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Albóndigas de lentejas y bulgur (köftas vegetarianas)

Hay vida albondiguera más allá de la carne: estas albóndigas veganas de origen turco son una buena muestra de ello. Además son ligeras, perfectas para el verano y están buenísimas.

Frescas y a tope de sabor
Frescas y a tope de saborCARLOS ORQUÍN
Carlos Orquín

Si cuando llega el calor los chicos se enamoran (perdón), también resulta que se vuelven más herbívoros. Es evidente que con el aumento de los grados bajan las ganas de carnaza y aquí seguimos la máxima socialcomunista de intentar reducir el consumo de animales. Esta receta de albóndigas de lentejas -mercimek köftesi en turco- es vegana y es un ejemplo práctico de sustitución de proteínas que no busca imitar al plato original, sino convertirlo en otra cosa diferente (y de paso muy apañada para las épocas de calores). También va genial para compartir un entrante e invitar, el concepto culinario de moda. Si te mueres si tu lengua no saborea trocitos de carne, no te preocupes, también puedes encontrar aquí y aquí sendas versiones de köfte (albóndiga turca) más tradicional. Pero, lo dicho, son platos un poco diferentes.

Al contrario que en su versión carnívora, estas albóndigas no tienen que pasar por horno o sartén, más allá de un ligero sofrito. Se comen frías y, aunque tienen que tener un cierto grado de picante -el que tú quieras-, se aderezan con mucho limón, por lo que la sensación de frescor entra en juego. Las puedes acompañar con alguna salsa; por ejemplo de yogur, perejil y ajo o yogur, tahini y limón, pero no es estrictamente necesario.

Además, me parecen interesantes por dos motivos: Uno, porque permiten aprovechar ingredientes que, a priori, no tienen un gran sabor ni son algo especialísimo como las lentejas rojas y el bulgur (hay que usar uno más fino). Y dos, porque según la única fuente turca consultada y a la que he robado esta receta, son un plato muy habitual en reuniones de mujeres; y de eso también estamos muy a favor.

¿No tienes báscula en tu cocina ni te planteas tenerla? Coge un vaso de 250 ml de agua y mide un vaso de lentejas, uno y medio de bulgur -tiene que ser fino, o no conseguirás la consistencia deseada- y tres de agua. Ya puedes seguir viviendo de manera completamente ajena a la existencia de las unidades de masa.

Dificultad: La de no pasarse con las proporciones y cogerle el punto a la consistencia.

Ingredientes

Para 4-6 personas

  • 250 g de lentejas rojas
  • 375 g de bulgur fino
  • 750 ml de agua
  • 1 cebolla grande
  • 2 cucharadas generosas de tomate concentrado, o 1 de tomate y 1 de pasta de pimiento rojo concentrado
  • Guindilla picada al gusto (yo usé 2 cucharaditas)
  • 2 cucharaditas de comino
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • El zumo de 1,5 limones
  • Un buen manojo de perejil picado
  • 3-4 cebollinos picados
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • 2 cogollos de lechuga

Instrucciones

1.
Hervir en una olla las lentejas durante unos 15 minutos, hasta que queden blandas. Retirar del fuego, añadir el bulgur y tapar para conservar el vapor reposando media hora.
2.
Picar la cebolla y sofreír hasta que quede transparente en una cucharada de aceite. Añadir el tomate (y el pimiento) concentrado, el comino, la guindilla picada y dejar un par de minutos al fuego medio. Humedecer con un poco de agua si hace falta.
3.
Mezclar todo en un bol cuando esté frío. Añadir dos cucharadas de aceite, el zumo de un limón, el perejil picado, la sal y el cebollino.
4.
Amasar todo para que quede uniforme en color y textura. Corregir de sal y picante.
5.
Formar las albóndigas con la mano, apretando para que queden consistentes. Desbrozar los cogollos de lechuga en hojas y presentar -da para dos platos si son de tamaño estándar como el de la foto o en bandeja- encima de cada hoja con más limón y servir frío.

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com.

Sobre la firma

Carlos Orquín
Periodista especializado en política, trabajó en la redacción de Barcelona de EL PAÍS y, después, en diferentes proyectos de televisión -en La Sexta, TV3, La2-, y radio en SER Catalunya. Actualmente, concentrado en la comunicación institucional y política, lo que compagina con comer a tiempo completo y escribir a tiempo parcial en El Comidista.

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