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Huertos urbanos: siete errores de principiante y cómo evitarlos

La ubicación, el riego y la siembra de las plantas son cuestiones clave que se tienen que conocer antes de arrancar un espacio verde donde poder cultivar vegetales y flores en el hogar

Huertos urbanos
Una mujer observa el crecimiento de sus plantas. En los primeros momentos, una nueva planta o un huerto hace mucha la ilusión, pero rápidamente suelen surgir las dudas y los problemas.Guido Mieth (Getty Images)

La creciente sensibilidad medioambiental ha convertido el interés por los huertos urbanos en un fenómeno colectivo. Pero la conquista imparable de balcones y terrazas se enfrenta a una dificultad evidente: una comunidad horticultora que es nueva en esto. Como recién llegados al mundo de los cultivos, cometemos errores de principiante. Tener un pequeño pero saludable huerto es mucho más que regar y recolectar, son varios los factores que debemos tener en cuenta y determinarán el éxito de la cosecha. Los expertos en cultivo en espacios pequeños son la mejor fuente de conocimiento y experiencia posible para identificar cuáles son esos tropiezos más comunes y cómo sortearlos, para no pagar la novatada.

1 . Elegir una mala ubicación

Es mucha la ilusión que hace llegar a casa con una nueva planta entre las manos, pero al colocarla en una maceta o jardinera enseguida surge la cuestión de dónde ponerla. Tal vez un balcón, una ventana o un punto del jardín o de la terraza, algún lugar en el que reciba la luz del Sol que necesita para hacer la fotosíntesis. Hasta ahí, todo bien. El error está en colocar la planta en un punto de la casa sin pensar en las necesidades de luz de esta.

“¿De cuántas horas de sol disfruta tu balcón? ¿Qué orientación tiene? Las plantas de primavera y verano, solanáceas como el tomate y el pimiento, necesitan al menos seis horas al día”, es lo que explica Lucía Frere, cofundadora de cultivando.es junto a Irene Galicia, a los nuevos clientes que quieren iniciar su huerto urbano. El consejo general es evitar la orientación norte y buscar, idealmente, la suroeste. Aunque hay que estar alerta frente a las altas temperaturas del verano, porque un exceso de luz solar y de calor puede afectar a las plantas.

El youtuber Kevin Espiritu actualiza su canal, Epic Gardening, con consejos de horticultura desde el patio trasero de su casa en San Diego, California. Él da una pista, tan sencilla como fundamental, para encontrar la mejor ubicación: observar. Prestar atención al recorrido que la luz del sol traza sobre las superficies de la casa o el jardín para encontrar la clave.

2. A cada planta, su espacio

Es normal querer aprovechar las macetas o jardineras que ya están en casa, pero hay que tomar en consideración el tamaño de cada una. Hay plantas, como la lechuga, que crecen en espacios pequeños, y otras, como el calabacín, que necesitan decenas de litros de sustrato para poder dar fruto. “Lo que más falla es no proporcionarle a cada planta el volumen que necesita”, afirma Ester Casanovas, autora de Hortelanos de ciudad (Ediciones invisibles), un pequeño manual que ha ayudado a muchos advenedizos urbanitas en sus cultivos de balcón. ”En una sola jardinera no puedes poner dos tomateras”, suele aclarar Lucía Frere a sus clientes. La moraleja es que, antes de decidir plantar o sembrar una especie concreta, hay que comprobar cuántos litros de sustrato harán falta para que se desarrolle totalmente.

Container with tomatoe plants, pepper plants and lettuce in the urban garden
Container with tomatoe plants, pepper plants and lettuce in the urban gardenWestend61 (Getty Images/Westend61)

3. Sembrar fuera de estación

Otro fallo muy habitual fruto de la falta de planificación es sembrar hortalizas fuera de temporada. Con una sencilla búsqueda online se pueden encontrar tablas y gráficos que ilustran los meses de siembra de cada planta. No es posible recolectar muchos tomates en invierno, es un fruto de verano, así que lo ideal es sembrarlos a principios de primavera, con la suficiente antelación.

Sin embargo, hay plantas que se pueden sembrar y cosechar durante todo el año. Por ejemplo, aquellas cuyas hojas se comen, como la lechuga o la rúcula, o algunos frutos de raíz como la zanahoria y el rábano.

4. No llenar los contenedores con sustrato al máximo

No es raro pecar de tacañería con el sustrato. La tendencia general es dejar varios centímetros entre la superficie de la tierra y el borde del contenedor. Es uno de los errores que Casanovas cita en su libro. “Llena los contenedores hasta arriba y deja solamente un centímetro libre para que el agua no rebose al regar”, recomienda.

Carrot growing in vegetable garden
Carrot growing in vegetable gardenPhotoAlto/Laurence Mouton (Getty Images/PhotoAlto)

5. Sembrar demasiadas semillas sin distancia entre ellas

Este es un tropiezo propio de los principiantes más pesimistas. Para multiplicar las posibilidades de que las semillas broten, el impulso es sembrar mucho en poco espacio, sin dejar separación. Luego brotan más de las previstas y empiezan a crecer atropelladamente. Para evitar esto, lo mejor es depositar muy pocas semillas en cada hueco, distanciándolas. Una planta puede necesitar más margen que otra. Cuando el sustrato está húmedo es más sencillo controlar dónde colocarlas.

En un mismo contenedor solo se deben colocar plantas compatibles entre sí. Algunas combinaciones son beneficiosas; otras, no. Lucía Frere, de Cultivando, lanza ideas. “Hay plantas que compiten por los mismos nutrientes, sobre todo si son de la misma familia”, explica. “Tampoco es conveniente plantar guisantes y ajo, ni dos solanáceas juntas, pero sí puedes combinar el tomate con el ajo, o el puerro y la zanahoria, que ahuyentan mutuamente a sus plagas.”

Este error viene del ansia por sembrar solo cosas de comer. No todo en el huerto tiene por qué ser de consumo humano, es aconsejable incorporar flores al vergel. “El mundo de las flores es siempre un aporte”, comenta Frere. “Atraen polinizadores, ahuyentan plagas o bien las atraen hacia sí y evitan daños en los frutos”.

Vegetable seedlings growing in pots ready to be planted in the garden
Vegetable seedlings growing in pots ready to be planted in the gardenBusybee-CR (Getty Images)

6. Cuidar de la misma manera todas las plantas

No todas las plantas se deben regar igual. Presentan distintas necesidades en función de su especie, la fase en la que se encuentren y la estación del año. Las solanáceas son más exigentes con el agua, no solo en la cantidad, también en la constancia. Frere advierte frente a posibles fallos en los sistemas de riego por goteo. Hay que ser constantes en la frecuencia de riego y elegir el mejor momento del día, que suele ser al amanecer o al anochecer.

Este cuidado con el riego debe hacerse extensivo a la luz y al abono. Mientras los tomates y pimientos necesitan abundantes horas de sol, las hortalizas de raíz, que suelen crecer a la sombra de otras, funcionan bien con una exposición limitada. De la misma manera, el haba y la judía no van a necesitar demasiado aporte de abono comparado con otras, como la berenjena o el melón.

7. Subestimar el abono

Muchos aspirantes a hortícolas no le dan importancia a este factor que es, sin embargo, fundamental a la hora de proveer a la planta de nutrientes que le van a ayudar a florecer y a dar frutos. Existen distintos tipos de abono. Lucía Frere aporta un consejo muy útil a la hora de elegir bien: “Los más comunes para el huerto urbano son el humus de lombriz y el guano, pero también es muy importante que la tierra con la que empiezas a sembrar sea de calidad y tenga muchos nutrientes, algo que suele fallar”.

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