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El indígena Seriot vuelve a casa

Una comunidad argentina selk’nam recibe los huesos del rebelde fusilado en 1897 y exhibidos en un museo

Colección de restos óseos humanos expuestos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata hasta 2006.
Colección de restos óseos humanos expuestos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata hasta 2006.Colectivo Guías

Miles de huesos de indígenas argentinos se han exhibido durante más de un siglo en las vitrinas del Museo de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata. Tras ser retirados de exposición hace una década, ahora son restituidos con cuentagotas a las comunidades de origen para que sus huesos regresen a la tierra y descansen en paz. El esqueleto 1.863 del museo corresponde a Seriot, un rebelde de la etnia selk'nam que fue fusilado por la policía en 1897 en una misión anglicana de Tierra del Fuego, en el extremo sur de la patagonia argentina. Enviado al museo un año más tarde, primero estuvo expuesto en una vitrina y después fue utilizado como material de estudio en la facultad: con él aprendieron a identificar huesos generaciones de alumnos de antropología biológica. Hoy, 118 años después, sus restos óseos finalmente regresan a casa, junto a los de otros tres selk'nam -también conocidos como onas- que no han podido ser identificados.

"Es un día especial", dice emocionado Leonardo Pantoja, referente selk'nam que viajó los más de 2.800 kilómetros que separan su hogar del edificio al que fueron a parar sus ancestros. "Vamos a devolver a nuestros hermanos a nuestra tierra, de donde nunca tendrían que haber sido llevados para que los manipularan", agrega en el acto público de restitución, celebrado este martes en el museo. Sus palabras son recibidas con sonoros aplausos y el sonido de caracolas y cornetas de los distintos pueblos originarios presentes.

"Es un acto de reparación histórica", afirma Rubén Maldonado, líder de la comunidad Rafaela Ishton. Los restos serán recibidos en una ceremonia privada, con representantes aborígenes de distintas partes del país, y finalmente descansarán en un mausoleo. "También fueron invitadas escuelas de la zona, pero hay casi 40 centímetros de nieve y es difícil el acceso sin vehículos de doble tracción", detalla Maldonado.

Han pasado 22 años desde la primera restitución en Argentina: en 1994 fueron devueltos a su comunidad patagónica los huesos del cacique tehuelche Modesto Inacayal, uno de los últimos aborígenes en resistir -al mando de 3.000 hombres- la llamada "Conquista del Desierto" del general Julio Argentino Roca. Poco después de ser capturado, en 1884, Inacayal fue trasladado de una prisión al museo de La Plata (60 km al sur de Buenos Aires), donde fue exhibido en vida junto a otros miembros de su familia. Obligados a permanecer allí hasta el final de sus días como "prisioneros de la ciencia", a medida que morían sus cuerpos eran descarnados y los esqueletos pasaban a mostrarse en las vitrinas de la institución. En total, el museo alberga una colección de 12.000 huesos humanos, en su mayoría de indígenas argentinos fallecidos durante la campaña militar del ejército argentino en el sur del país.

Seriot formó también parte de la resistencia indígena contra los militares. A fines del siglo XIX, trabajaba en la prefectura fueguina. Sus superiores lo enviaron de viaje a Buenos Aires, pero a su regreso descubrió que su joven esposa había sido trasladada a la isla de los Estados y nunca volvió a saber de ella. Ante su desaparición, tomó armas de la prefectura y se sublevó. Acusado de varios asesinatos, fue delatado ante la policía, que lo fusiló.

Esqueleto del rebelde selk'nam Seriot, usado como material de estudio para los alumnos de Antropología de la Universidad Nacional de la Plata
Esqueleto del rebelde selk'nam Seriot, usado como material de estudio para los alumnos de Antropología de la Universidad Nacional de la PlataColectivo Guías

"Las restituciones son un derecho y una obligación", asegura el antropólogo Fernando Miguel Pepe, director del colectivo Guías, que impulsa las restituciones.

La directora del museo de La Plata, Silvia Ametrano, recuerda que las prácticas y paradigmas éticos vigentes en el siglo XIX, cuando se fundó la institución, contrastan con los de la actualidad. "La restitución no sólo habla de devolver aquello que no tuvo ningún consentimiento para tenerlo, sino que también intenta reparar ese hecho" -declara- "En primer lugar hay que restituir la condición de persona a esos restos". En los depósitos del museo, miles de esqueletos numerados más aguardan a que les devuelvan su identidad y poder regresar, por fin, a casa.

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