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Se buscan expertos para lidiar con los derechos digitales

Los juristas están muy expuestos a la inteligencia artificial y, al mismo tiempo, son clave en la protección de las personas y organismos ante posibles abusos

EXTRA ELIGE TU CARRERA 18/06/23
alengo (GETTY IMAGES)

En un contexto marcado por la influencia casi total del mundo digital en todas las esferas de la vida, la formación relacionada con lo digital y lo tecnológico es un valor añadido preciado en casi cualquier ámbito profesional. “El Derecho no es una excepción. Ahora bien, los aspectos digitales en Derecho no serán simplemente un campo de estudio, sino que el Derecho será digital”, sostiene Marta García Pérez, coordinadora del Máster Universitario en Derecho Digital y de la Inteligencia Artificial de la Universidad de A Coruña, quien sustenta su afirmación en las conclusiones de un estudio reciente realizado por investigadores de las universidades de Princeton, Pensilvania y Nueva York, que identifican al sector de los servicios jurídicos como el más expuesto a la inteligencia artificial (IA).

Coincide en esta percepción Covadonga Ferrer Martín de Vidales, coordinadora del Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Universidad Complutense de Madrid, para quien las nuevas tecnologías han revolucionado la forma en que interactuamos y han abierto paso a nuevas relaciones jurídicas. “Se trata de uno de los campos donde más novedades han surgido en los últimos años, y donde las empresas y despachos profesionales tienen más necesidad de contratar abogados especializados”, sostiene.

En poco tiempo este tipo de formación será requisito ‘sine qua non’ para acceder a muchos puestos de trabajo
Marta García Pérez, coordinadora del Máster Universitario en Derecho Digital y de la Inteligencia Artificial de la Universidad de A Coruña

Esa demanda se ha traducido en el desarrollo de títulos (másteres y posgrados) de especialización en el ámbito del derecho digital, que atraen la atención tanto de recién titulados —que buscan salir al mercado laboral con una especialización bajo el brazo— como de profesionales del derecho ya en activo que buscan mejorar sus expectativas profesionales. “No sé si este tipo de formación garantiza mejores salidas profesionales, pero no me cabe duda alguna de que abre puertas a nuevas salidas profesionales y pone en una mejor posición en el mercado de trabajo”, apunta García Pérez, para quien, si se tiene en cuenta el ritmo vertiginoso con el que se está implantando la inteligencia artificial en todos los ámbitos de la vida, “en muy poco tiempo este tipo de formación será requisito sine qua non para acceder a muchos puestos de trabajo”.

Profesionales para nuevos retos

Como señala Covadonga Ferrer, el grado en Derecho ya aporta a los alumnos algunos conocimientos sobre el uso de recursos tecnológicos esenciales para su futuro ejercicio profesional. Sin embargo, como matiza Marta García Pérez, la clave digital no se integra aún con suficiente intensidad en el grado. “Creo que en los próximos años el derecho digital se incorporará con naturalidad a los programas formativos de las materias, pero en todo caso los grados tienen una duración corta y muy cargada de contenidos, lo que impide completar una formación en derecho digital como la que, sin duda, requieren los importantísimos retos que tenemos por delante”, reflexiona.

Entre esos retos, la coordinadora del Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Universidad Complutense de Madrid cita, por ejemplo, la protección de los derechos fundamentales de las personas y de las democracias. “Nos enfrentamos a la difusión de contenidos perjudiciales para menores y, sobre todo, adolescentes; de información falsa, sobre todo en periodos electorales, que busca influir en el resultado de las elecciones; de publicidad engañosa; fraudes en línea, etcétera. En todos estos múltiples aspectos, los graduados en Derecho con una formación en derecho digital y nuevas tecnologías pueden enfocar esta formación en la protección de los derechos e intereses de las personas”, argumenta.

Marta García Pérez, por su parte, añade que la inteligencia artificial está planteando retos “importantísimos” en muchos ámbitos, desde la perspectiva de la propiedad intelectual hasta los poderes públicos, pasando por el desarrollo de robots, sistemas de conducción autónoma, drones, etcétera. “Desde luego, la IA plantea un reto mayúsculo para todos los juristas, pero con especial llamada a los filósofos del Derecho. Sabemos que llegaremos tarde por mucho empeño que pongamos, porque la IA avanza con un ritmo inalcanzable que ha llegado a preocupar incluso a sus impulsores, pero tenemos la necesidad imperiosa de establecer reglas jurídicas que acoten o delimiten el campo de acción de la IA”, apunta la experta antes de añadir que la inteligencia artificial también puede provocar en los próximos años un salto de productividad en la prestación de servicios jurídicos similar al que en su día provocaron los ordenadores o internet. “Desde luego, en ese escenario, aquellos bufetes que hayan incorporado a profesionales con conocimientos en derecho digital gozarán de una ventaja significativa”, concluye.

Especialistas en ciberdelincuencia

A la par del desarrollo de másteres en Derecho Digital, van surgiendo títulos que aportan una formación más especializada en ámbitos concretos. Un ejemplo es el máster universitario online de Ciberdelincuencia de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que aunque más dirigido a graduados en Criminología, también atrae la atención de no pocos titulados en Derecho. “La ciberdelincuencia se aborda en muy poca medida en el grado de Derecho. En Derecho Penal no hay tiempo para abordar el estudio de los tipos delictivos relacionados con estas conductas, o se hace de modo muy marginal. Y lo mismo sucede en Derecho Procesal respecto a todo el desarrollo legal y jurisprudencial que ha habido recientemente sobre la persecución de los ciberdelitos o la prueba”, afirma Josep Maria Tamarit Sumalla, director del programa del máster, para quien el desarrollo y auge de delitos digitales (ransomware, fraude electrónico, ciberacoso, delitos de odio y difamación en redes sociales, infracciones contra la propiedad intelectual, etcétera) requiere de juristas con esta especialización: “Tenemos el reto de que, al menos, la prevención y la respuesta al ciberdelito no vayan muy por detrás de los ciberdelincuentes”, subraya.

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