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Las plantas variegadas, rarezas que iluminan rincones oscuros

Con un ‘hashtag’ propio en Instagram y ejemplares de interior que alcanzan los miles de euros, sus tallos tienen tonos blancos, crema, amarillentos o verdes. Una de las mejores apuestas para aportar luz al jardín y a las casas

Plantas variegadas
Un evónimo variegado al lado de otro sin variegar en el Jardín Botánico de Madrid.Eduardo Barba
Eduardo Barba

En el jardín y en la terraza, los colores que dominan en nuestras plantas son los verdes de muy distintos tonos. En muchas ocasiones se buscan los contrastes y se añaden especies con matices que rompan esa dominancia de colorido. Aquí es donde entra el gran grupo de las plantas variegadas, que son aquellas que muestran en sus hojas o tallos tonos blancos, cremas, amarillentos o verdes más claros que el resto del ejemplar. Pueden ser desde árboles hasta arbustos, herbáceas perennes o incluso plantas anuales que viven un solo ciclo vegetativo, desde el otoño o la primavera hasta el verano, por ejemplo. Aunque no tan utilizado, también se puede escuchar el término plantas abigarradas para referirse a ellas.

No suele tratarse de especies diferentes a las de sus progenitoras, sino generalmente pequeñas mutaciones que provocan esa falta de clorofila, que es el pigmento responsable de la fotosíntesis y el que da el color verde a las plantas. Otras veces, esta falta de pigmentación puede tener otro tipo de origen. Uno de los posibles es el que se conoce como quimera: individuos que genéticamente tienen dos tipos de tejidos, lo que hace que sean propensos a crear partes sin clorofila, como si fueran dos plantas reunidas en una sola.

Yone Martiarena, una apasionada coleccionista de plantas variegadas de Hernani (Gipuzkoa), cuenta su atracción hacia este grupo botánico: “Una planta verde tiene su flor y su colorido en cierto momento, pero una planta variegada se disfruta mucho toda la temporada y da mucha luz en el jardín y en la casa”.

En esto mismo coincide Fran Villegas, jardinero en la Alhambra de Granada: “Hace unos 12 años, plantamos unos cuantos bojes variegados (Buxus sempervirens ‘Argenteovariegata’) en el bosque de la Alhambra, al pie de las murallas. Se pusieron para contrastar con los verdes mayoritarios de tantos arbustos, y el efecto que generan estos bojes entre los acantos (Acanthus mollis) es fabuloso”.

Un boj variegado en la Alhambra de Granada.
Un boj variegado en la Alhambra de Granada.- Foto de Fran Villegas

Esa virtud de iluminar rincones oscuros la tienen arbustos variegados tan populares como la aucuba (Aucuba japonica ‘Crotonifolia’), perfecta para crecer en situaciones de sombra, con lo que aumenta su interés. Otros arbustos clásicos son todos los evónimos (Euonymus spp.), un gran género, tanto por el número de sus especies y de variedades como por su tradición jardinera. Con los evónimos hay que tener cuidado con una de las peculiaridades de muchas plantas variegadas: su inestabilidad a la hora de mostrar su peculiar genética. Cuando menos se espera, estas variedades de hojas amarillentas o blanquecinas activan una rama completamente verde, estropeando el efecto general de su variegado. Es entonces cuando se han de suprimir esas partes verdes, ya que estas tienen más clorofila y, por lo tanto, consiguen mucha más energía para la planta que las partes variegadas. Si no se cortaran, la planta sufriría una reversión de formas: poco a poco, las partes verdes cobran mayor importancia y ocupan un mayor espacio, en detrimento de las de color variegado.

Por esta razón, una planta variegada siempre crecerá más lentamente que una de la misma especie sin variegar, que no sufre esa pérdida de clorofila. En esto insiste Martiarena: “Se trata muchas veces de plantas de menor tamaño y más delicadas que si fueran verdes por completo”. Por lo que hay que prestarles un especial cariño en su cultivo.

Un geranio variegado de Yone Martiarena.
Un geranio variegado de Yone Martiarena.Yone Martiarena

Asier Bilbao, otro coleccionista de plantas variegadas en Gipuzkoa, pone el dedo en la llaga con este tema, ya que a muchas personas no suelen gustarles: “Al principio me parecían enfermas, pero ahora, en cambio, veo la belleza de sus tonos diferentes”. Y ese primer pensamiento no está del todo desencaminado, porque también hay virus que provocan decoloraciones en las hojas de especies como los durillos (Viburnum tinus), algo muy habitual que se ve en los setos que se crean con esta especie.

“Mis primeras plantas variegadas fueron algunas tan comunes como un poto (Epipremnum aureum), la fitonia (Fittonia albivenis) y las típicas cintas (Chlorophytum comosum ‘Vittatum’). Ahora tengo otras, como una preciosa Monstera variegada o un Ficus elastica ‘Tineke’ más claro aún que los habituales y que encontré en Francia”, detalla Bilbao. Y es que el mundo de los variegados tiene un gran interés entre muchos cultivadores y cuenta con un grandísimo número de seguidores en redes sociales, como demuestra el hashtag #viernesvariegado en Instagram, por ejemplo.

Un espectacular Agave americana 'Marginata' mostrando el color variegado en sus hojas.
Un espectacular Agave americana 'Marginata' mostrando el color variegado en sus hojas.Eduardo Barba

“Las variegadas nos enamoran con su rara belleza”, relata Mishara García, experta cultivadora y conocedora de este tipo de plantas, “solo hay que ver la Monstera ‘Thai Constellation’. Aunque mi favorita es el Philodendron ‘Pink Princess’, que tiene unas variegaciones que van del rosa pálido al fucsia, lo que mezclado con su verde intenso genera un contraste único”. Esta fiebre hace que haya plantas de interior variegadas que alcanzan precios desorbitados de incluso miles de euros, debido a la escasez de ejemplares de ciertas variedades.

Pero podemos iniciar una interesante colección sin desembolsar una gran cantidad de dinero con algunas de las variedades que Yone Martiarena recomienda: “La planta del incienso (Plectranthus coleoides ‘Marginatus’), los agapantos variegados (Agapanthus var.) o las aspidistras como la ‘Milky Way’, tan bella”. La albicación, otro término que recogió el botánico catalán Pius Font i Quer para este fenómeno de las plantas variegadas, tiene una legión de pacíficos seguidores.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.

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