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Jaime de Berenguer, exdiputado de Vox: “Hay mucho, mucho, nuestro en la ley educativa de Ayuso”

El expolítico celebra que el PP asumiera su propuesta de aumentar el presupuesto para becas en centros privados o la de identificar a las organizaciones que dan clases complementarias

Jaime De Berenguer
Jaime de Berenguer, tras la entrevista.Santi Burgos
Juan José Mateo

El exdiputado de Vox Jaime de Berenguer (Madrid, 56 años) celebró a finales de 2023 que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso obligara a los centros educativos de la región a hacer públicos su ideario y sus resultados, además de a identificar a las organizaciones y personas externas que participaran en las clases complementarias.

Al fin y al cabo, la idea, a medio camino del veto parental, era suya. Entre 2019 y 2023, periodo en que estuvo en la Asamblea, este exconcejal de UPyD en el Ayuntamiento de la capital se dedicó a explotar la minoría parlamentaria del PP para influir en las políticas educativas del Ejecutivo, que dependía de sus votos para aprobar leyes. Así, también logró aumentar el presupuesto de las polémicas becas públicas para estudiar en centros privados a las que pueden optar familias que cobran más de 100.000 euros. Ya fuera de la política y de Vox, De Berenguer se alegra de que su obra siga en pie con la mayoría absoluta del PP y lo resume todo en un concepto: misión cumplida.

Pregunta. ¿Cuánto hay de Vox en la ley maestra educativa del Gobierno de Díaz Ayuso?

Respuesta. Hay mucho, hay mucho, hay mucho, mucho. Metimos la mejora de las becas. Metimos la transparencia. Metimos contenidos relacionados con la historia de España y la Constitución española en su parte de los derechos fundamentales, y seguramente alguna cosa me deje por ahí. Detecté enseguida carencias [en la ley que llevó el PP a la Asamblea para intentar contrarrestar la Lomloe estatal].

Nos pusimos a negociar y salió todo muy bien: prácticamente a ninguna de las cosas que se les planteó pusieron reparos. Estoy muy contento, porque ha quedado ahí, y la están poniendo en práctica con mayoría absoluta, cuando podrían no hacerlo, con lo cual es evidente que las ideas les parecieron bien. Incluso alguna de las cuestiones las han trasladado a sus políticas a nivel nacional. Tuvimos la capacidad de influir para garantizar un derecho fundamental [la educación], que a día de hoy es el único que garantiza que haya movilidad social.

P. Una de sus enmiendas obliga ahora a los centros educativos a publicar su ideario y a detallar qué asociaciones imparten clases complementarias. ¿Se está aplicando indirectamente el veto parental que pide Vox desde 2019?

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R. No.

P. Al tener toda esa información previamente, ¿no se abre la puerta a que un padre se niegue a que una asociación le hable a su hijo, que es exactamente lo que busca el veto parental?

R. Eso lógicamente puede pasar, pero no es exactamente lo mismo.

P. ¿Por?

R. Desde mi punto de vista, el pin parental no tiene ningún respaldo legal, y además tiene sus problemas, porque mañana uno se puede negar a que sus hijos reciban cierto tipo de educación en valores democráticos, por ejemplo. No tiene mayor recorrido. La única manera de evitar que esos problemas se generen es que esté toda la información disponible. Te quita alguna posibilidad de flexibilidad, pero también te quita mucha arbitrariedad. Si no tienes publicado quiénes van y cómo lo hacen, eso genera pura arbitrariedad, y hay situaciones en las que hay gente que se aprovecha de las arbitrariedades o de las zonas menos transparentes del sistema. Se trata de acabar con eso.

Jaime de Berenguer, fotografiado en Madrid. foto: santi burgos
Jaime de Berenguer, fotografiado en Madrid. foto: santi burgosSanti Burgos

P. Esos son, precisamente, algunos de los argumentos de Vox para defender el veto parental, pero dice usted que está en contra. ¿Defendió eso dentro de su ya expartido?

R. Yo no he dicho que esté en contra del pin parental, digo que no tiene respaldo legal ninguno. Hay un montón de sentencias. En los temas de gestión hay que intentar desideologizar lo más posible. Así que la mejor manera de conseguir que hubiera libertad de cátedra, y al mismo tiempo los padres estuvieran informados cumpliendo la legalidad, era la transparencia. Que los padres supieran, y que los profesores supieran que los padres sabían. La manera de conjugar esas dos cuestiones, y de hacer que la ley pudiera salir adelante y se aprobaran muchas cosas buenas para los niños de Madrid, con independencia de lo que pensaran sus padres, era esa. Cuando estuve en UPyD trabajamos mucho el tema de la transparencia y aprendí hasta qué punto es buena para la democracia y para ejercer una ciudadanía efectiva. Si quiere, había algo de UPyD ahí.

P. ¿Se sigue sintiendo identificado con Vox? Ha dejado la política y no está afiliado.

R. Yo siempre he sido muy independiente. He decidido volver a la universidad. No hay más. Me he sentido útil. Había cumplido la misión. Yo fui a hacer política.

P. ¿Y con el estilo de liderazgo de su portavoz, Rocío Monasteiro?

R. No sé cómo son los demás [portavoces], yo tengo otro estilo de ser, otra manera de ser, en general. A mí me gusta más otro tipo de llevar las cosas, pero habrá gente a la que no le guste nada cómo las llevo yo. A mí me gusta que haya mucha participación. Es fácil hablar desde mi punto de vista, porque yo no he llevado un grupo con tanta gente y tanta responsabilidad, es fácil opinar sobre los demás. Me circunscribo a lo que he hecho yo. Y estoy muy contento.

P. Otra de sus propuestas aprobadas fue aumentar la dotación de las becas públicas para estudiar en centros privados en decenas de millones de euros. ¿Por qué favorecer un negocio privado?

R. Es que los derechos no son de los centros públicos, son de los ciudadanos. Yo lo que tengo que garantizar es la educación. No me parece una polémica real. Hay gente que elige un colegio privado concertado por 1.000 motivos: porque te queda cerca de casa, cerca de los abuelos, porque van los amigos, o unos primos, porque les gusta más... lo que yo tengo que garantizar ahí es que esos niños puedan recibir una educación. Yo no le estoy dando dinero a un centro privado, le estoy dando educación a un niño, y ellos libremente eligen ir a un centro u otro. Yo no estoy pensando en darle un negocio a nadie. Estoy pensando en garantizar un derecho.

P. ¿Entiende el escándalo porque haya familias con ingresos de 100.000 euros que puedan obtener estas becas públicas?

R. El límite [de renta] no lo establecí yo, no entré en la negociación del punto de corte. La idea final era que todos hubieran tenido cubierto el total del coste. El escándalo es libre. Todo el mundo se puede escandalizar de lo que quiera. Lo que dicen los datos es que los mayores beneficiados han sido los de renta más bajas, que son los que más han recibido y de mayor cuantía, como no puede ser de otra manera. Las personas que tienen mucho, no la piden. Segunda cuestión, ¿qué es ser rico? En España lamentablemente una persona con 50.000 euros se ha convertido en rico, pero no es así. Depende del número de hijos que tenga.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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