Mermelada de fresa y lima
Con menos azúcar del que lleva una mermelada industrial y el zumo y la ralladura de la lima, logramos que el sabor de la fresa se luzca por completo
Ya sabemos que las mermeladas industriales suspenden con creces la asignatura de Nutrición porque no son un alimento saludable y su consumo no equivale al de comer la fruta fresca y entera. Podríamos decir también que la mayoría de ellas –hay excepciones– también saca una nota bastante baja en sabor: el exceso de azúcar suele opacar casi por completo las características reales de la fruta. Sin embargo, no todas las mermeladas son iguales, y aunque nunca será un alimento saludable, sí podemos regular su cantidad a nuestro gusto si la preparamos en casa para que sea más sabrosa.
La receta que viene a continuación difiere de las más tradicionales, en las que la cantidad de fruta y azúcar suelen ser casi iguales. Aquí añadimos menos de la mitad del peso de las fresas en azúcar blanco, y además añadimos zumo de lima –que aporta acidez y un poco de amargor– y una ralladura con carácter especiado, que va a la perfección con el dulzor de la fresa. Puedes prepararla con zumo y ralladura de limón, combinando limón y naranja, lima y limón, lima y naranja o usar directamente las tres. También puedes añadir otros ingredientes aromáticos como granos de pimienta negra, rosa o de Jamaica o cardamomo, retirándolos después de la cocción.
Cuando prepares esta mermelada, verás que tiene una consistencia más líquida de las que acostumbramos a consumir. Es normal y tiene una explicación: la consistencia de la mermelada depende de las pectinas –cadenas largas y complejas de azúcares– y estas a su vez de la cantidad de azúcar, de la temperatura y tiempo de cocción y de la acidez (el pH). Explicándolo de manera muy simple: al llevar la mermelada a ebullición, las fresas desprenderán sus pectinas –tienen poca cantidad per se–, y gracias al azúcar y a la acidez estas se unirán creando una “red” gelatinosa que atrapará el agua de la fruta al enfriarse. Si la cantidad de azúcar que empleamos es menor, esa red, en consecuencia, también lo será.
Una última aclaración: si vas a preparar esta receta en grandes cantidades –algo inteligente, ya que te pones a ello– procura esterilizar los botes de cristal que utilices. ¿Cómo? Lo tienes bien explicado aquí.
Tiempo: 140 minutos
Dificultad: Quitarle todos los pedúnculos a las fresas
Ingredientes
Para 4 o 5 botes de 400 g
- 3 kg de fresas
- 1,2 kg de azúcar blanco
- El zumo de 2 limas
- La ralladura de 1 lima
Instrucciones
Lavar muy bien las fresas. Retirar sus pedúnculos y cortarlas en cuartos (no importa si no quedan trozos del mismo tamaño, le dará una textura más interesante a la mermelada).
Colocarlas en una olla –idealmente de fondo grueso– junto al azúcar y el zumo y la ralladura de las limas y mezclar. Dejar reposar 30 minutos.
Poner a fuego medio hasta que alcance el punto de ebullición.
Bajar el fuego y mezclar de vez en cuando para evitar que la mermelada se pegue al fondo. Cocinar durante una hora y media. Para comprobar el punto, poner un plato pequeño en el congelador mientras se cocina la mermelada. Una vez transcurrido el tiempo de cocción, verter una cucharadita de mermelada en el plato frío y pasar el dedo por el medio. Si queda marcada la huella, estará lista. Si la mermelada vuelve a tomar su forma, le falta tiempo de cocción.
Repartir la mermelada en los botes esterilizados, cerrar bien y dejar enfriar boca abajo. Si se van a conservar fuera de la nevera, volver a esterilizar.
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