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Alubiones con puerro, burrata y limón

Parece que las legumbres solo se consumen en guisos, pero hay vida más allá del cuchareo. Una forma diferente de prepararlas es en su formato seco, pasadas por la sartén con mantequilla o aceite, como en esta receta

Menudo alubión
Menudo alubiónClaudia Polo

Hace poco me dio por buscar la cantidad de legumbre que consumimos en este país por persona y año. La FEN, Fundación Española de la Nutrición, afirma que lo ideal es que comamos de tres a cuatro raciones por semana, pero parece que no se nos da muy bien lo de seguir las recomendaciones nutricionales. El consumo medio que hacemos los españoles de legumbre es de setenta gramos semanales, y teniendo en cuenta que una ración normal sería de unos doscientos, alguno por ahí ni siquiera las huele.

Comer más leguminosas nos ayuda a reducir otro alimento del que abusamos más de lo que deberíamos: la carne. Al ser un alimento muy completo que aporta mucha proteína de origen vegetal, hacen que sustituyamos algunas de las raciones de carne de la semana. Es cierto que el formato clásico en el que se sirven las legumbres, el guiso, no siempre apetece (y más ahora que el calorcito empieza a apretar). Pero hay un mundo más allá de los potajes, ollas y platos de cuchara en el que podemos encontrar las maneras de comer más legumbre de forma variada.

Además de en ensaladas frescas y cremas untables, una de mis formas favoritas de preparar la legumbre es en su formato seco, pasadas por la sartén para tostadas en mantequilla o aceite, acompañadas de verdura, salsa de tomate o pesto. A cualquier sofrito de verduras, si le añades alubias o garbanzos previamente cocidos, unas aromáticas y algún otro ingrediente como queso, frutos secos, aceites aromatizados o algún escabeche, tienes un plato principal de diez. La ausencia de caldo, la acidez y el contraste de textura hace que sean platos con una sensación mucho más ligera, perfecta para los meses de verano.

Cualquier legumbre nos sirve, pero estas alubias grandes -judiones o alubiones- me gustan especialmente, porque son mantecosas y junto a los puerros hechos a fuego medio, la mezcla es cremosa y caramelizada. Para aligerar un poco el plato sobra con un toque de zumo y ralladura de limón y unas hierbas aromáticas, a elegir según lo que se tenga en casa, que en mi caso fue albahaca y romero.

Tiempo: 25 minutos

Dificultad: La mínima, la misma que tiene hacer un sofrito

Ingredientes

Para 2 personas

  • 2 puerros
  • 400 g de alubiones cocidos
  • ½ limón
  • 20 g de mantequilla
  • 1 burrata
  • 10 hojas de albahaca fresca
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Aceite de oliva virgen extra

Instrucciones

1.

Cortar los puerros en rodajas de dos centímetros de grosor. Poner cuatro cucharas de aceite en una sartén grande  y colocar todas las rodajas de puerro sin amontonarlas, salpimentar. Añadir ¼ de vaso de agua y cocinar a fuego medio durante siete minutos. 

2.

Dar la vuelta con cuidado a las rodajas de puerro, añadir un chorrito de aceite y dejar que se doren. 

3.

En la misma sartén añadir la mantequilla e incorporar las alubias. Cocinar unos cinco minutos a fuego medio-alto . Añadir el zumo del medio limón y un poco de sal. Cocinar durante unos cinco minutos más. 

4.

Servir en un plato hondo y terminar colocando la burrata en trozos, la albahaca fresca picada, pimienta negra recién molida y la ralladura de limón. 

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