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Los famosos resucitados por la final de ‘Mask Singer’

Jorge Lorenzo, Toni Cantó, Genoveva Casanova y Paz Vega sorprenden con su actuación y desparpajo en el último programa que consiste en descubrir quién actúa bajo las máscaras

Los cuatro finalistas de 'Mask Singer'.
Los cuatro finalistas de 'Mask Singer'.Atresmedia
El País

El programa Mask Singer ha tenido todo tipo de momentos. No se trata de un programa musical en sí mismo aunque el concurso vaya de cantar, pero sin dudarlo ha conseguido entretener, sorprender y mantener una vez más a la audiencia enganchada a la televisión –y a las redes sociales– hasta bien entrada la madrugada. La final no ha decepcionado y los cuatro enmascarados que llegaron a competir en ella por la máscara de oro tampoco lo hicieron.

Este miércoles fueron desfilando por el programa volviendo a dejar boquiabiertos al público y a los conductores del concurso, un sobrado Cuervo, un divertido Camaleón, una dulce Caniche y una rompedora Catrina. Durante las semanas que ha durado la sorpresa todos los seguidores del formato –incluso los propios participantes sobre el resto de sus compañeros– han barajado posibilidades respecto a la identidad de los famosos que se escondían bajo los disfraces, y las sorpresas no han defraudado.

Cuando las máscaras desaparecieron, resucitaron famosos insólitos en un concurso de este tipo donde, por mucha técnica que se haya empleado, han llegado a dejar con la boca abierta a más de uno con sus interpretaciones musicales. Cuervo y sus andares de ¡cuidadito conmigo! no era otro que el pentacampeón del mundo de motociclismo Jorge Lorenzo. Los Javis, la pareja de actores y directores formada por Javier Calvo y Javier Ambrossi, llegaron a adivinarlo pero en el último momento y rozando el larguero. Ni siquiera viendo su rostro al descubierto se terminaba de creer que el competitivo Lorenzo, ahora retirado de las carreras pero en activo como probador de motos en los circuitos, hubiera cantado y actuado como lo había hecho. El secreto lo reveló él mismo: “De pequeño ya era un showman con mi hermana, muy artista en la escuela y soy un loco de los karaokes y en mis viajes de circuito en circuito muchas veces he ido con amigos y miembros de mi equipo a cantar en ellos, y cuando lo hago es difícil quitarme el micrófono”. No dejó de mostrar su lado Lorenzo, el más competitivo: “Quería ganar, claro. Es sin dudarlo lo más curioso, loco y raro que he hecho. Mis amigos y compañeros van a flipar”.

El corredor también confesó que a pesar de estar acostumbrado a la velocidad se sentía nervioso horas antes de salir al escenario y que los dos minutos de actuación le hacían “ponerse a mil”. Los investigadores del programa, Los Javis, Malú y José Mota, llegaron a decirle que si le gustaba podía probar en la música. El corredor contestó rotundo: “Con la electrónica todo es posible, pero ahora solo quiero estar tranquilo y disfrutar del tiempo libre”.

El siguiente desenmascarado fue Camaleón, un personaje que se había mostrado en el concurso atrevido, simpático y sin complejos. En las redes sociales, un fotografía compartida junto a otro famoso y el singular dibujo de la camiseta que vestía en ella había hecho que muchos internautas le había descubierto la semana anterior, pero los investigadores del concurso no pudieron disimular lo poco que habían podido llegar a imaginar que bajo la máscara de enorme cabeza se escondiera un político. Ahí estaba Toni Cantó, exdiputado de Ciudadanos y, cierto, también actor, tronchado de la risa y divertidísimo en su papel. “Me fui metiendo y haciendo cosas que no me hubiera permitido en la vida real”, dijo sobre su paso por el programa. “Cantar siempre me ha gustado y como vi a los investigadores tan despistados perdí el miedo y dejé de disimular incluso mi voz. Yo también he sido el primer sorprendido por los demás concursantes. Y no mentí al dar una de las pistas sobre mi identidad: he sido el primer español en conseguir algo porque he sido el primer actor español en llegar a ser diputado”.

La elegante y dulce Caniche cambiaba de registro y tenía enamorado a más de uno de los investigadores del programa e, incluso, al propio Arturo Valls, conductor del mismo. De ella decían que se le percibía buena persona, elegante, especial, con mundo. Nadie se percató del evidente acento extranjero que mostró cuando se liberó de su máscara de perro de altos vuelos. Bajo ella se encontraba Genoveva Casanova, la exesposa de Cayetano Martínez de Irujo, ese Alba que ha recorrido las pistas ecuestres a lomos de un caballo y las revistas del corazón descubriendo rencillas de su noble familia. Ella no paraba de sonreír y decir lo emocionante que había sido su paso por el programa y cómo se había sorprendido con lo que el equipo del mismo había conseguido que hiciera con su voz. Todo narrado con su acento mexicano natal, el mismo del que nadie se percató mientras cantaba.

Aún quedaba la sorpresa final. La ganadora. Catrina. Elaborado disfraz de claras referencias al Día de los Muertos que tanto celebran los mexicanos, actuaciones con garra, madera de artista, diferentes registros. Ninguno de los investigadores puso sobre la mesa el nombre que descubrió el final del concurso. Thalía, Shaila Dúrcal, Gloria Trevi o Paulina Rubio eran las apuestas de los cuatro investigadores, pero cuando desapareció la máscara apareció la actriz Paz Vega. Y entonces todo cuadró. Exultante por el triunfo, por haber engañado a todos hasta el final y haber demostrado así, una vez más, su poderío como actriz y su perseverancia como concursante –no hay que olvidar que quedó segunda en la edición de MasterChef Celebrity que ganó la deportista Ona Carbonell– celebró su triunfo emocionada y declarando que había sido una de las cosas “más divertidas y emocionantes” que había hecho en su vida.

De paso descubrió que si tuviera que comparar su vida con una película elegiría La la land. “A mí me pasó exactamente lo mismo que ocurre en el filme, lo único que yo tuve la suerte de tener una pareja que me siguió y me apoya”, dijo en referencia a su vida en Hollywood y a su marido Orson Salazar, padre de sus hijos Ava y Lenon a quienes dedicó el premio y supuso tan sorprendidos como lo estaban los espectadores al saber que su madre cuando se iba a trabajar sin decir dónde, cantaba como los ángeles bajo el disfraz de una muerta muy viva.

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