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Guerra al ‘beige’: ¿por qué ahora todas las casas son color crema?

Los tonos neutros hacen que una vivienda se comercialice mejor, pero el hartazgo y la burbuja inmobiliaria han convertido esta tendencia cromática en la última obsesión (crítica) de internet

Cuanto más anodina es la decoración de una casa, más sencillo y rápido resulta venderla al precio deseado.
Cuanto más anodina es la decoración de una casa, más sencillo y rápido resulta venderla al precio deseado.Composición: Blanca López-Solórzano

“Ya sé que vais a pensar que he arruinado la Navidad de mi pequeña, pero seamos realistas, sus juguetes preferidos son las cajas de cartón marrón y las botellas de plástico transparente: creo de verdad que lo suyo son los tonos neutros”. Hace unos días, la tiktoker estadounidense Nattie Jo Powell justificaba de esta manera su decisión de “neutralizar” el árbol navideño de juguete que le ha comprado a su hija, una niña de año y medio que (como ha mostrado su madre en otros vídeos) duerme en una habitación donde lo más colorido son las cortinas, de un apagado rosa palo. Powell procedió entonces a pintar de distintos tonos beige los adornos del abeto (una estrella amarilla y varias bolas de colorines) y a sustituir el verde alegre y brillante del árbol por otro más oscuro, un cambio que, como había vaticinado, provocó mucho rechazo.

“Qué monada, le ha enseñado a su niña cómo se ve la Navidad desde el punto de vista de los perros”, escribe un usuario de TikTok en uno de los más de 30.000 comentarios que ha generado la publicación. “A quién no le va a encantar una estrella gris”, se burla otro. “Yo también soy una mamá beige, pero esto ya es ir demasiado lejos”. “Me dedico a investigar el desarrollo mental de los niños y necesitan un montón los colores”.

@nattiejopo Let’s give my toddler’s Step 2 my first christmas tree a DIY makeover 🎄👏🏼🤍 What do you think?? #DIY #step2christmas #myfirstchristmastree #diyproject #toddlerchristmastree #step2toys #toddlermom #diymom #toddlerchristmas #momsoftiktok ♬ Christmas Is Coming - DM Production

Las reacciones al vídeo viral de Powell (en este momento roza los 8 millones de visualizaciones) no son anecdóticas. En internet hace tiempo que se habla de “sad beige” (y de “sad beige moms” en el caso concreto de las madres) para criticar el abuso en el interiorismo de los elementos color crema, gris, blanco roto o arena, y aquellos que como Powell muestran su predilección por este tipo de decoración suelen ser ridiculizados.

Otro ejemplo reciente es el de Emma Ganzarin, una tiktoker de 26 años que enseñó en un vídeo cómo había quedado el piso de su novio en Oslo tras reemplazar sus muebles por otros de esos tonos: según explicaba hace unas semanas al New York Times, algunos usuarios llegaron a enviarle mensajes con amenazas de muerte.

En esta guerra de los gustos, los ataques más virulentos suelen llevárselos las tarimas flotantes de color gris, un tipo de suelo que, como protestaba el año pasado la periodista Amanda Mull en la revista The Atlantic, se ha vuelto omnipresente en las casas en los últimos diez años. Mull se quejaba además de que estos suelos suelen acarrear la presencia de puertas de granero, cocinas con azulejos blancos de metro, y otros objetos denostados por cada vez más interioristas, agentes inmobiliarios y usuarios de Reddit enfurecidos. “En Reino Unido hay todo un culto de entusiastas del beige y el gris. Son el equivalente a la Cienciología en el interiorismo”, escribe uno de estos usuarios en un hilo dedicado al “odio a los suelos laminados grises”.

El hartazgo que provoca cualquier tendencia cuando se mantiene durante demasiado tiempo en la cumbre no es lo único que explica estas críticas. Como han argumentado algunos de estos odiadores del sad beige, su rechazo tiene mucho que ver con el hecho de que este tipo de decoración sea la que suele usarse en los pisos turísticos o que son adquiridos para especular con ellos, lo que hace que se les represente como un símbolo de la burbuja inmobiliaria. “Creo que ahora lo llaman gris gentrificación”, dice otra de las respuestas que tuvo el hilo sobre los suelos laminados en Reddit.

La interiorista asturiana Patricia González Llamazares explica que los tonos neutros son esenciales para los profesionales que, al igual que ella, están especializados en home staging, un método de marketing inmobiliario que practica al frente del estudio Ático Home Staging y, desde hace unos meses, en el programa Reforma y alquila del canal Decasa. Según cuenta por teléfono, fue su colega estadounidense Barb Schwarz quien en los años setenta inventó este método al darse cuenta de que, cuanto más anodina era la decoración de una casa, más sencillo y rápido resultaba venderla al precio deseado. “Decorar una casa consiste en personalizarla, mientras que los home stagers hacemos lo contrario: despersonalizarla para que el mayor número posible de personas se vea viviendo allí”, precisa.

Para ello, los home stagers tienen en cuenta “las tres ces” que según la teoría de Schwarz hay que llevar a cabo en una vivienda para venderla o alquilarla mejor: “clean”, dejándola todo lo limpia posible; “clutter free”, liberando el espacio de desorden y de objetos innecesarios y personales; y “colour”, cambiando los elementos coloridos que pueda tener la casa por otros en tonos neutros como el blanco, el gris o el beige. “El color es de lo que más se acuerdan los potenciales compradores o inquilinos de una casa después de visitarla, y aunque nadie te va a decir que el blanco y el beige sea sus colores preferido, son los que menos molestan”, razona Patricia González Llamazares.

Eso explica que esta especie de minimalismo insulso tenga tanto predicamento en países como Estados Unidos, donde en el tercer trimestre de este año un 15,9% de las casas vendidas las adquirieron inversores para alquilar o venderlas en vez de para vivir en ellas. También explica que sea el estilo utilizado en muchos pisos turísticos, hasta tal punto de que en las redes sociales hay quienes lo llaman “AirBnbcore”. Que además se haya convertido en el preferido de muchas personas cuando reforman sus propios hogares podría deberse al tirón de programas como el que presenta Llamazares, en especial los del canal estadounidense HGTV, donde los hermanos Scott llevan años predicando la utilidad del home staging para aumentar el valor de las casas.

Al fin y al cabo, la vivienda es el bien más valioso que tiene la mayoría de la gente, y como explicaba este verano un artículo del Washington Post, estos programas han hecho que muchas personas no reformen sus casas para acomodarlas a sus gustos particulares sino para conseguir lo mismo que los home stagers: espacios con un aire moderno que no desagraden demasiado a nadie, eternamente preparados para entrar a vivir en ellos. “Revende, revende, revende’. Lo tenía tan dentro de la cabeza que cuando nos mudamos a nuestra casa me daba miedo cambiar nada”, contaba al Post una investigadora crítica con HGTV al reconocer que incluso ella acabó eligiendo una de esas viviendas. “Nunca la pinté. Vivía entre esas paredes blancas y siempre pensaba en el próximo propietario. Todo era para el próximo propietario”.

Está aún por ver si casos como el de Nattie Jo Powell y Emma Ganzarin señalan un cambio de los gustos que acabe con el reinado del minimalismo de piso turístico. Como cualquier otro, se trata de un estilo que ha tenido su origen y evolución. “El gris viene de esa tendencia por lo industrial que tan fuerte pegó hace una década, mientras que el beige deriva de la mezcla de los estilos escandinavo y mediterráneo que tan de moda ha estado estos años”, considera Carlos Tomás, fundador del estudio de diseño y arquitectura madrileño Estudio Reciente. El arquitecto añade que, aunque estas tendencias pueden dar resultados interesantes cuando se aplican “de manera adecuada y honesta”, en manos de los especuladores han derivado en “versiones sin personalidad” y de mala calidad en las que únicamente prima lo económico. Así, acaban minando la referencia original. “Creo que este estilo pasará dentro de poco”.

Por ahora, el AirBnbcore ofrece la ventaja de conseguir que un espacio tenga aspecto de nuevo a un precio asequible. Los suelos laminados y vinílicos son bastante más baratos que otros de madera como el parquet y el tipo de muebles que suelen acompañarlos es el que más extendido está en las empresas de mobiliario como Ikea, Zara Home, o Leroy Merlin, aunque al mismo tiempo los elementos propios de este estilo presentan algunas desventajas como la dificultad de reparar los suelos laminados al no poder ser lijados. Según los seguidores de Nattie Jo Powell, también conllevan el riesgo de convertirle a uno en el Grinch.

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