la prédica del imán de la mezquita de su barrio, cuando este criticaba al movimiento de protestas de Alhucemas. Tras la detención de Zafzafi se sucedieron las de sus principales colaboradores. Las manifestaciones de solidaridad con Zafzafi continuaron; pero las detenciones, también. En la última gran manifestación, la que se registró el 20 de julio, salieron a la calle miles de jóvenes, aunque había sido prohibida por el Gobierno y había un gran despliegue policial en las calles. El rifeño Imad El Attabi, de 24 años, fue alcanzado por un proyectil que le dio en la cabeza. Falleció tras pasar 19 días en coma.
En la actualidad permanecen encarcelados unos 300 rifeños a causa de aquellas protestas, según varias organizaciones humanitarias. Contra varios de los detenidos pesan acusaciones gravísimas, como la de atentar contra la seguridad del Estado, que podrían acarrearles penas de varias decenas de años.
Es difícil encontrar en Alhucemas a alguien quiera hablar en nombre del Hirak (Movimiento en árabe), que es como se dieron a conocer los jóvenes que organizaron las protestas. Unos se han marchado al extranjero, otros están intentando hacerlo y la mayoría ha decidido guardar silencio.
Reda Benzaza, quien ejerció como portavoz del movimiento de protestas hasta que comenzaron las detenciones hace cinco meses, comentó este martes desde el extranjero su opinión sobre las destituciones: “Cuando nosotros salíamos a las calles a reivindicar una serie de mejoras sanitarias y educativas, cuando decíamos que los proyectos prometidos nunca llegaban a la región del Rif, estos ministros nos llamaron separatistas y dijeron que queríamos atentar contra la seguridad del Estado. Hoy han sido destituidos. Esto nos reafirma al decir que nuestras reivindicaciones han sido legítimas y justas”.
Benzaza se muestra escéptico sobre la utilidad de las destituciones: “Ya se produjeron hace meses cambios de nombres en las carteras, pero las mejoras siguieron sin llegar al Rif. Estos cambios de ahora lo único que vienen a decir es que se han hecho las cosas mal. Pero para que las mejoras lleguen a la ciudadanía se necesita un cambio profundo, no solo de nombres”.
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