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Cristina Pedroche cumple 32 en su año más convulso

La presentadora tras el confinamiento ha pasado unos meses difíciles. Ahora hace frente a sus dudas de cómo presentar las campanadas de Nochevieja, su proyecto estrella

La presentadora Cristina Pedroche.
La presentadora Cristina Pedroche.CORDON PRESS
El País

Cristina Pedroche despedía 2019 con 31 años y con un buen sabor de boca: con una estatua en el Museo de Cera de Madrid y acaparando todas las miradas con su vestido de las Campanadas de Nochevieja, que desde hace seis años la presentadora ha convertido esa noche en todo un acontecimiento que arrasa en audiencia haciendo historia en las cadenas privadas. La conductora de programas como Pekín Express o Tú sí que sí recibía así con ilusión un 2020 que se ha visto truncado a raíz de la pandemia del coronavirus y que ha sido testigo de un 32 cumpleaños más convulso.

Cristina Pedroche, en la inauguración de su estatua en el Museo de Cera en diciembre de 2019.
Cristina Pedroche, en la inauguración de su estatua en el Museo de Cera en diciembre de 2019.Oscar Gonzalez (CORDON PRESS)

Antes del confinamiento, Pedroche vivió unos días difíciles cuando su marido, el chef David Muñoz, tuvo que permanecer unos días en el hospital para corregir una dismetría que le había desviado la cadera y la pelvis y le estaba provocando mucho dolor. No fue el único susto de salud para el chef, quien cree que pasó la covid-19 después de 12 días enfermo y haber perdido el gusto y el olfato. La pareja, que tras un año de noviazgo contrajo matrimonio ante notario el 27 de octubre de 2015 en su casa, vestidos con vaqueros y con sus padres como única compañía, se mantuvo unida y ambos conformaron el pilar del otro en momentos de debilidad.

El coronavirus no solo les obligó a cerrar DiverXO, el restaurante que Muñoz regenta en Madrid desde hace 14 años y del que Pedroche es socia y participa en la gestión, sino que también impidió a la presentadora de televisión despedirse de su abuela, quien falleció en pleno estado de alarma que restringía el aforo de los entierros y funerales. “Están falleciendo muchas personas y no nos dejan despedirnos de ellos. No nos dejan estar con nuestros familiares, no nos dejan velarles. Darles el último adiós. Sé que la cusa por la que todos estamos luchando es importante y por eso no salgo de casa, por eso no voy a darle un último beso a mi abuela Dominga”, escribió la vallecana en sus redes sociales.

En mayo, cuando poco a poco comenzó a reactivarse esta nueva normalidad, Cristina Pedroche, que aseguró sentirse en una constante “montaña rusa de sentimientos” recuperó su innata felicidad y compartió con sus seguidores uno de los proyectos que más ilusión le había hecho en estos meses: su participación como actriz en los episodios finales de la serie El secreto de Puente Viejo. “Cuando me pidieron que lo hiciera no me lo pensé, formar parte de una serie que ha hecho historia de la televisión con sus más de nueve años de emisión es fascinante”, compartió entonces.

Con la vida de nuevo encaminada, la presentadora y actriz y su pareja recibieron de nuevo dos varapalos muy seguidos. Tras la reapertura de DiverXo, en agosto tuvieron que volver a cerrar las instalaciones por un incendio en la cocina del que no lamentaron daños y del que se recuperaron en tiempo récord, pero a mediados de septiembre el chef tres estrellas Michelin volvía a bajar la persiana de su exclusivo local cuando varios de sus empleados dieron positivo en coronavirus. Pasadas las dos semanas de cuarentena, con el equipo sano y con “todo listo” para la reapertura, según el chef, DiverXO continúa cerrado debido a las restricciones de aforo y horario establecidas en la capital.

Con el restaurante estrella cerrado, la pareja ha centrado sus esfuerzos en El GoXo, el servicio de comida a domicilio que inauguraron en pleno confinamiento; y en StreetXo, el otro local que regentan en la capital, cuyo horario han ampliado y donde Pedroche disfrutó el miércoles de su última cena con 31 años. Tras mudarse de un piso en un barrio acomodado de la capital a una casa con jardín y piscina en una lujosa urbanización de Pozuelo, Pedroche contempla con expectación este último trimestre del año en el que hace frente a las dudas surgidas con su proyecto estrella: las campanadas de Nochevieja. Por sexta vez, la colaboradora de Zapeando va a ser la encargada de retransmitir las Campanadas en Atresmedia, aunque en esta ocasión la emoción ha sido invadida por la tristeza de la situación. “Yo tampoco estoy viviendo mi mejor año. En los minutos previos estoy histérica de emoción, y no quiero estar histérica de pena”, contaba Pedroche hace unos días en el programa de La Sexta, donde expresaba sus dudas respecto al verdadero protagonista de esa noche: su vestido. “No sé si estoy segura con este vestido o no. Cómo es el vestido está claro desde enero, pero ahora no sé si cambiarlo...si hacer otra opción...". Y añadía: "No quiero que la gente piense que soy superficial y que lo único que quiero es salir guapa esa noche. No consiste en eso. Consiste en entretener, en que la gente se olvide en ese momento de todo lo malo que está pasando”. Ahora solo hay que esperar a la última noche del año.

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