_
_
_
_
_

Juicio a los 10 comestibles más populares de Ikea

Ni la Lack ni la Billy: los auténticos prodigios de la multinacional del mueble están en la tienda de alimentación. ¿Valen la pena las salsas, los arenques, los refrescos y otros productos suecos de Ikea?

Salsas, arenques y mermeladas (entre otros)
Salsas, arenques y mermeladas (entre otros)MARCOS ROBLES

Ser sueco en España tiene sus ventajas, y si no que le pregunten a la colonia de la Costa del Sol. La dieta mediterránea es un dechado de virtudes, pero, ¿quién no siente nostalgia por la comida de mamá? Así como nosotros veneramos la tortilla de patatas, a los suecos se les caen las lágrimas cuando piensan en las köttbullar -albóndigas- con salsa de carne o de arándanos rojos, plato emblemático de la gastronomía escandinava.

“Las albóndigas son el equivalente a la paella, el plato de las ocasiones especiales”, afirma Erika Lust, directora de cine para adultos, natural de Estocolmo y afincada en Barcelona. “También se echan de menos las salsas generosas para todo”, admite Salva Gimeno, funcionario que ha vivido muchos años en Norköping, al Sur de la capital. ¿Y quién ha llegado para salvarnos a todos? Ikea. La multinacional del mueble, la misma que ha importado el minimalismo nórdico a los apartamentos de Benidorm, también quiere transformar nuestros frigoríficos. Cada vez tiene una oferta de alimentación más amplia. Que si una cafetería con bufé donde los fines de semana se produce una estampida de familias; que si café negro -con sabor a rayos- gratuito para los socios; o esos tentadores perritos calientes tras la línea de cajas, cuando ya no te importa la digestión ni la vida.

“Contamos con alimentos de calidad que ya son referentes en el mercado. Acercamos la gastronomía sueca a España a través de nuestro restaurante y tienda”, aseguran desde la compañía. La configuración de la oferta es una mezcla entre productos que se venden en todos los países y otros de carácter local, diseñados por el equipo de Ikea Food español.

Nuestro destino de hoy es la tienda de alimentación de la entrada. “Hay cosas muy a tener en cuenta, como las galletas de jengibre o los arenques marinados”, afirma Erika, “aunque yo siempre termino en las Godis”, y se refiere al autoservicio de golosinas (no en vano, Suecia lidera el consumo mundial de chucherías con 48.000 toneladas al año). Otros compañeros de El Comidista hablaban maravillas de las salsas de bote y en alguna lista de este medio se habían colado especialidades de la marca blanca. Así que, atendiendo a todas estas recomendaciones, y aprovechando que tenía que renovar el cabecero de la cama -necesidades que crea la industria del mueble-, me decidí a poner a prueba la realidad durante una visita a Ikea Alfafar Valencia.

Arenque marinado SILL MATJES

Avinagrados pero muy ricos
Avinagrados pero muy ricosMARCOS ROBLES

“¿Por qué no pruebas los arenques?”, me dijo Mònica Escudero, editora y coordinadora de este medio. Y así es como terminé frente a un atestado lineal, intentando dirimir si los quería marinados con eneldo (SILL DILL), mostaza (SILL SENAP) o cebolla y zanahoria (SILL INLAGD). Me decidí por el MATJES, que viene a ser un arenque inmaduro curado en salmuera. Aunque en España asociemos este alimento con el encurtido de sardina, nuestros vecinos del Norte de Europa disfrutan de múltiples variedades de pescado del Mar Báltico. Ejemplares pequeños, que se salan para extraer el agua, y a los que más tarde se les retira la sal para condimentar al gusto. “Los arenques, siempre se han preparado en mi casa, mi abuela los hacía ella misma. Eso, y los pepinillos en salmuera”, cuenta Erika. Pues eso. Precio: 3 € los 250 g.

¿Merece la pena? Sí, 100%. Aunque no está hecho para todos los paladares, porque te provoca un estremecimiento nada más echarlo en la boca.

¿Cómo tomarlo? Solo, a modo de tentempié sobre una rodaja de pan de centeno. Para los suecos también es un primer plato habitual, con nata agria, cebollino y patata cocida.

Galletas de jengibre ecológico KAFFEREP

Galletas y mermelada
Galletas y mermeladaMARCOS ROBLES

El mundo de las galletas en Ikea… no te lo acabas. Hay una amplia gama de KAFFEREP, que incluye las variedades de avena -esas que fueron clonadas por Mercadona-, las que están rellenas de frambuesa, las de chocolate, las de almendra o las de jengibre. Bajo la misma marca también se comercializan las pastas de coco y otros dulces típicos de los países escandinavos. Escogí las galletas de jengibre ecológico por ser “un clásico sueco de la Navidad”, según Salva, y porque el envase asegura que los alimentos biológicos son “una apuesta por prácticas sostenibles que son mejores para las personas y el planeta”. Precio: 2 euros 170 g. 

¿Merece la pena? A ver, yo que sé, son galletas de jengibre. Las tienes en otras partes, y sin exponerte al riesgo de acabar llevándote una mesa Lack. “Lo que sí encontré una vez, y me pareció curioso, es la pasta para preparar tú mismo las mismas galletas”, dice Lust.

¿Cómo tomarlo? Con el café, con el té, incluso con el chocolate caliente. Son las típicas pastas para mojar, aunque el picor del jengibre termina cansando al cabo de un rato.

Salsa de rábano picante SÅS PEPPARROT

La joya de la corona. Marta Miranda y Mikel López Iturriaga ya la pusieron por las nubes. Me uno a la proclama. La PEPPARROT se elabora con rábano picante, zanahoria y mostaza. Se parece al Wasabi (también procedente de un rábano), pero con un sabor más suave y una textura cremosa. “Los suecos son muy salseros, en ensaladas, pero también en la carne y pescado. Supongo que como pescan en aguas menos salinas, los pescados resultan insípidos al natural”, reflexiona Gimeno. También es muy típica la salsa SÅS SENAP & DILL, una mezcla dulce de mostaza y eneldo, que constituye el tercer producto más vendido de la tienda, por detrás del salmón y las albóndigas. Di adiós a la mayonesa. Precio: 2 euros 190 g.

¿Merece la pena? Muy recomendable, sobre todo porque resulta difícil de encontrar fuera de Ikea. Te tiene que gustar el picante, eso sí. Si no te gusta, hazte mayor.

¿Cómo tomarlo? Ideal para salirse de la rutina y aderezar ensaladas o sándwiches. Por supuesto, también sirve para acompañar carnes y pescados. La SENAP & DILL es perfecta para el salmón (especialmente si está ahumado), el cangrejo o las gambas.

Perlas de alga rojas SJÖRAPPORT

Huevas parecen, alga es
Huevas parecen, alga esMARCOS ROBLES

De las múltiples cosas con las que flipo de Ikea, además del atajo entre la zona de iluminación y de cortinas, que es como una agujero negro interestelar, está el discurso medioambiental. La cadena viene defendiendo la eficiencia energética y la alimentación sostenible. Pero es muy loco poner estas etiquetas: “Como no contiene ingredientes de origen animal, es ideal para vegetarianos y veganos. Si comes más verdura reducirás la huella de carbono”. ¿La huella de carbono? Quiero decir, el tarro viene de Dinamarca. Dicho esto, hablemos de las perlas rojas en cuestión, un sustitutivo vegetal del caviar, hecho a base de algas Kelp, que se recogen del fondo del mar. Cuentan con una versión negra. Precio: 2 euros los 85 g.

¿Merece la pena? Curioso. No irías a propósito a por el bote de algas, pero una vez allí, resulta una opción interesante para dar un toque salado a los platos.

¿Cómo tomarlo? Sírvelas frías, sobre canapés o huevos. También como decoración en ensaladas o sándwiches, incluso mezcladas con salsas frías y calientes.

Pan blanco BRÖD TUNNBRÖD

El pan polivalente
El pan polivalenteMARCOS ROBLES

Un aspecto destacado de la gastronomía sueca es la panadería, donde predominan las harinas de centeno sobre las de trigo, y donde los panes adoptan formas insólitas para nosotros. El TUNNBRÖD es una variedad popular del Norte del país, a base de candeal, centeno y cebada, cuya masa fina y cuadrada permite preparar enrollados y tentempiés. La flexibilidad es su principal diferencia con respecto al MJUKKAKA, que se emplea para los sándwiches. Ambas variedades se venden congeladas en Ikea, pero basta con dejar que la bolsa repose a temperatura ambiente para poder hacer uso en apenas unas horas. Precio: 1’50 euros los 225g.

¿Merece la pena? Sí, es muy socorrido. Lo puedes enrollar como alternativa al bocadillo, lo puedes cortar para hacer canapés. Y está bueno tanto blando como crujiente.

¿Cómo tomarlo? Los rollos suecos suelen rellenarse con salmón y arenques, incluso con huevo y carne. Una receta clásica es la de salmón ahumado, salsa tártara y pepinillos en vinagre. Pero tiene tantas posibilidades como alcance tu imaginación.

Lomo de salmón ahumado en caliente SJÖRAPPORT

Salmón y salsa picante
Salmón y salsa picanteMARCOS ROBLES

El salmón ahumado, con certificado ASC, y en distintos formatos (100gr, 200gr o 500gr), es el producto más vendido de la tienda de Ikea. No hay otro pescado más característico de Suecia, donde se superan las 6.000 toneladas anuales de producción, aunque lo sigamos asociando a Noruega. En la tienda se ofrece natural o ahumado; ya sea en frío o en caliente. Incluso hay un tubo con pasta de salmón y caviar que a los niños les pierde.

Se cuidan de advertir de que cumple los estándares de acuicultura responsable. “Todo nuestro pescado tiene certificación ASC que acredita que ha sido criado de manera responsable. Todo nuestro café, té y chocolate tiene certificación UTZ, que garantiza que se siguen unos estándares de agricultura sostenible. Además, contamos con productos ecológicos como las mermeladas, pepinillos, pasta, queso azul…”, aseguran desde la empresa. Precio: 40 euros/kilo

¿Merece la pena? No es barato, pero gozan de mucha variedad. Los lomos vienen limpios y el envasado individual es cómodo, ya que te permite descongelar la cantidad justa. Mientras que el salmón ahumado en frío es mejor para lonchear, cuando se realiza en caliente la carne se queda más cocinada y conviene servirlo en porciones pequeñas.

¿Cómo tomarlo? Existen múltiples posibilidades. En frío, con patatas cocidas, salsa de mostaza y eneldo, y limón. En rollitos, con champiñones encurtidos, brotes y finas hierbas. O templado, sobre una tostada con pimienta negra y una rodaja de limón. Incluso está delicioso en una ensalada con coliflor, huevo, guindilla, mezclum y arenques.

Sidra 4’5% CIDER PÄRON

Sidra de pera
Sidra de peraMARCOS ROBLES

Me recuerdo frente a la nevera de bebidas de la tienda de Ikea, paseando la mirada por el aguardiente especiado, el sirope de arándonos rojos o la sopa de escaramujo. Vale que había ido a jugar, pero era mi deber sobrevivir para poder escribir este artículo. Así que me decanté por la sidra de pera, la de 4’5% (la hay también de 0,1%), que emula a una de las marcas más famosas entre los suecos, la Kopparberg. “En Suecia existe un monopolio del alcohol”, me cuenta Erika. Los establecimientos de Systembolaget son los únicos que pueden vender bebidas alcohólicas con un porcentaje superior al 3,5%. “Por eso verás la sidra en los supermercados, pero difícilmente encontrarás vino”, lamenta la damnificada. Precio: 2 euros 500 ml.

¿Merece la pena? La sidra está buena. Quizá algo dulce, rollo caramelo, pero se sale de lo habitual. Lo del sauco, yo no lo veo, pero dicen que es ‘eco’. Algunos suecos hacen su propio Saft a partir de frutas frescas, como frambuesa (Hallon) o arándano (Lingon).

¿Cómo tomarlo? Es un buen acompañamiento para la comida, porque resulta suave y no confronta con otros sabores. Pero a ver, es sidra. Tómatela cuando te dé la gana.

Mermelada de naranja y flor de sauco APELSIN & FLÄDER

Mismo mensaje inquietante: “La producción de alimentos biológicos apuesta por prácticas sostenibles que son mejores para las personas y el planeta”. Yo estaba temblando, pero oye, resultó ser un acierto. Las mermeladas suecas no se disuelven con demasiado azúcar, lo que permite que el sabor de los ingredientes sea más resplandeciente. Además de la naranja, había mermeladas de arándonos (rojos y azules) y de mora boreal. Esta última se elabora con una fruta que solo crece en zonas de mucho frío y humedad, por lo que es muy apreciada en otros países y difícil de conseguir en España. Precio: 3’50 euros 425 g.

¿Merece la pena? Sí, porque la de naranja está conseguida, y el resto de sabores son poco habituales. No los encontrarás en el lineal de cualquier supermercado.

¿Cómo tomarlo? Como lo de la tostada del desayuno es una obviedad, puedes usarla para preparar una tarta Linzer con la superficie enrejada. También da un toque diferente en una tarta de queso y yo estuve un buen rato guarreando con las galletas de jengibre.

Tarta de ruibarbo PAJ RABARBER

Los españoles, amantes como somos de la pausa/tertulia del café, para levantar imperios y derribar otros tantos, estamos tardando en importar la fika. Esta noble costumbre escandinava, que suele tener lugar a media tarde, antes de la cena de las 18 horas, donde la tarta se moja en el café. “Los suecos amamos los dulces. Mi abuela tenía siete tipos de galletas en su casa; mi madre preparaba unos rollos de canela de muerte”, fantasea Erika. En Ikea los hay, los KANELBULLAR, en versión congelada. De hecho , hasta celebran un día de talleres -el 4 de octubre- para fomentar la tradición sueca de prepararlos en familia. Me arrepentí de no haber optado por este superventas, pero tenía curiosidad por probar la tarta de Ruibarbo, elaborada a partir de esta planta dulce y ácida. Precio: 4 euros (4 unidades de 85 g).

¿Merece la pena? Estoy convencida de la madre de Erika hornea maravillas, pero la pastelería congelada de Ikea acaba por deslucir el resultado. Por más que cambié la temperatura del horno, no conseguí que la masa de la tartaleta quedara crujiente. Sirven como recurso para salir del paso cuando los invitados te caen regular.

¿Cómo tomarlo? Calientes (por Dios), y acompañadas de helado de vainilla.

Albóndigas con puré KÖTTBULLAR MED POTATISMOS

Para Almudena son un drama
Para Almudena son un dramaMARCOS ROBLES

Redoble de tambores. Damas y caballeros, con ustedes, las köttbullar. Estrellas de esta pista de circo de Ikea. Tengo amigos que estarían dispuestos a montar un armario Bodil con tal de comerse una ración en la cafetería. En la tienda las venden congeladas, y se pueden complementar con la salsa de nata, la mermelada de arándanos y el puré de patata. “Yo las probé hace unos años, cuando todavía no era vegetariana. No las recuerdo mal, tampoco como las de mi abuela”, admite Lust. Tienen la versión tradicional de carne y otra variante vegetal, además de estar a punto de incorporar albóndigas de salmón y de bacalao. La tienda también acerca al público otras carnes suecas, como el jamón asado de Navidad (JULSKINK) o las salchichas de alce ahumadas (VILT KORV); cómete esa. Precio: 3 euros 380 g.

¿Merece la pena? No me veo capacitada para responder esta pregunta. Bajo mi criterio, no, para nada, huye. Pero hay amigos que se reventarían dos platos muy tranquilos.

¿Cómo tomarlo? Como rezan las instrucciones “¡Sólo tienes que calentar y servir!”. Ya incorporan el puré de ¿patata?, por lo que solo tendrás que añadir un poco de mermelada de arándanos y sentirte como el último vikingo del reino del mueble.

¿Tienes algún favorito de la despensa de Ikea que no haya salido en el listado? Cuéntalo en los comentarios y todos ampliaremos nuestra cultura gastronómica sueca.

Comprar o no comprar, esa es la cuestión

Voy a decirte lo mismo que diría tu madre: hazte cargo de tus decisiones. En Ikea hay productos horripilantes (ahí tienes los sofás), pero otros te pueden hacer un buen papel. Es una forma de acercarte a una dieta tan lejana como la escandinava, pese a que luego de revuelques en las virtudes de la mediterránea. Nada como nuestras frutas y verduras, que los suecos se ven obligados a importar en la mayoría de casos.

“Intentamos mejorar nuestros productos para ofrecer algo diferente a los consumidores, traer la tradición sueca, asegurar certificaciones que apoyen la calidad y complementarlo con la historia que tienen detrás”, asegura la multinacional. Además, la rueda nunca para y siempre hay algo por descubrir. Aunque durante todo el año vamos introduciendo novedades, solemos hacer cuatro fases de lanzamiento Un ejemplo serían las gamas de Navidad o Semana Santa, que solo vendemos durante esas fechas”, explican. Las últimas incorporaciones vendrán con chocolates de sabores, pasta orgánica en forma de alce para los más pequeños (o no tan pequeños) y golosinas sin gelatina aptas para veganos.

Como dice Erika, “al final, a Ikea vamos todos. Antes era algo muy particular, y ahora hay más tiendas de este tipo, pero que levante la mano quien no haya entrado”. Y ya que estás, pues oye, haz la compra, que luego te ahorras las colas del súper. Ahora bien, no esperes que los suecos hablen tu idioma; por una vez, te va a tocar rendirte al suyo.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_