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El Congreso aprueba 58 reformas a la Constitución de Pinochet

Lagos califica el día de "unidad y reencuentro con la historia"

El Congreso Pleno de Chile, que reúne a la Cámara de Diputados y al Senado, aprobó el martes en una sesión solemne en Valparaíso un conjunto de 58 reformas a la Constitución de 1980, promulgada por la dictadura del general Augusto Pinochet, que ponen término a la mayor parte de las medidas que restringían el poder de los civiles, con el apoyo de 150 votos a favor contra tres en contra y una abstención.

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Las enmiendas aprobadas implican el fin de los senadores vitalicios y designados, que no eran electos mediante votación popular, restablecen la facultad presidencial de remover a los comandantes en jefe de las fuerzas armadas y el director general de carabineros, la policía uniformada. Además, se recortan las facultades y cambia la composición del Consejo de Seguridad Nacional, reduciendo el poder de los militares en su interior, y pasa a ser sólo asesor del presidente de la República. También se redujeron las facultades del Tribunal Constitucional, que vela por la legalidad de las leyes dictadas. Entre las reformas se incluye además la disminución del periodo presidencial, de seis a cuatro años sin posibilidad de reelección en mandatos consecutivos; la posibilidad de que los hijos de chilenos nacidos en el exterior tengan la nacionalidad, mientras que los derechos de ciudadanía requerirán de una residencia mínima de un año en el país.

De la Constitución, cuyo texto original fue aprobado con un plebiscito fraudulento en plena dictadura, sale la firma de Pinochet, y ahora quedará con la del presidente Ricardo Lagos. Al conocer la aprobación de las enmiendas en el Congreso, Lagos agradeció a los parlamentarios por hacer posible "que desde ahora Chile pueda mostrar al mundo un texto constitucional que lo hace participar plenamente de las naciones democráticas" y calificó el día como de "unidad y reeencuentro con la historia".

Los partidos de la coalición gobernante tardaron 15 años en lograr que la derecha aprobara estas reformas. Desde el restablecimiento de la democracia, en 1990, hubo varias reformas parciales a la Constitución, pero la oposición, con el apoyo de los senadores designados —cuatro de ellos militares, ex jefes de las fuerzas armadas y carabineros— impidió que las principales prosperaran. El paso del tiempo, la pérdida de influencia de Pinochet en la derecha, acusado de crímenes y corrupción, y las necesidades electorales llevaron a la oposición a aceptar las enmiendas.

Sin embargo, todavía queda pendiente una reforma democrática, la del peculiar sistema electoral que tiene Chile. Este garantiza que la minoría tenga casi el mismo número de parlamentarios electos que la mayoría, a pesar de su derrota en los comicios. Conocido como sistema binonimal, su efecto es que la aprobación de los proyectos de leyes depende de la capacidad de negociación de sus contenidos y obliga a la derecha y al centro izquierda a mantenerse unidos en dos grandes bloques, imposibilitando que otras fuerzas tengan representación parlamentaria.

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