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Los reyes de Bután, el país de la felicidad, presentan a su segundo hijo

El príncipe nació el 19 de marzo en el Palacio Lingkana en plena pandemia aunque la población se ha librado del virus

La familia real de Bután, en la primera foto con su segundo hijo, nacido el 19 de marzo de 2020.
La familia real de Bután, en la primera foto con su segundo hijo, nacido el 19 de marzo de 2020.RB (GTRES)
El País

Quedan pocos días para celebrar el cumpleaños de Jetsun Pema, la reina de Bután. La monarca alcanzará la edad de 30 años este jueves. Por ello, la familia real ha querido compartir una serie de fotografías en las que muestran por primera vez a su segundo hijo, nacido el pasado 19 de marzo. Todavía no han compartido el nombre del pequeño, pero han prometido que pronto lo harán.

“Con una profunda gratitud y amor en esta ocasión especial, ofrecemos nuestras oraciones por la felicidad y la salud duraderas de nuestra querida monarca, su majestad la reina dragón”, reza un comunicado difundido por la corona. Las instantáneas fueron tomadas el pasado 29 de mayo en los jardines del Palacio Lingkana de la ciudad de Thimphu, la capital del país, donde nació el bebé. Entre las imágenes distribuidas hay dos retratos familiares, uno de la reina con el pequeño y otras fotografías del rey Jihme Khesar y el príncipe Jigme de Bután, el heredero, quien a sus cuatro años se ha convertido en una estrella en las redes sociales de su país. Su última aparición en público tuvo lugar el pasado octubre, cuando acompañó a sus padres a la ceremonia de entronización del emperador Naruhito en Japón. En la mayoría de las fotografías posan muy sonrientes, especialmente cuando miran al miembro recién llegado.

El pasado mes de diciembre, el palacio anunció a través de las redes sociales que los reyes esperaban un segundo hijo, un hermano para el heredero del pequeño reino enclavado en los Himalayas. El monarca escogió el 17, día de la fiesta nacional por ser el aniversario de la coronación de Ugyen Wangchuck, para comunicar la noticia a sus ciudadanos. En las redes sociales compartieron unas instantáneas en las que la reina dragón ya estaba embarazada.

El príncipe Jorge de Bután.
El príncipe Jorge de Bután.©The Royal Family of Bhutan

La historia de amor de los monarcas se remonta al momento en el que el rey Wangchuck vio por primera vez a quien acabaría siendo su esposa. A pesar de que Jetsun Pema solo era una niña de siete años, el por entonces príncipe heredero se prometió a sí mismo que algún día se casaría con ella. Pasaron 14 años antes de que volvieran a verse: el príncipe Wangchuck tuvo que esperar a completar sus estudios de Política y Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford. Por entonces, Jetsun Pema ya tenía 21 años y también era estudiante en el Reino Unido. Ese mismo año contrajeron matrimonio en su país de origen.

La pareja, acostumbrada a estándares de vida occidentales, han modernizado las costumbres que rigen el comportamiento de la familia real. Esto se hizo patente desde el día de su boda, cuando rompieron las tradiciones locales al besarse en público. El príncipe Wangchuck también optó por abandonar la poligamia. Él mismo es, de hecho, el hijo de la más pequeña de cuatro hermanas, todas ellas casadas con su padre, el rey Jigme Singye Wangchuck, responsable de la democratización del país.

Antes de abdicar en 2006, el antiguo monarca se aseguró de que Bután pasaba a ser una monarquía parlamentaria de pleno derecho, lo que se logró en 2018, año en el que se celebraron las primeras elecciones y entró en vigor una nueva constitución. La carta magna butanesa se hizo famosa por echar a un lado el PIB y elevar a principal criterio de referencia el FIB: la Felicidad Interna Bruta, un indicador que mide la calidad de vida de la población en términos psicológicos.

La buena imagen del reino se ha mantenido incluso durante la crisis del coronavirus. El rey salió al rescate de un turista estadounidense que dio positivo en covid-19 mientras estaba de visita. “La orden de su majestad fue que se le diesen todos los cuidados posibles”, asegura Dechen Wangmo, el ministro de Salud del país, según The Washington Post. Y más tarde, por la situación del paciente, se decidió trasladarle en un vuelo medicalizado a Estados Unidos, en un avión privado que le prestó el propio rey.

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