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Plantas gratis o cómo aprender a cultivar las semillas de las frutas y verduras que tienes en la cocina

Los restos de vegetales de los que nos solemos desprender pueden tener una segunda vida. Aprender a semillar y esquejar un pimiento, un melón o un tomate es posible, solo hace falta paciencia

Una maceta con pequeños esquejes de 'peperomia caperata' que se convertirán en nuevas plantas.
Una maceta con pequeños esquejes de 'peperomia caperata' que se convertirán en nuevas plantas.LUCY LAMBRIEX ziebinnenzijde.nl (Getty Images)
alba correa
Cádiz -

En Planthae, el gabinete vegetal de Elena Páez, en el centro de Madrid, se imparte un taller de curiosa denominación: De las semillas de tu basura obtendrás tus nuevas plantas. Para aquellos a los que les gusten las plantas, sin duda un recurso decorativo en auge, puede resultar interesante descubrir que hay una manera muy fácil no solo de evitar los canales de comercialización poco sostenibles, sino también de ahorrar dinero sin renunciar a ellas. A cambio solo tal vez de un poco de paciencia es posible obtener plantas gratis. Es cuestión de aprender a esquejar, propagar o semillar. “El consumo loco de plantas se quiere considerar ecológico, pero es un consumo igual o peor que cualquier otro”, explica Páez, recordando uno de los alicientes detrás de esta iniciativa.

El enfoque es sencillo: en lugar de comprar un limonero en el supermercado, por ejemplo, se trata de conseguir que de la pepita de un limón, con paciencia, brote una planta, que pasará a ser un árbol y dará frutas en unos años. Páez recuerda que solo hay que pensar en el ciclo de las plantas silvestres, en lo que ocurre cuando un animal se alimenta de un fruto en descomposición y lleva hasta otro lugar su semilla. Sin salir de la cocina se puede imitar ese ciclo natural, tomando las semillas antes de consumir la planta.

Semillar un melón

Los meses de verano son un buen momento para extraer semillas de ese melón dulce y fresco que corona las sobremesas. Elena Páez apunta que cuánto más ecológica sea la fruta, y, por tanto, menos procesos de modificación genética haya sufrido, más posibilidades de éxito tendrá esa semilla. “Hay que poner en agua las semillas, y las que floten, se tiran”, explica. “El resto las metemos en la nevera, envueltas en papel de aluminio, durante tres semanas. El objetivo de esto es proporcionar oscuridad y frío, para que experimenten un falso invierno”. Las semillas de melón se siembran entre el final de la primavera y el principio del verano, y su planta necesita mucho sol y sustrato para desarrollarse.

Un melón japonés y sus pepitas.
Un melón japonés y sus pepitas. Parinda Yatha (Getty Images/EyeEm)

Obtener semillas de un pimiento

“Algo que mucha gente no sabe es que hay que esperar a que los pimientos maduren para que las semillas sean viables”. Este es el consejo de Ester Casanovas, responsable de Picarona blog y autora del libro Hortelanos de ciudad. “Para que un pimiento de freír esté maduro tiene que cambiar de color, de verde a rojo. Al abrirlo, las semillas, en lugar del color blanco al que estamos acostumbrados, tienen que tener un tono crema tirando a marrón”.

Reproducir en agua una planta de albahaca

Una 'tradescantia zebrina' en un frasco de vidrio transparente para que haga raíces en el agua antes de ser plantados en tierra.
Una 'tradescantia zebrina' en un frasco de vidrio transparente para que haga raíces en el agua antes de ser plantados en tierra.Etienne Jeanneret (Getty Images)

Casanovas confiesa otro secreto, esta vez referido a las plantas de albahaca que cada vez más gente atesora en su cocina: “Para alargar la vida de la planta es oportuno podarla con regularidad”. “No solo quitarle las hojas, sino cortar por la ramita”, apunta. “Cuando la llevas a la cocina puedes meterla en un vaso con agua y aguanta hasta una semana en buen estado, y lo más probable es que eche raíces, con las que podrías obtener una nueva planta”. Cuenta Casanovas que en el momento en el que tenga bastantes raíces se puede trasplantar a una macetita con tierra. Tras ese proceso, hay que mantenerla en el mismo lugar en el que estaba el vaso de agua, regándola a diario, hasta que salgan las primeras hojitas, síntoma de que ya es lo suficientemente fuerte como para sacarla al exterior, dosificando la dosis de sombra hasta colocarla en una ubicación a pleno sol.

Esquejar una tomatera

Es cierto que las semillas del tomate se pueden obtener directamente del propio fruto, “retirando con una cucharilla el gel que las envuelve, pero sin sacar la carne”, tal y como explica Irene Galicia, cofundadora junto a Lucía Frere de la tienda online Cultivando.es. Dos o tres días en un vaso de agua para que fermenten, colar, secar y guardar en un sitio seco, fresco y oscuro, después. Sin embargo, para quienes ya tienen una planta de tomate en casa, puede ser interesante aprender a propagar por esquejes.

Sobre las ramas de las tomateras surgen otras más pequeñas llamadas “chupones” que hay que cortar para que la planta reparta bien sus recursos.
Sobre las ramas de las tomateras surgen otras más pequeñas llamadas “chupones” que hay que cortar para que la planta reparta bien sus recursos. Westend61 (Getty Images)

Es bien sabido por todos los informados dueños de una tomatera que estas necesitan ser podadas. Sobre las ramas surgen otras más pequeñas llamadas “chupones” que tienen muy mala fama, porque obligan a la planta a repartir sus recursos entre partes que no servirán para consumo humano. Lo que Irene Galicia sugiere es una novedosa utilidad para esos despreciados chupones. “Se pueden poner en agua para que salgan raíces, cosa que hacen superrápido”, explica. “Si se te parte una rama, que es muy común, puedes hacer lo mismo y obtener una planta nueva”.

¿Y qué pasa con las plantas decorativas de interior?

“A casi todas las plantas de interior se les puede cortar un esqueje con un corte limpio, por encima de al menos un nudo (aunque mejor si son dos o tres) para que nos salgan más raíces al ponerla en agua, que cambiaremos cada dos o tres días”, explica Galicia. “Dependiendo de la planta, en una o dos semanas tendremos raíces de cinco o diez centímetros, que es una longitud perfecta para plantarlas en la tierra”. La experta recomienda este método para las plantas de tallos blandos, y para aquellas de tallo más leñoso, como el romero, y se inclina por utilizar un enraizante líquido o en polvo. “Algunas muy fáciles de esquejar son las iresines, los cleos…”, pero señala las plantas con flor como perfectas para extraer semillas. “Todas las plantas que tienen flor, tienen semillas. En algunas, como la capuchina, son muy fáciles de identificar, porque son bastante grandes”. Sin duda los más curiosos de las plantas querrán probar suerte.

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