Innovar desde la tierra

En ocasiones, la innovación transcurre por caminos inesperados, haciendo lo que va a contracorriente. Un ejemplo lo encontramos en 1995, cuando Marqués de Riscal decidió cambiar la norma habitual en sus viñedos de la Denominación de Origen Rueda. En ese momento, los responsables de esta bodega centenaria se dieron cuenta de que sus vides plantadas en la década de 1970 no estaban produciendo una uva de tanta calidad como sus cepas más antiguas. Había dos opciones: arrancarlas o reinjertarlas, siendo esta segunda vía algo que iba en contra de la norma habitual. Sin embargo, eso es justo lo que hicieron, y los resultados les dieron la razón. En poco tiempo, comenzaron a obtener vinos de una calidad muy similar al de sus viñas de mayor antigüedad, y ahora esa técnica se utiliza también en sus viñedos de la D.O.Ca. Rioja. A día de hoy, se han reinjertado 180 hectáreas, lo que se traduce en unos viñedos de vida más larga y una mejor producción.

Encontrar soluciones innovadoras para hacer avanzar el mundo del vino es una de las constantes de Marqués de Riscal desde su fundación en 1858. Ya en sus inicios, se convirtió en la primera bodega de Rioja en elaborar sus vinos según los métodos bordeleses. Esta técnica se traducía en un sabor más suave al paladar y más duradero, sin tener que aumentar la graduación alcohólica. Un antes y un después en la elaboración de los vinos en la región, que después se convertiría en una práctica habitual. Como tributo a esa innovación, en 1991 la bodega elaboró un vino inspirado en esa técnica, pero usando la tecnología del siglo XX. Su añada de 2018 ha sido seleccionada por la publicación Wine Enthusiast en su Top 100 Cellar Selections (los 100 mejores vinos de guarda) de 2023, algo que solo han conseguido otros cinco vinos españoles.

Adaptación a los tiempos

Las nuevas épocas conllevan nuevos retos y, por tanto, soluciones diferentes. Esa capacidad de adaptación y mejora de Marqués de Riscal también se enfrenta a uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, el cambio climático. Ante esta situación, la bodega ha apostado recientemente por el cultivo ecológico, que permite que las plantas se vuelvan más resistentes a las posibles alteraciones climáticas que se puedan presentar. Así, actualmente ya cuenta con 350 hectáreas de este tipo de cultivo en la D. O. Rueda y 370 en Rioja, todas con una certificación oficial, mientras que otras 100 están en proceso de obtenerla.

Otra de sus apuestas relacionadas con el cambio climático y el cuidado del entorno es la agricultura regenerativa, que tiene como objetivo recuperar la vida del terreno y limitar el uso al que se somete al máximo. Esta práctica se basa en el principio de que una mayor biodiversidad en el suelo aumenta su materia orgánica y evita su erosión. El uso de cubiertas vegetales, por ejemplo, o árboles y arbustos, atraen a una fauna que resulta beneficiosa para el entorno y el viñedo. Otra de sus ventajas es que permite controlar mejor las plagas sin necesidad de herbicidas u otros productos químicos.

Mejorar la vida de las plantas también es una de las prioridades de Marqués de Riscal, que apuesta por cuidar sus viñedos más antiguos para asegurar no solo la calidad de sus vinos, sino la adaptabilidad de sus viñedos. Las cepas más antiguas absorben y retienen más agua, y con ella sus nutrientes, de manera que son capaces de responder mejor a situaciones de estrés, como las que conllevan los aumentos de temperatura, y conseguir una maduración óptima de la uva. Una muestra más de que la innovación basada en el conocimiento de la tierra consigue hacer avanzar al universo vitivinícola.