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Guillermo de Orange estuvo dispuesto a dejar la Corona si no lo dejaban casarse con Máxima Zorreguieta

Un documental de la televisión holandesa sostiene que el Fiscal General del Estado de Países Bajos desactivó una demanda en contra del padre de la novia, y se pregunta quién encargó un informe sobre su pasado político, cuando solo el entorno de la Casa Real conocía la relación de la pareja

Documental Guillermo de Orange
La reina Beatriz de Holanda, a la derecha, junto a Jorge Zorreguieta y su mujer, María Carmen Cerruti, en 2007.Michel Porro (Getty Images)
Isabel Ferrer

Entre 1999 y 2001, el Gobierno de Países Bajos se empleó a fondo para evitar una crisis constitucional que habría afectado a la Corona. Un documental emitido esta semana por la emisora pública BNNVARA, señala que el príncipe Guillermo de Orange estaba dispuesto a ceder el trono para no perder a su novia, la joven argentina Máxima Zorreguieta, hoy reina consorte. La imagen encaja en la figura de un enamorado que ve peligrar su felicidad por culpa del pasado de su entonces futuro suegro: Jorge Zorreguieta, que fue secretario de Estado de Agricultura en la dictadura del general Jorge Videla (1976-1983). Pero el programa televisivo sostiene, además, que el Fiscal General del Estado desactivó en 2001 una demanda presentada contra él por crímenes contra la humanidad. Y se pregunta quién encargó, a espaldas del Gobierno, un informe sobre su pasado cuando Máxima era todavía una desconocida fuera del entorno de la Casa Real.

Titulado Een porseleinen huwelijk (Un matrimonio de porcelana), el documental consta de cuatro capítulos emitidos como una miniserie entre el 31 de enero y el 3 de febrero. Sus responsables —Hans Hermans y Martin Maat— presentan por primera vez notas personales de los políticos y diplomáticos involucrados en unas negociaciones de alto voltaje. Guillermo y Máxima se conocieron en Sevilla en abril de 1999, y a finales de agosto la cadena pública de televisión (NOS) desveló que el príncipe heredero tenía novia. Ya entonces se habló del pasado político del padre de la actual reina consorte. En 2000, surgieron las primeras críticas ante la posible entrada de un expolítico de la dictadura argentina en el seno de la Casa Real. La situación dio un giro en marzo, cuando Maarten Mourik, un antiguo diplomático, presentó una demanda contra Jorge Zorreguieta —fallecido en 2017— por crímenes contra la humanidad “para proteger a la Corona”, según explicó.

El programa señala que la demanda no llegó a verse en los tribunales debido a la intervención de Joan de Wijkerslooth, entonces Fiscal General del Estado. Dos fuentes de la propia cúpula fiscal, que mantienen su anonimato, han declarado a los directores de la serie que en 2001 “se creó un precedente legal para poder quitar de la mesa la demanda contra Zorreguieta padre”. Ante las cámaras, Liesbeth Zegveld, una de las abogadas encargadas del caso frustrado, declara que “todo se convirtió en un tema político, como ya sabíamos. Y la ley era un obstáculo”.

En el marco de referencia moral holandés, heredero de lo ocurrido durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, la presencia de Jorge Zorreguieta en un Gobierno responsable de la desaparición de miles de personas es sinónimo de foute mensen. Es decir, los que colaboraron con el lado equivocado. El símil es de Michiel Baud, el experto en Latinoamérica encargado por el Ejecutivo de analizar la trayectoria del padre de la novia. La conclusión es que si bien no estuvo involucrado en los crímenes, es inconcebible que ignorase la situación de su país. No podía, por tanto, acudir a la boda. La noticia sorprendió en 2001 a la reina Beatriz, madre del príncipe Guillermo. Su hijo reaccionó molesto y herido. Carel ter Linden, el predicador protestante que casó a la pareja en Ámsterdam el 2 de febrero de 2002, asegura en la serie que Guillermo le pareció dispuesto “a ceder el trono por amor”. Fue preciso entonces convencer a Jorge Zorreguieta de que debía ausentarse del enlace. Este se resistió, a pesar de que la pareja necesitaba el permiso del Parlamento para casarse. No veía impedimento alguno a causa de su trayectoria, porque fue un político civil, no un militar.

A lo largo del relato se plantea una pregunta, todavía sin respuesta clara. Se refiere al primer informe sobre Zorreguieta padre, que ya descartó su implicación personal en las violaciones de los derechos humanos. Elaborado a espaldas del Gobierno, es de agosto de 1999. En ese momento, solo la familia real y los amigos más cercanos conocían la presencia de su hija Máxima en la vida del príncipe Guillermo. En septiembre, el socialdemócrata Wim Kok, entonces primer ministro, pidió explicaciones al titular de Interior, responsable de los servicios de inteligencia. Este tampoco sabía nada. A partir de ese momento, se impuso la máxima discreción. Los investigadores del documental han encontrado el informe en el legado personal de Max van der Stoel —el político y diplomático que habló con Jorge Zorreguieta— que está guardado en el Archivo Nacional. “En 2003, se supo que un encargo similar sobre la pareja de una sobrina de la reina Beatriz lo hizo el director del gabinete de la soberana”, indica el documental .

En la narración queda claro lo mucho que le costó al príncipe heredero Guillermo asumir que el Parlamento pudiese negarle el permiso para casarse. Se subraya a su vez la incredulidad inicial de la novia ante los crímenes de la dictadura argentina, que le parecieron terribles, aunque aseguró que los desconocía. Cuando su padre le dijo que tampoco lo sabía, le creyó. El nudo se deshizo al aceptar este por escrito que no asistiría: su hija pudo contraer matrimonio y su yerno conservó la corona.


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