Huevos pericos
En Venezuela o Colombia no falta un buen plato de estos huevos con tomate y cebolla para desayunar. Te enseñamos cómo preparar esta sencilla receta
No hay desayuno colombiano o venezolano –nos mantendremos al margen de cualquier conflicto sobre su origen– que esté completo sin el perico. Apenas tres componentes definen el sabor de las mañanas criollas: huevos, tomate y cebolla. Esta sencilla receta se prepara en todas las casas. “Lo comen las persona acomodadas y les gustan los pobres porque para todos alcanza”, expresa Ramón David León en su Geografía gastronómica venezolana (1954).
La humildad de sus ingredientes y la facilidad de prepararlos hace que puedan compartir mesa con casi cualquier cosa: es común verlos servidos con arepas, frijoles, queso, panecillos, mantequilla o tocino, aunque comerlos simplemente sobre una tostada de pan caliente es ya una muy buena manera de empezar el día.
Tienen su alquimia, ya que el sofrito de cebolla y tomate que se prepara primero aporta la humedad suficiente para que los huevos queden jugosos (hasta si te olvidas de ellos en la sartén). El resultado final debe de ser sueltecillo y no con la textura de una pastura homogénea; a mí me gusta hacerlos a fuego fuerte, removiendo con ganas una vez se añaden los huevos, y dejándolos un poco sin hacer.
Aunque la receta base es la más común y extendida, según la zona se le puede añadir algún otro ingrediente. Por ejemplo, en la zona de los Andes se le pone también cilantro y leche y en otras localidades chicharrón o ají dulce, así que si en casa durante un arrebato de creatividad culinaria nace añadir alguna cosa, adelante.
Tiempo: 20 minutos
Dificultad: No apresurarse a añadir los huevos, cada cosa a su tiempo
Ingredientes
Para 2 personas
- ½ cebolla
- 1 tomate
- 3 huevos
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
Instrucciones
Picar la cebolla en dados pequeños. Pelar y picar también los tomates en dados.
Sofreír en una sartén a fuego medio la cebolla con un poco de aceite y sal. Cuando esté translúcida añadir el tomate.
Dejar cocinar durante unos ocho minutos y corregir de sal.
Batir los huevos y añadirlos a la sartén. Subir el fuego e ir removiendo mientras se cocinan los huevos a fuego medio-alto. Retirar cuando los huevos estén sueltos, pero todavía jugosos y servir inmediatamente.
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