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Lola Índigo, la artista en la que pocos creían

Mónica Naranjo dijo de ella que “desafinaba como una almeja” y el coreógrafo Rafa Méndez que era “un estorbo” pero ahora es una de la ‘triunfitas’ de más éxito

La cantante Lola Índigo.
La cantante Lola Índigo.Sergio R Moreno (GTRES)

“Mimi, fuera de la clase. Eres un estorbo para mi vista. Eres un cuadro. Ciao”. La amistad entre el coreógrafo Rafa Méndez y la artista Miriam Doblas (Madrid, 1992), más conocida como Lola Índigo, nada tiene que ver con aquella estricta relación profesor-alumna en el programa Fama Revolution, donde él le reprochó su actitud de una manera rimbombante que se hizo viral años después. Ha transcurrido una década y Doblas ya no es aquella joven de 18 años. Aquel “cuadro” ha madurado, ha trabajado, se ha esforzado, también ha perdido —basta con recordar su breve paso por OT, pero ahora ha triunfado. En la actualidad Méndez solo tiene palabras de admiración para la cantante que se ha convertido en una de las participantes de su edición con más éxito y que más aparece en televisión, ya que también se animó a participar en Tu cara me suena en 2018. “Ha pasado el tiempo y me ha dado una bofetada en toda la cara”, dijo el pasado lunes el bailarín durante el concurso The Dancer.

Ese momento en el nuevo programa de Televisión Española —donde ambos ejercen como jurado junto al actor Miguel Ángel Muñoz— supuso una reconciliación, pero simplemente televisiva, pues a lo largo de estos años han mantenido el contacto e incluso han trabajado juntos. De hecho, cuando Doblas se planteó probar suerte en Operación Triunfo pidió consejo a su antiguo maestro y de esta manera conoció a compañeros como Aitana, Ana Guerra y Alfred García. Mimi entró en la popular Academia en 2017 con el propósito de no ser una mera bailarina, sino convertirse en una artista más completa.

Criada en Huétor Tájar (Granada), baila desde los cinco años y la danza la ha llevado a China y Estados Unidos. Su periplo en el país asiático fue consecuencia del cierre por la crisis económica de las escuelas de baile en las que daba clase. Lo que ganaba en China se lo gastaba en Los Ángeles (California, EEUU) para seguir formándose. Ha trabajado con artistas de la talla de Chris Brown, aunque aquella experiencia no fue demasiado grata: “Hubo un momento en el que al ser chica y rubita se me tomó cero en serio, era solo una cara bonita entre la multitud”, recordó en una entrevista con la revista Shangay. Durante esos años vivió buenos y malos momentos, pero aprendió mucho de la industria, algo que se aprecia en sus actuaciones, unos espectáculos más similares a lo que se ven en Estados Unidos.

Volvió a España para empezar desde cero. Y acabó en OT, donde la cantante Mónica Naranjo, entonces miembro del jurado, dijo que desafinaba “como una almeja” y pasó a ser la primera expulsada entre los 16 concursantes. Su salida no supuso un paso atrás, sino que desde ese momento inició una carrera de fondo con la que finalmente ha superado a muchos de sus compañeros, pese a sentirse en un principio “telonera” de los finalistas, como explicó a la revista Vanidad. Comenzó haciendo algunos bolos y meses más tarde presentó su propio proyecto que arrancó con la canción Yo Ya No Quiero Ná. Doblas ha contado en varias entrevistas que nadie apostaba por ella antes del lanzamiento de dicha canción y que siguió adelante con un presupuesto muy bajo. “Ahora me sale gente de debajo de las piedras”, llegó a decir tras el éxito de su primer sencillo y que más tarde le ha llevado a colaborar con artistas como Mala Rodríguez, Beret y Don Patricio. Con este último se la llegó a relacionar sentimentalmente después de componer juntos Lola Bunny, aunque ninguno lo ha confirmado.

Doblas no habla demasiado de su vida sentimental y detesta ser calificada como “novia de”. En marzo del año pasado mostró su malestar tras una entrevista titulada: “A Lola, el índigo le gusta en sus jeans (casi) tanto como Don Patricio”. Se considera feminista y no duda en defender sus ideales a través de las redes sociales, donde opina que las mujeres también pueden emborracharse o enseñar los pezones al igual que los hombres. Sus canciones son consideradas lemas feministas, pero cada vez que le preguntan sobre este asunto frena al periodista para matizar: “Pedirle a alguien que te deje en paz es empoderador, pero no es un mensaje feminista como tal”. “Le doy las gracias a quienes lo consideren feminista, pero yo me tomo el feminismo mucho más en serio”, aclaró a la revista S Moda en 2018.

También es muy clara a la hora de hablar de salud mental y compartir sus propias vivencias. En el pasado ha sufrido angustia y trastornos alimenticios pero, como dijo ella misma cuando fue portada de la revista Women’s Health, poco a poco va encontrando el equilibrio. “Pasé de ser la gordita del cole a matarme de hambre y quedarme en los huesos para que me cogieran en los castings”, escribió en Instagram el pasado diciembre, a lo que añadió: “He necesitado encontrar el amor propio porque buscar la aceptación de los demás nunca me acercó ni un poquito a la felicidad”.


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