The Guest: la nueva tradición de Lladró no encaja en el salón de la abuela

El día en que nació no se parecía a un chico ni a un hombre. Tampoco se podía comparar con una mascota, o al menos no con una que fuera reconocible: llevaba sudadera, capucha y dos orejitas similares a las que lucen los extraterrestres en las series de dibujos animados. La figura que el diseñador Jaime Hayon creó en 2012 para Lladró sorprendía, precisamente, porque no tenía nada que ver con el realismo al que siempre habían aspirado las porcelanas de la firma valenciana.

Hayon lo hizo a conciencia. Detrás de esa forma híbrida –”en ella se pueden ver muchas cosas distintas a la vez”, comentaba el diseñador en una entrevista de la revista Surface- había un cuestionamiento de fondo. Ante todo, la obra venía a demostrar que una porcelana no solo era capaz de gobernar el salón de casa de la abuela, sino que la de Lladró, además, estaba preparada para funcionar en el piso de una pareja de treintañeros, por ejemplo, junto a la videoconsola de los niños o al lado de una Smart TV de varias decenas de pulgadas.

La figura se llama The Guest –el invitado– porque, por primera vez en la compañía, el equipo de Lladró quiso emplear esta nueva creación de Hayon para convidar a artistas de todo el mundo a que versionen su cuerpo de porcelana. Artistas, por cierto, que poco o nada tienen que ver entre sí, empezando por el colectivo Devilrobots de Tokio o los estadounidenses Tim Biskup y Gary Baseman, hasta el polifacético Rolito desde Francia, el diseñador de moda británico Paul Smith y, representando a España, el ilustrador Ricardo Cavolo.

A esa lista de nombres se le ha sumado en 2020 otra ilustradora, la surcoreana Henn Kim, que en Instagram reúne más de 880.000 seguidores, gracias a los mismos dibujos en blanco y negro que la ayudaron, con 17 años, a enfrentarse al insomnio y la depresión. En su trabajo recurre a libros, ventanas, nubes, piscinas, elementos del día a día a partir de los que, a modo de metáfora, monta poemas visuales sobre la soledad, lo difícil que resulta darse cuenta de que uno ya no es joven, o las complicaciones que de por sí conlleva una relación sentimental.

Para Lladró, Kim ha aplicado a la pareja de figuritas The Guest sus temas habituales, al igual que hicieron el resto de artistas, aunque esta vez en porcelana blanca y con un sutil acabado brillante. La pieza grande, confeccionada en una serie limitada de 250 unidades y que remite en cierto modo a El Principito, se plantea como un viaje a través del espacio, mientras que la pieza pequeña incorpora en la sudadera un corazón herido que intenta curarse con una tirita, y flores que nacen de cicatrices a lo largo del cuerpo.

“Quería contar la historia de que nosotros, los seres humanos, somos corazones rotos en un mundo inmenso”, explica la ilustradora a ICON DESIGN por correo electrónico, dando a entender que no todo en ella es melancolía: “Pese a esas complicaciones, sacamos la fuerza necesaria para vivir en el universo. Nunca dejamos de intentar florecer, de dar vida a flores preciosas”.

A priori no lo parece, pero casi todos los dibujos de la surcoreana contienen en el fondo un mensaje de optimismo similar al que ella ha insertado en las piezas The Guest. Incluso, si se analizan de cerca, en las chicas que retrata para Instagram se puede ver una belleza muy comparable a la que Lladró, desde que nació en 1953, ha perseguido en sus esculturas clásicas de sirenas, ninfas o simplemente de mujeres reales, muchas veces rodeadas de flores o con un halo de fantasía.

Con esta colaboración, Kim se ha estrenado en la porcelana. “Nunca antes había trabajado en 3D, así que necesité algo de tiempo para acostumbrarme”, reconoce ella, y añade que la experiencia le ha valido la pena. Tanto, que no quiere dejarla pasar por alto: no hace ni dos semanas que sus dos figuritas salieron a la venta –se presentaron a principios de noviembre– y la ilustradora ya les ha encontrado un hueco privilegiado en casa. “Las he puesto en la estantería, junto a los libros favoritos de mi estudio”.