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La carrera de Kanye West a la presidencia de EE UU provoca una campaña de boicot a las Kardashian

Las polémicas declaraciones del rapero en su carrera presidencial incitan un llamamiento en las redes sociales para dejar de comprar todos los productos de la mediática familia de su esposa Kim

Kanye West y Kim Kardashian en la gala del Met en mayo de 2019.
Kanye West y Kim Kardashian en la gala del Met en mayo de 2019.Anthony Behar (Anthony Behar/Sipa USA / Cordon Press)
El País

Si no había resultado suficiente la deriva psicótica de algunas declaraciones del rapero Kanye West al poco de anunciar que se presentaría como candidato a la presidencia de Estados Unidos, ahora se ha desatado un movimiento en redes sociales para boicotear el millonario negocio del clan Kardashian, también por culpa del músico. No se trata de si su figura se considera o no la más adecuada para el puesto al que aspira sino de una forma de reaccionar a nuevas declaraciones que han indignado a un sector de los votantes estadounidenses.

En un país en el que las elecciones y su proceso son todo un rito, no ha caído nada bien que West afirmara a su vuelta de unas vacaciones con su familia en República Dominicana: “Mi campaña presidencial está diseñada para robar votos al candidato demócrata, Joe Biden”. Los analistas políticos llevaban toda la semana debatiendo sobre este aspecto. La amistad y admiración que el músico ha declarado históricamente hacia Donald Trump y lo sorprendente de su candidatura dejaba abiertos muchos interrogantes, y aunque el mismo presidente de Estados Unidos ha llegado a negar que la campaña de West estuviera más dirigida a favorecerle a él que a tener realmente aspiraciones personales, han sido las declaraciones del propio rapero las que han puesto a muchos votantes sobre la pista de sus intenciones.

El resultado no se ha hecho esperar y en las redes sociales se ha desatado una auténtica marea para tratar de parar los pies a Kanye West y el objeto no es otro que los negocios del clan Kardashian, la mediática familia a la que pertenece su esposa Kim y que convertido su exposición pública en el reality Las Kardashian en el principio de un lucrativo negocio del que penden múltiples marcas de las hermanas Kardashian-Jenner y de su madre Kris Jenner. Con el hashtag #boycottkardashian los usurarios de las redes sociales piden arañar miles de dólares al patrimonio de la familia e incluso que se cancele su reality en televisión.

Después de que el pasado viernes Kanye West fuera tan explícito sobre sus intenciones, al secretario de prensa del expresidente Bill Clinton, Joe Lockhart, le faltó tiempo para tuitear: “Si Kayne quiere postularse para ayudar a @realDonaldTrump, habrá que darles en su bolsillo. Vamos a boicotear todos los productos Kardashian. Eso incluye a todas las hermanas. No show, no perfume, cualquier mierda que vendan. Reducirlos a convertirse en infomerciales a los que Trump pronto se unirá”. Una idea que fue la semilla para desatar la campaña en Twitter, Facebook e Instagram contra Chris Jenner, Kourtney, Kim, Khloé, Kendall y Kyle.

Kanye West con Donald Trump durante un encuentro en Nueva York en diciembre de 2016.
Kanye West con Donald Trump durante un encuentro en Nueva York en diciembre de 2016. TIMOTHY A. CLARY (AFP)

Por si algún despistado estaba dispuesto a ser condescendiente a causa del trastorno bipolar que padece el rapero, Lockhart también tuvo razonamientos para ellos: “Aquellos que argumentan que esto no es un problema de las Kardashian, no entienden su modelo de negocio. Se basa completamente en permanecer en el ojo público. Kanye es una parte importante de esa gestión. Ignóralos y el imperio se desmorona”.

Kanye West y Kim Kardashian se casaron en 2014 y tienen cuatro hijos: North, Saint, Chicago y Psalm de entre siete años y 15 meses. Las últimas semanas no han sido especialmente tranquilas para el matrimonio después de que el músico publicara erráticos tuits sobre su esposa y su suegra a mediados de julio, en los que acusaba a Kim de haber buscado un médico y de querer internarlo en una institución psiquiátrica. “Kim ha intentado traer a un doctor para encerrarme”; “Kim está intentando volar a Wyoming con un médico para encerrarme como en la película Déjame salir porque lloré ayer cuando conté que quería salvar la vida de mis hijas” [en referencia a una parte del contenido del polémico mitin que había dado el día anterior]; “Si me encierran como a Mandela todos sabréis por qué”; “Todo el mundo sabe que la película Déjame salir es sobre mí”. La cinta a la que se refiere West es un éxito del cine de terror de hace tres años en el que un joven va a conocer a sus suegros y descubre los horrores que les hacen a sus invitados para tratar de alargarles la vida, como trasplantes de órganos y de cerebro.

La estrella de la telerrealidad no tuvo más remedio que romper su silencio y tratar de defender a su esposo, hablando por primera vez de su bipolaridad y pidiendo compasión para él. Afirmó en sus redes sociales, donde tiene 180 millones de seguidores, que su marido, además de tener “la presión de ser un artista y un hombre negro, experimentó la dolorosa pérdida de su madre, y tiene que lidiar con la presión y el aislamiento que aumenta su trastorno bipolar”. La modelo y empresaria también aseguró que nunca había hablado públicamente de la enfermedad de su esposo para proteger a sus hijos y el derecho a la privacidad de su pareja. Sin embargo, sintió que esta vez tenía que alzar la voz debido al “estigma y los conceptos erróneos sobre la salud mental”. En el mensaje también expresaba que la persona con el trastorno tiene que ser la que se involucre para recibir ayuda, independiente de los esfuerzos de sus familiares y amigos.


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