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Solo dos médicos extracomunitarios se han incorporado a la Sanidad Pública de Madrid desde que Ayuso flexibilizó la norma

La Consejería de Sanidad eliminó en septiembre el requisito de nacionalidad para médicos y pediatras de Atención Primaria para combatir el déficit en el Sermas y antes de Reyes se ampliará la exención a todas las especialidades

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la Consejera de Sanidad, Fátima Matute durante un evento en el hospital Niño Jesús en noviembre.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la Consejera de Sanidad, Fátima Matute durante un evento en el hospital Niño Jesús en noviembre.Fernando Sánchez (Europa Press via Getty Images)
Ana Puentes

El plan de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para rebajar el déficit de médicos de Atención Primaria y pediatras en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) a través de la contratación temporal de médicos extracomunitarios solo ha conseguido incorporar a dos profesionales procedentes de países fuera de la Unión Europea: uno ha sido contratado en Atención Primaria y otro, en el Hospital Universitario Doce de Octubre. Son datos de Comunidad de Madrid en respuesta a una petición de EL PAÍS en aplicación de la ley de transparencia tres meses después de la aprobación de la Orden 1052/2023, que permitía que los profesionales de ambas especialidades pudieran trabajar en la región madrileña sin necesidad de tener la nacionalidad española. En el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) están registrados 49.394 médicos, de los cuales 7.133 son extranjeros (un 14%) y la mayoría de ellos provienen de Cuba, Venezuela, Colombia y Argentina.

De acuerdo con los datos obtenidos a través del portal de transparencia, hasta la fecha 227 médicos de familia y 12 pediatras extracomunitarios están registrados en la Bolsa de Atención Primaria, es decir, la lista donde se inscriben para optar por un trabajo en el Sermas. La Comunidad ha detallado que, al realizar el llamamiento, han encontrado “que muchos de ellos ya se encontraban trabajando en centros de salud, al haber obtenido un DNI español, y otros no tenían las convalidaciones pertinentes”.

“O sea, que no está funcionando demasiado”, comenta por teléfono la doctora Ángela Hernández, secretaria general del sindicato de médicos madrileño Amyts, en una primera impresión sobre las cifras de contratación de la Comunidad. Hernández calcula que hay un déficit de un 20% de médicos de familia y de un 30% de pediatras y alerta de que hay una especial afectación en zonas del sur y el suroeste de la región. La Consejería de Sanidad, por su parte, ha respondido que aún “es prematuro hacer una valoración sobre el impacto de esta medida”.

Representantes de asociaciones de médicos extracomunitarios de países como Venezuela, Colombia y Argentina explican que hubo varias razones para que la contratación fuera baja. La primera, y en la que todos coinciden, es que no es fácil cumplir todos los requisitos para ser considerados aptos para trabajar en la Sanidad Pública: deben tener permiso de residencia y trabajo, homologar su título, colegiarse en el Icomem y, en caso de tener especialidad, obtener su reconocimiento en España. Además de eso, hasta la nueva orden de la Comunidad, era obligatorio tener nacionalidad española.

Los pasos más complejos, de acuerdo con las asociaciones, son la homologación del título y el reconocimiento de la especialidad. Aunque hace un año el entonces Ministerio de Universidades puso en marcha un nuevo plan para agilizar la homologación de títulos, los plazos aún son lentos, asegura el doctor José Jazhing, presidente de la Asociación de Médicos Colombianos en España (AMCE). “Aunque se decía que no iban a tardar más de seis meses, están tardando entre nueve y diez”, afirma Jazhing.

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Tras sortear ese requisito, hay dos perfiles de médicos: los que vienen a estudiar su especialidad en España o los que vienen a ejercer con especialidades que estudiaron en su país de origen. “Los que vienen a estudiar, deben presentarse al MIR [examen para Médico Interno Residente] y hacer su residencia, de entre cuatro y cinco años”, describe Jazhing, “pero a esos profesionales que están en España con visado de estudios no siempre se les da garantía de que los contraten como especialistas [y obtener un visado de trabajo]. Entonces, algunos terminan ejerciendo en otros países de Europa o regresando a sus países de origen”. Precisamente, según el presidente de AMCE, varios médicos extracomunitarios que terminaron su residencia y querían presentarse a la convocatoria no tenían permiso de trabajo.

Tampoco la tienen fácil quienes ya han estudiado una especialidad en su país de origen y necesitan que España la reconozca para ejercer. No solo se requiere mucho tiempo para que el Ministerio de Sanidad dé el informe de homologación, sino que, en algunos casos, se deben completar pasos adicionales. Luis José Betancourt, director de relaciones institucionales de la Asociación de Médicos Venezolanos en España (Amevesp), afirma que uno de los problemas es la diferencia de tiempos de residencia exigidos en América Latina y en España para reconocer la especialidad.

“Para ser médico internista, tengo que hacer tres años de residencia médica en Venezuela; pero en España debo hacer cinco”, ejemplifica Betancourt. Para el reconocimiento, no solo se deben presentar documentos y un examen ante el ministerio, sino que luego “dependiendo de las comunidades, deben hacer alguna pasantía de rotación para completar el tiempo”. En Madrid, la Comunidad se encarga de asignar las rotaciones. “A los compañeros se les va la vida en ese proceso: la revisión del expediente, la aprobación del previo positivo y la realización del examen. Mientras no se agilice eso, probablemente las bolsas sigan vacías”, comenta Betancourt.

Este punto lo pusieron sobre la mesa las asociaciones de médicos extracomunitarios de países como Venezuela, Colombia y Argentina, que se van a organizar como Federación de Médicos Iberoamericanos, a la Consejería de Sanidad en una reunión a finales de noviembre. En ese encuentro, la consejería se comprometió a crear un canal de comunicación para agilizar la asignación de rotaciones. Sin embargo, ha advertido de que “es imprescindible que el Gobierno central haga lo propio, agilizando la homologación de títulos que permitan ejercer a los profesionales extracomunitarios”.

Exención para todas las especialidades

Pese a la baja incorporación de médicos de familia y pediatras extracomunitarios, un anuncio de la consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha desatado el optimismo entre las asociaciones. Entre finales de 2023 y principios de 2024, la Comunidad de Madrid eliminará el requisito de nacionalidad para los médicos extracomunitarios de todas las especialidades que quieran trabajar en el Sermas. La consejería detalla que se hará mediante una modificación de la Ley Ómnibus que se tramitará en la Asamblea de Madrid. Actualmente, están trabajando en la redacción de la norma.

“Para mí es una gran noticia”, dice el doctor Betancourt, que está terminando su residencia en Medicina Intensiva y cuyo plan original era “optar a la medicina privada”, pero ahora podrá “optar a un cargo en la Comunidad de Madrid”. Betancourt considera que, al menos a partir de los datos que tiene la asociación de médicos venezolanos en España, especialidades como Anestesiología y Medicina Interna serán de las que más se incorporen a la bolsa de trabajo del Sermas. Para él, parte de la explicación de los bajos resultados en la primera convocatoria es que el grueso de especialistas venezolanos en España no son Médicos de Familia o Pediatras.

El doctor Edgardo Macaluso, vocal en Madrid de la Asociación de Profesionales de la Salud Argentinos (Apsae), también es entusiasta de la exención del requisito de nacionalidad, pero advierte de que será necesario “publicitar más” esta opción para que los profesionales no europeos se enteren. “Y, por supuesto, tener en cuenta la demora de la homologación de títulos y la convalidación de especialidades”, agrega.

Por otra parte, el presidente de la asociación colombiana anota que también habrá que ver que sean opciones atractivas profesionalmente. “No se trata solo de ingresos adecuados, sino de tener calidad de vida y tiempo para la familia”, dice Jazhing, “parte de lo que sucedió con la primera convocatoria es que posiblemente algunos de los médicos ya tenían contratos en otras comunidades u ofertas laborales en el sector privado”.

Esto es volver al punto de partida, según los sindicatos consultados. Sergio Fernández, responsable del Área Pública de CC OO Sanidad Madrid, asegura que cuando la Sanidad Pública no ofrece condiciones laborales, se dan las fugas incluso al exterior. “Bajo condiciones pésimas, con agendas de hasta 50 o 60 pacientes al día [cuando el límite debe ser 34], nadie se presenta a las bolsas de trabajo”, comenta Fernández. “Esto demuestra que el tema no es de nacionalidad, sino de las condiciones de trabajo que se ofertan”, añade la presidenta de Amyts. El sindicato, de hecho, ha lanzado una alerta esta semana por la situación crítica en 18 centros de salud de la Comunidad por la falta de médicos de familia y pediatras.

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