Galletas suecas de mantequilla y mermelada estilo Ikea
Comprar muebles es a veces una excusa para hacerse con salmón ahumado, albóndigas o unas galletas, pero si ya tienes suficientes sillas con nombres raros, también puedes prepararlas en casa
No vamos a andarnos con rodeos: estas son las galletas de Ikea. Si algo ha hecho por nosotros la compañía sueca, a parte de que todas nuestras casas sean exactamente iguales, es descubrirnos la maravillosa gastronomía de su país. Todo el mundo habla y habla sobre las albóndigas y el codillo, pero mi corazón tiene otro dueño: esos tubos rellenos de sánwiches de galletas de mantequilla, rellenos de mermelada de frambuesa, con un corazoncito muy cuqui recortado y por el humilde y fantástico precio de 0,99 €. Es difícil competir con eso.
A diferencia de los muebles baratos, eso sí, estas galletas no las inventó Ikea: las Hallongrottor son unas galletas suecas muy populares, cuyo nombre en sueco traduce literalmente a “cueva de frambuesa”, que no deja mucho lugar a dudas. Lo cierto es que aunque es verdad que la frambuesa les queda muy bien, puedes rellenarlas con la mermelada que quieras o tengas a mano, todas les van a quedar bien. Y si, puedes ponérsela comprada en el supermercado, pero poco va a tener que ver con una buena mermelada casera, que se convierte en la protagonista de cada bocado.
Como podrás ver, la masa de galletas no lleva ningún tipo de levadura ni bicarbonato. Los encargados de que la galleta se airee y se hinche van a ser dos: el huevo, y la mezcla del azúcar con la mantequilla. Como explicamos hace poco en nuestro compendio de cookies, mezclar bien los dos ingredientes es imprescindible para obtener unas buenas galletas, pero es si cabe más importante aún en esta galletas. Así que no seas vaga y bate bien la mantequilla con el azúcar, tres o cuatro minutos. Merecerá la pena.
Tiempo: 50 minutos
Dificultad: Que no se te canse el brazo batiendo la mantequilla con el azúcar.
Ingredientes
Para unas 24 galletas
Para la mermelada
- 300 g de frambuesas
- 150 g de azúcar
Para las galletas de mantequilla
- 175 g de mantequilla sin sal
- 125 g de azúcar
- 1 huevo tamaño L
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 225 g de harina
- Una pizca de sal
- Pistachos opcionales para decorar
Instrucciones
Preparar la mermelada: en un cazo, añadir las frambuesas y el azúcar, y mezclarlo con una espátula hasta que comiencen a soltar sus jugos y se forme una especie de compota espesa.
Colocar el cazo sobre fuego medio-alto y cocinar durante 15-20 minutos, removiendo frecuentemente y aplastando las frambuesas conforme se vayan poniendo blandas. Cuando la mermelada esté muy espesa -puedes poner un poco en un plato frío para ver la consistencia que tendrá cuando se enfríe-, retirarla del fuego. Tamizarla y dejar que se enfríe completamente.
Añadir a un bol la mantequilla con textura de pomada y el azúcar. Batir con unas varillas durante tres o cuatro minutos, hasta que esté emulsionado y cremoso.
Añadir el huevo y el extracto de vainilla y batir un minuto más.
Añadir la harina y la sal y mezclar con una espátula hasta que esté emulsionado. Hacer una bola con la masa, envolverla con papel film y refrigerar al menos media hora.
Cuando la masa de galletas esté fría, hacer bolas de 25 gramos cada una, trabajando rápido para evitar que la mantequilla se derrita mucho. Colocar las bolas en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, y aplastar cada una en el centro con el dedo gordo, sin llegar a hacer un agujero pero considerablemente profundo.
Poner la bandeja en un horno a 180 grados, calor solo por abajo, durante cinco minutos. Cuando se hayan aplanado, sacar la bandeja y redefinir el hueco del centro con una cucharilla, y después devolverla al horno siete minutos más. Al sacarlas deberían estar ligeramente doradas por encima y muy doradas por debajo.
Dejarlas enfriar cinco minutos en la bandeja y después transferirlas a una rejilla. Cuando estén frías, poner una cucharadita generosa de mermelada en el hueco de cada una, y si se quiere rematarlas con pistachos picados.
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