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La paradoja y el estilo
Columna
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Hermanos anónimos

Cuando la industria de la celebridad se instauró en España, donde florece y se ramifica, la fama pasó a ser otro ingrediente principal de la dieta mediterránea

Antonio David Flores, en el plató de 'Supervivientes' el pasado febrero.
Antonio David Flores, en el plató de 'Supervivientes' el pasado febrero.ANTONIO QUILEZ ( / Cordon Press)
Boris Izaguirre

Se ha puesto de moda reconocer que se tiene un hermano secreto, fruto de una relación extra de tu padre y que reaparece en tu vida en una confesión televisiva o una exclusiva. El primero en abrir fuego ha sido Antonio David Flores, padre de Rocío y David Flores, sus hijos junto a Rocío Carrasco, hija y heredera universal de Rocío Jurado. Es importante tener el árbol genealógico a mano, porque es fácil perderse entre sus ramas. Antonio David, que fue guardia civil antes que personaje mediático por su matrimonio con la hija de Jurado, se molestó mucho por unas declaraciones de Carmen Borrego, hija de María Teresa Campos, donde él no salía bien parado. “Que hable de su hermano secreto”, disparó desde Sálvame. Y estalló la moda y el conflicto.

Ágatha Ruiz de la Prada, una mujer que es todo, moda, marca, madre, esposa, divorciada y novia, terminó de darle el espaldarazo definitivo a esta tendencia al confesar que también ella tenía una hermana secreta durante un encuentro televisivo con el hijo no reconocido de Julio Iglesias, Javier Santos (que, la verdad, no las tiene todas consigo: ¡Acude al programa para hablar de su caso y el titular se lo lleva la hermana anónima de Ágatha!). La diseñadora se sintió empática con el joven y decidió lanzar la bomba. “No la conozco pero a su madre sí”, agregó y los degustadores de culebrones empezaron a salivar. O sea, típico en las familias aristocráticas que afloren antiguos amores y se amplíe la familia.

Cuando la industria de la celebridad se instauró en España, donde florece y se ramifica, la fama pasó a ser otro ingrediente principal de la dieta mediterránea. Por eso disfrutamos tanto, como el jamón o la tortilla, con esta novedad del “hermano anónimo”, que así han bautizado a su hermanastro las Campos, aduciendo que “siempre lo han querido y ya está”, sentenció Terelu.

En mi casa de Caracas se hablaba de los hijos anónimos de los presidentes de la república. Me sonaba como algo que unía prohibición y poder. Por eso ambicioné tener un hermano anónimo, pero con el rollo progresista y macrobiótico de mis padres asumí que aquello sería imposible. Hay que ser católico, menos progre y sobre todo carnívoro para “regalarle” a tu familia oficial ese extraño privilegio, osado y apetecible como casi todo lo carnal.

Para surfear esta oleada de hijos sorpresa, ¡Hola! y Semana recurren a las nuevas generaciones oficiales. ¡Hola! desplaza el nacimiento de la futura duquesa de Alba para dedicar la foto central a María Teresa Campos y su nieta Alejandra Rubio, que se entrevistan entre ellas. Semana en cambio, inesperadamente más aristocrática, dedica casi toda su portada a los duques de Huéscar posando con su hija, la futura duquesa. Las revistas están un tanto descolocadas persiguiendo captar la atención de la audiencia televisiva y la consecuencia más paradójica es que parece como si Semana y ¡Hola! se hayan intercambiado sus portadas.

Para poner los pies en la tierra me leí la entrevista a Isa Pantoja en Lecturas. Anuncia que ha superado la selectividad y que estudiará Derecho. Afirma que será “la primera Pantoja universitaria”. Esa misma carrera de leyes va a estudiar la nieta de María Teresa Campos, Alejandra Rubio, que aparece en el centro de la portada de ¡Hola! eso sí, como una princesa heredera. La hija de Pantoja va a asistir a clase mientras que la nieta de Campos lo hará virtualmente. Isabelita explica que hacerlo presencialmente es “más económico”. O sea, menos pijo. Deseemos suerte a estas nuevas abogadas y que su generación, más formada en leyes que en religión, quede por fin libre de hermanos secretos o anónimos.

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