De la emancipación de Marlene Dietrich al carácter de ‘Kika’: Jean Paul Gaultier explora la relación entre el cine y la moda

El conjunto blanco que Sharon Stone llevó en Instinto Básico, el traje que Christopher Reeve se enfundó en Superman IV o el vestido bordado con el que Greta Garbo se convirtió en La reina Cristina de Suecia son algunos de los icónicos modelos que se pueden contemplar de cerca en la exposición Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier, que de este 18 de febrero al 5 de junio podrá visitarse en CaixaForum Madrid, dentro de la programación del Madrid Design Festival 22. El propio modista francés, de 68 años, ha supervisado su montaje y presentado la exposición, que según Fréderic Bonnaud, director de La Cinémathèque francesa, “es una autobiografía y un autorretrato” del creador. Gaultier asegura que se dedica a la moda gracias al cine; ha creado vestuario para películas como Kika, La piel que habito o La mala educación, de Pedro Almodóvar, y El quinto elemento, de Luc Besson, y en 2012 fue el primer diseñador en formar parte del jurado del festival de Cannes.

La entrada a la exposición invita a sumergirse en la mente del modista. Se intuyen maniquíes y corsés (uno de ellos creado para Madonna) tras cortinas de tul y se proyectan en bucle fragmentos en blanco y negro de Falbalas, drama sobre un diseñador de moda parisino dirigido en 1945 por Jacques Becker. “Es una especie de sueño, el que Jean Paul tuvo a los 13 años, cuando vio ese filme, y con esta sala hemos querido transmitir esa emoción onírica, y a la vez recrear un salón de costura”, explica la cocomisaria, Florence Tissot. El propio Gaultier apunta que viendo esa película de adolescente en su casa tomó la decisión que marcó su vida: “Pensé esto es lo que quiero hacer, dedicarme a la moda. Vi el desfile final y supe que tenía que hacer espectáculos así”. Por ese motivo es un desfile lo que cierra la exposición, con una pasarela sobre la que muestran prendas del francés rodeadas de estilismos que han marcado la historia del cine, como el vestido negro que Audrey Hepburn llevó en Desayuno con diamantes o un traje que Grace Kelly lució en La ventana indiscreta. “En un desfile eres juzgado, te sometes al público, esta puede ser una profesión cruel, pero a la vez es un motor. No habría moda si no hubiera desfiles”, sentencia.

Aunque se retiró el pasado 2020, Gaultier afirma que nunca dejará la industria: “Soy consultor, elijo a quienes hacen las colecciones de mi firma, he cedido el testigo a otros creadores”. Asegura que ellos tienen una nueva visión, algo que siempre ha sido clave para él y que ha querido reflejar también en esta exposición dividida en cinco apartados, que incluye uno centrado en la transgresión y otro que aborda los arquetipos femeninos y masculinos. “Al principio en Hollywood se veía una mujer objeto y luego se va empoderando y es cada vez más fuerte, y el hombre también cambia. Se disipan los clichés”, indica el diseñador, que ha querido destacar a figuras que redefinieron la estética masculina, como Marlon Brando con su cazadora de cuero, y la femenina, como Marlene Dietrich con sus trajes de pantalón. “Ella encarna la emancipación femenina respecto al poder”, recalca.

Según Elia Durán, directora general adjunta de la Fundación la Caixa, “la moda ha sido una fuente de inspiración para el cine desde sus orígenes, por eso la exposición reflexiona sobre el papel transformador que estas dos industrias tienen en nuestra sociedad”. Antes de inaugurarse en Madrid la muestra se pudo ver en París, pero ahora llega a España con nuevas piezas de modistas como Pertegaz o Balenciaga y poniendo énfasis en la relación del diseñador con el cine español a través de sus colaboraciones con Pedro Almodóvar. “Yo ya era fan de su trabajo antes de trabajar con él. Almodóvar era la movida, el cambio, mostraba a mujeres con carácter”, subraya Gaultier, que ve al manchego como un creador total que “sabe lo que quiere para la estética de su película”. En uno de los espacios centrales destacan el mono que vistió Victoria Abril en Kika y el vestido de lentejuelas de Gael García Bernal en La mala educación. Pero no son su único guiño a España: Gaultier reconoce con orgullo que creció admirando a Luis Mariano, por eso recuerda al artista y a figuras como Sara Montiel, cuya fotografía se puede ver muy cerca del traje tipo mantón de Manila que Sastrería Cornejo creó para Penélope Cruz en La niña de tus ojos.

La relación entre diseñadores e intérpretes es otra de las áreas que explora, de la alianza de Yves Saint Laurent con Catherine Deneuve, a la química de Pierre Cardin, mentor de Gaultier, y Jeanne Moreau. Y siempre sin olvidar a rebeldes que rompieron con lo establecido como Brigitte Bardot, cuyo traje de novia de cuadros de vichy rosa es toda una declaración de principios para Gaultier: “Bardot es un caso especial, nació en una familia muy burguesa, pero a través de su ropa se quiso expresar de una forma completamente progresista y revolucionaria, mostrando su lado salvaje”.