Tarta de frutos rojos sin horno
Gracias a la magia de la nata y la gelatina podemos montar esta tarta sin pasar por el horno. La receta se puede adaptar a frutas tropicales o de verano, como el mango o el melocotón.
Ahora que las navidades están muy cerca y todos sentimos dentro de nuestro ser una sensación hogareña, cálida y algo nostálgica; recetas como estas vienen que ni pintadas. ¿Cuántos de nosotros habremos crecido con la imagen hollywoodiense de una tarta preciosa que atemperándose en el alféizar de alguna ventana? Desde Garfield al vecino de al lado, la tarta siempre acababa en casa ajena. Cosa que no es de extrañar porque la verdad, aunque en España no tengamos mucha tendencia a hacer este tipo de tartas, están deliciosas.
No sólo están buenas y ya, si no que además, tienen su puntito saludable por eso de estar adentrándonos en el mundo de los postres con fruta. Esta tarta lo mismo vale para celebrar las navidades como para prepararla en cualquier ocasión en la que queramos triunfar. En verano también es perfecta, ya que ni siquiera tenemos que encender el horno para hacerla: nos ayudará la gelatina a que gane consistencia una vez la mezcla esté bien hecha y la cremosidad se la dará la nata montada mezclada con la leche condensada, ese dulzor que contrarresta el ácido de las frutas y frutos rojos.
Aunque os recomiendo que utilicéis frutos rojos congelados porque son muy fáciles de encontrar, y económicos, también podéis optar perfectamente por seleccionar las frutas naturales y hacer un mix; o usar solo frambuesas, arándanos o fresas: esta tarta funciona igual con los ingredientes que elijáis. También con melocotones maduros en verano, con un puré de mango o con una crema de plátano. Dejará boquiabierto a todos los invitados -si es que los hay-, así que ten mucho cuidado si la dejas reposando en la ventana, no te la vaya a quitar algún vecino o gato listillo porque esa textura que tiene es mágica.
Dificultad: La de limpiarse los berretes después de comerla.
Ingredientes
Para 6 personas
- 300 g de frutos rojos congelados
- 4 cucharadas de leche condensada
- 1 hoja de gelatina
- 350 g de nata para montar
- 30 g de azúcar glass
- 10 galletas digestive
- 70 g de mantequilla
- Unos arándanos frescos
- Unas hojas de hierbabuena
Equipamiento
- 1 molde de 18 cm
Instrucciones
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